"Se apagó la luz que nos guió durante tantos años", declaró su hijo, el primer ministro Lee Hsien Loong, durante su funeral público organizado en la universidad nacional de Singapur, al que asistieron numerosos jefes de Estado de la región Asia-Pacífico.Familias enteras se habían congregado, poco antes, a lo largo del recorrido que tomó el cortejo fúnebre del líder. Algunos lloraban, otros coreaban su nombre o lanzaban flores a su paso.Lee, que gobernó Singapur con mano de hierro durante 31 años, falleció el lunes a los 91 años, tras pasar varias semanas en el hospital por culpa de una neumonía.Primer jefe de gobierno de Singapur en 1959, año en que la ciudad-Estado se liberó de la tutela británica, Lee cedió el cargo a su mano derecha, Goh Chok Tong, en 1990.Este último transmitió el poder al hijo de Lee Kuan Yew en 2004.El expresidente estadounidense Bill Clinton y el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger viajaron a Singapur para asistir al funeral.También lo hicieron dirigentes actuales como el primer ministro japonés, Shinzo Abe, la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, y el primer ministro australiano Tony Abbott.Durante el reinado de Lee, Singapur vivió un espectacular crecimiento económico. El archipiélago de más de cinco millones de habitantes se convirtió en un centro regional, financiero y turístico, conocido por su tecnología puntera, sobre todo en el ámbito de la salud.El Producto Interior Bruto per cápita es de 56.284 dólares, uno de los más altos del mundo.Los detractores del fallecido mandatario, un abogado formado en el Reino Unido, le reprochan la mano de hierro con la que gobernó el país, sin dudar en encarcelar a sus opositores.La libertad de expresión y de reunión sigue bajo estricta vigilancia en el archipiélago. El Partido de Acción Popular (PAP), cofundado por Lee Kuan Yew, ha ganado todas las elecciones desde 1959.