Sigmar Gabriel se muestra abierto a coaliciones

BERLÍN, ALEMANIA.- El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) eligió en Dresde a Sigmar Gabriel como nuevo presidente. Los 500 delegados del Congreso federal socialdemócrata, que se celebra desde ayer en la capital sajona, cambiaron buena parte de la cúpula del partido después de la debacle en las elecciones generales del pasado 27 de septiembre.

La formación se quedó con 23% de los votos y pasó a la oposición después de siete años de Gobierno con Gerhard Schröder y otros cuatro como socios de la canciller democristiana Angela Merkel (CDU), que los ha sustituido ahora por los liberales del FDP en la coalición de Gobierno.

En un belicoso discurso, Gabriel se mostró abierto a coaliciones con todos los partidos e incluyó al pujante La Izquierda. Buena parte del discurso se centró en descalificar “cualquier debate sobre coaliciones o sobre si el SPD gira a la izquierda o al centro”. El centro político, dice, “no es un lugar fijo”. Muchos de los discursos previos de los delegados fueron duros y críticos.

Se prolongaron durante horas. Cuando se dirigía al atril, el voluminoso Gabriel daba sin embargo una impresión más despierta que muchos de los agotados oyentes. Pese al resfriado que lo aqueja, mostró su buena forma en los más de 100 minutos de su discurso. Los dedicó a insuflar optimismo a los militantes y a presentar su intención de disputarle a Merkel el centro político, a sabiendas de que ella es, por el momento, su monarca absoluta.

De manera que “el fantasma que ahora recorre Europa es el del centro político, ese que todos reclaman”. Recordó Gabriel las victorias socialdemócratas, “logradas cuando el SPD ganó el centro y lo hizo de izquierdas, porque cambió la sociedad hacia la izquierda”. Los adversarios políticos, aseguró, “quieren que centro e izquierda parezcan incompatibles que “reclaman el centro pero son la derecha democrática de este país”. Aquí los aplausos le llevaron a insistir: “Así es como hay que llamarles”.

La herencia que asume Gabriel con 94.2% de los votos es pesada: un SPD mermado y sacudido por el peor resultado electoral en décadas. Según el nuevo presidente dijo hace semanas, “en estado catastrófico”.