Jueves, 28 de Noviembre 2024
Internacional | El líder del Kremlin matiza su postura hacia Siria

Putin no vetará ofensiva aliada si prueban uso de gas neurotóxico

El mandatario ruso señala que si hay ''pruebas convincentes'' del ataque químico en Siria, estaría dispuesto a actuar de ''manera decisiva''

Por: EL INFORMADOR

ESCÉPTICO.- El mandatario ruso cuestiona la veracidad de la información sobre el uso de armas neurotóxicas en Siria. AP /

ESCÉPTICO.- El mandatario ruso cuestiona la veracidad de la información sobre el uso de armas neurotóxicas en Siria. AP /

MOSCÚ, RUSIA (05/SEP/2013).- Del no rotundo, al tono conciliador. El presidente ruso Vladimir Putin adoptó ayer un tono más asequible con los países occidentales y dijo que si hay “pruebas convincentes” de que el régimen sirio usó armas químicas Rusia estaría  dispuesta a actuar “de manera decisiva”.

Estas declaraciones llegaron a horas del inicio en San Petersburgo de  la cumbre del G-20 de potencias industrializadas y emergentes y coinciden con  los esfuerzos del presidente Barack Obama (que participará en el cónclave), de  obtener el aval del Congreso estadounidense para una acción militar en Siria.

Dos años y medio después del inicio de la guerra civil en Siria, que ha  dejado más de 110 mil muertos según la Organización de Naciones Unidas, Estados Unidos y Francia intentan formar una coalición internacional para un ataque de represalias contra el  régimen de Bashar al Assad, cuyo Ejército está acusado por los países  occidentales y por la oposición de ser el responsable del ataque con armas químicas del 21 de agosto que dejó centenares de muertos en zonas rebeldes.

Putin pidió a los occidentales que presenten a la ONU “pruebas  convincentes” y dijo que Rusia, un aliado clave de Siria, estaría dispuesta “a  actuar de la manera más decisiva y seria” si se demuestra claramente la  responsabilidad del régimen en ese ataque.

El presidente ruso afirmó sin embargo que “las pruebas no tienen que  basarse en rumores o en informaciones recibidas por los servicios secretos”.

Rusia y China paralizan desde hace meses en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde tienen derecho de veto, cualquier intento de resolución para condenar al régimen sirio.

Cabe recordar que Rusia es el gran aliado de Siria desde que Hafez al Assad, padre de Bashar, asumió el poder en 1970 mediante un golpe de estado. Gran parte de sus armas son compradas a Moscú.

Putin confirmó además que Rusia había suministrado algunos elementos del sistema de misiles ss300 a Siria, pero aclaró que de momento las entregas están suspendidas.

LA CIFRA

1,421
civiles sirios, 400 de ellos niños, murieron en un presunto ataque con armas químicas el 21 de agosto pasado

ANÁLISIS
Cita en Damasco


EL PAÍS

La vacilante diplomacia de Washington, tras amenazar repetidamente con la inminencia, ha dejado para más adelante el castigo a Damasco por su presunto empleo de armas químicas, a la espera de que el Congreso norteamericano apruebe el ataque. Y son tres los aspectos sobre los que determinar la propiedad y eficacia de unos bombardeos, hoy en el limbo, que son el legal, el moral y el político.

Legal. En 2007, el ahora presidente Barack Obama declaraba al Boston Globe que carecía de la autoridad para ordenar unilateralmente una operación militar “si no existía una amenaza real o inminente contra la nación”, lo que nadie puede pretender que sea el caso. Obama sostiene, sin embargo, que no precisa el aval del Congreso porque no pide que se vote una declaración de guerra, sino sólo una acción militar limitada y, aunque no lo diga, como emulación del premier británico David Cameron, que ha renunciado a hacerle de escudero porque los Comunes votaron en contra de la iniciativa. Pero lo que vote el Congreso no tiene carácter de ley internacional, y sin una ratificación del Consejo de Seguridad —que Rusia vetaría— el estrago siriaco será patentemente ilegal.

Moral. Obama sostiene que una barbaridad como atacar a la población con armas prohibidas no puede pasarse por alto, con lo que no le queda otra alternativa que la represalia contra el gobierno de Bashar al Assad. La medida sólo tendría sentido, sin embargo, si hubiera una relación de causa efecto entre el bombardeo y la renuncia de quienes perpetraron la fechoría a recurrir de nuevo a ese arma atroz. Y de ello no puede haber garantía alguna. Aún más extravagante resulta, con todo, la advertencia presidencial de que la operación no pretende provocar la caída de Al Assad, sino sólo darle contundentemente en los nudillos, si se recuerda el número de veces que los líderes de Estados Unidos, Reino Unido y Francia han declarado que desean y persiguen el derrocamiento del dictador sirio.

Político. La realpolitik exige aquí un desapasionado balance de factores a favor y en contra.

Primero. Se asegura que el modelo a seguir son los bombardeos sobre Serbia en 1999, que facilitaron la secesión de Kosovo, cuando las diferencias entre los Balcanes y Medio Oriente son definitivas, como ha subrayado Zbigniew Brzezinski, que no es precisamente un admirador del presidente sirio. Serbia estaba sola, Rusia había hecho saber que la vida de cualquiera de sus soldados era más valiosa que su relación con Belgrado, y la capacidad de hacer daño a Occidente de otro tirano, el yugoslavo Slobodan Milosevic, no iba más allá del insulto o la palabra soez. Al Assad, diferentemente, está instalado en un medio extremadamente frágil y sus armas, químicas o físicas, regulares o guerrilleras, aunque estuvieran en último término condenadas a la derrota, podrían incendiar el vecindario mientras Occidente se dedicaba a aplastarlo. Segundo. El modelo al que, en realidad, se parecería la intervención occidental es el que tan desafortunadamente se practicó durante los años ochenta en Afganistán, donde se armó a una guerrilla antisoviética —los talibanes— con el resultado de que esa parte de Asia central se volviera contra Occidente, además de dar cobijo a una multinacional del terrorismo como Al Qaeda. Tercero. Si Rusia acabara perdiendo su cabeza de puente en Siria, una nueva guerra fría podría estar en puertas. Y cuarto. Si la sanción aérea era lo bastante intensa como para debilitar seriamente al régimen, se estaría contribuyendo al establecimiento en Damasco de un gobierno islamista, con la participación de Al Qaeda, que es la punta de lanza de la rebelión. Y ¿cómo se entiende que se celebre más o menos veladamente en Europa y EU que el Ejército egipcio haya salido al paso de la Hermandad Musulmana, para alentar el triunfo de esa misma fuerza en Siria?.

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