Sarkozy de visita en China

BEIJING, CHINA (28/ABR/2010).- El presidente francés Nicolas Sarkozy subrayó la importancia de las gestiones actuales para frenar el programa nuclear de Irán, en una reunión el miércoles en Beijing con el presidente chino Hu Jintao, diciendo que deben imponerse nuevas sanciones contra Teherán si fracasan las negociaciones.

Sarkozy esperaba conseguir avances en el asunto durante una reunión privada con Hu en el Gran Salón del Pueblo de la capital china.

"China desea usar el diálogo para resolver este problema. Francia entiende completamente a China, y estamos dispuestos a discutir el asunto en un momento apropiado, pero si el diálogo no da resultados, no nos queda más remedio que emplear sanciones'', dijo Sarkozy en una conferencia de prensa conjunta con Hu tras su reunión, al inicio de una visita de tres días.

"Todo el mundo piensa que este asunto debe ser resuelto ya'', añadió.

Tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU _ Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña _ presionan por una cuarta ronda de sanciones contra Irán si ese país se niega a suspender parte de un programa nuclear que pudiera ser usada para producir armas. Irán dice que solamente desea la tecnología para generar electricidad.

China y Rusia _ los otros dos miembros _ tienen importantes lazos comerciales con Irán y se muestran renuentes a apoyar nuevas sanciones.

La visita de Sarkozy a China es considerada un regreso a buenas relaciones diplomáticas entre los dos países luego de disputas sobre el Tíbet. Las relaciones se agriaron en el 2008 luego de protestas de exiliados tibetanos y otros activistas durante el paso de la antorcha olímpica por Paris y conversaciones de Sarkozy con el líder espiritual tibetano, el Dalai Lama.

Hu le dijo a Sarkozy en presencia de reporteros que él estaba "dispuesto a ampliar las relaciones China-Francia a través de un profundo intercambio de ideas''.

Horas antes, Sarkozy y su esposa, Carla Bruni-Sarkozy, visitaron las famosas estatuas de guerreros de terracota en la tumba del primer emperador chino en la ciudad occidental de Xi'an.