Protestan por liberar a hombre acusado de violación en India

NUEVA DELHI, INDIA (20/DIC/2015).- Un menor, sentenciado a prisión por la violación en pandilla y asesinato de una mujer a bordo de un autobús en Nueva Delhi terminó su sentencia de tres años en un reformatorio, mientras manifestantes furiosos demandaban que siguiera encarcelado.

El hombre tenía poco menos de 18 años cuando él y otros cinco atacaron brutalmente a la mujer de 23 años, en un caso que sacudió a la India, donde la violencia sexual contra las mujeres es frecuente.

Varios activistas y políticos han demandado que no quede en libertad hasta que se demuestre que ha sido reformado. Numerosos manifestantes en una protesta fueron encabezados por los padres de la víctima.

El viernes, la Corte Suprema de Delhi rechazó un pedido para extender la sentencia, diciendo que él había cumplido el máximo permitido bajo la ley. La corte suprema de India considerará un pedido similar el lunes.

Medios noticiosos dijeron que el hombre fue trasladado del reformatorio donde estaba internado a un nuevo hogar bajo el cuidado de activistas por los derechos de menores.

La policía eventualmente disolvió la protesta, sacando a los manifestantes del centro de Nueva Delhi en autobuses.

El ataque en diciembre del 2012 en el corazón de la capital desató una ola de indignación e toda India y resaltó el problema de la violencia contra mujeres en el país.

La mujer y un amigo regresaban a casa tras ver una película en un elegante centro comercial cuando fueron engañados por los atacantes para que abordasen un autobús, que los hombres habían tomado.

Los atacantes golpearon al amigo de la mujer y se tomaron turnos violando a la víctima. La violaron con una vara, lo que le causó heridas graves que llevaron a su muerte dos semanas más tarde.

Cuatro hombres fueron convictos de violación y asesinato en un juicio inusualmente rápido para el caótico sistema judicial en India. Las apelaciones contra sus condenas a muerte siguen pendientes ante la Corte Suprema. Un quinto hombre en el caso murió en prisión.

Los cuatro adultos que fueron enjuiciados confesaron su participación en el ataque, pero más tarde retractaron sus confesiones, diciendo que habían sido arrancadas con torturas.

En respuesta al ataque y las amplias protestas públicas que desató, el gobierno indio aprobó una ley que aumentó al doble las sentencias a prisión para violadores, a 20 años, y penalizando el hostigamiento y el tráfico de mujeres.

El caso generó además un debate sobre si menores de edad que cometen crímenes especialmente violentos deben ser enjuiciados como adultos.

Una nueva propuesta de ley para rebajar de 16 a 18 años la edad límite para que jóvenes sean enjuiciados como juveniles está trabada en el parlamento.