Miércoles, 04 de Diciembre 2024
Internacional | La estrategia de la defensa será poner en duda las labores de investigación

Revelan obsesión de ex mayordomo papal por masonería y espionaje

Entre los testimonios fueron escuchados dos de los cuatro gendarmes que catearon la casa privada de Gabriele el 23 de mayo pasado

Por: NTX

CIUDAD DEL VATICANO (02/OCT/2012).- Paolo Gabriele, exmayordomo papal juzgado por robar y filtrar a la prensa documentos confidenciales de Benedicto XVI, estuvo durante años obsesionado por la masonería y los servicios de inteligencia, según dos testigos.

Ambos testigos comparecieron este martes ante los tres jueces que guían el proceso contra el antiguo ayudante de cámara de Joseph Ratzinger, en la segunda jornada del llamado "juicio del siglo" que tiene lugar en los tribunales vaticanos, justo detrás de la Basílica de San Pedro.

Entre los testimonios que fueron escuchados este martes en el aula, destacaron los de Gianluca Gauzzi Broccoletti y Costanzo Alessandrini, dos de los cuatro gendarmes que catearon la casa privada de Gabriele el 23 de mayo pasado.

Dicha revisión fue efectuada por orden del comandante de la Gendarmería y jefe de la seguridad privada de Benedicto XVI, Domenico Giani, como consecuencia de las primeras sospechas del círculo estrecho del pontífice contra el entonces mayordomo.

Gauzzi Brocoletti señaló que durante el cateo fueron descubiertos miles de documentos sobre los temas más variados, no todos confidenciales y muchos descargados de internet.

"Descubrimos miles de documentos, no recuerdo si incluían algunas investigaciones de historia, lo que sí observamos es que eran muchísimos textos que tenían como tema la masonería", indicó.

Agregó que, inicialmente, se pretendió realizar una selección entre los informes confidenciales del Papa y el resto de los papeles, pero luego de siete horas de cateo, la gran mayoría del material no había sido revisada.

Ante esa situación se decidió colocar todo en cajas -alrededor de 82-, las cuales fueron trasladas al cuartel general de la Gendarmería Vaticana.

Durante su turno ante el tribunal, Alessandrini reconoció que conocía a Gabriele desde hace muchos años, pero nunca sospechó que él fuese responsable del robo de documentos reservados del Pontífice.

"Iniciamos el cateo en el estudio, abrimos un armario muy pero muy grande que contenía miles de hojas, totalmente desordenadas. Las empezamos a revisar una a una y eran textos sobre la masonería, los servicios secretos y documentos de internet difíciles de catalogar", precisó.

Alessandrini, quien encabezó el cateo, reveló que también le decomisaron al acusado material informático, una memoria usb y una computadora personal.

La abogada de la defensa, Cristiana Arru, les preguntó a los dos gendarmes si durante la inspección habían usado guantes, a lo que respondieron que no.

Luego dieron versiones encontradas sobre dónde habían sido encontrados otros objetos como una pepita de oro y un cheque por 100 mil euros (unos 129 mil dólares) a nombre del Papa.

Al parecer, la estrategia de la defensa será poner en duda la legalidad con la cual se realizaron las labores de investigación, con el objetivo de mejorar la posición del imputado.

El proceso continuará mañana miércoles a las 09:00 horas locales (07:00 GMT) cuando inicie la tercera audiencia del juicio, en la cual están llamados a prestar testimonio otros cuatro gendarmes vaticanos.

Acusa presiones psicológicas

Paolo Gabriele acusó hoy a los miembros de la Gendarmería Vaticana de haberlo sometido a presiones psicológicas durante los primeros días de su detención en una celda de seguridad.
 
En su declaración ante los tres jueces que lo procesan, lamentó el trato recibido de los gendarmes.
 
"¿Es verdad que en la primera celda en la cual estuvo en aislamiento no tenía espacio ni siquiera para alargar los brazos?", le preguntó su abogada. A lo cual el imputado respondió: "Sí, es verdad".
 
El "promotor de justicia" (fiscal), Nicola Piccardi, interrumpió para aclarar que él intervino inmediatamente para solicitar que se buscase una celda más grande donde ubicar a Gabriele, sobre todo porque en ese momento había otro detenido de nombre Claudio Sciarpelleti.
 
La abogada Arru señaló que fueron unos 20 días de permanencia en la celda pequeña, a lo cual Piccardi replicó que fueron menos de 20.
 
"¿Es verdad que por 15 o 20 días se mantuvo con la luz encendida en su celda las 24 horas del día, sin que hubiese dentro un interruptor para apagarla", cuestionó una vez más la abogada.
 
"Sí, es verdad, la luz estuvo encendida las 24 horas y esto me provocó una disminución de la vista", fue la respuesta del exmayordomo, que puso en alerta al equipo de comunicación del Vaticano como a la Gendarmería, que respondieron inmediatamente a la acusación.
 
Poco después de la audiencia de este día, en la cual atestiguó Gabriele, la segunda del juicio por el "vatileaks" que comenzó el 29 de septiembre, el portavoz de la Santa Sede declaró que lo dicho por el ex mayordomo es "su versión de los hechos".
 
Además anunció que, como lo había solicitado el juez Giuseppe Dalla Torre durante la audiencia al propio fiscal Piccardi, se abrió una investigación judicial aparte para constatar la existencia o no de abusos en contra del detenido.

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