SERBIA.- El ambiente festivo de Pristina contrastaba hoy mucho con el temor que se sentía en el sur de Kosovo, donde las minorías étnicas viven con angustia las últimas horas antes de la proclamación oficial de la independencia, prevista para mañana, domingo. No son sólo los estimados 100 mil serbio-kosovares los que sienten miedo ante la inminente independencia de Kosovo. En la región de Gora, en las montañas de Shar, cerca de la frontera con Macedonia, los alrededor de 15 mil miembros de la minoría gorana, de religión musulmana y lengua eslava, similar al búlgaro, viven atemorizados por la incertidumbre ante el futuro. La cafetería en el centro de la aldea de Vranishte se llenó en minutos cuando los vecinos se enteraron que había llegado un periodista extranjero. Todos se quejan de lo mismo, como la falta de trabajo y la incertidumbre política. Además, expresan un sueño común, el de obtener un pasaporte de otro país, preferiblemente el de la cercana Bulgaria, que entró en la Unión Europea (UE) en enero del año pasado. Así espera sobrevivir Fadil Imeri, maestro del pueblo, porque con el documento podría salir de Kosovo y trabajar en cualquier otro país europeo. "Es muy difícil para nosotros, los albaneses nos suprimen, quieren que hablemos su lengua, pero no lo podemos hacer, ya que tenemos nuestra propia lengua materna", explica. Hay diferentes teorías sobre la procedencia del idioma que utilizan los goranos. Algunos especialistas dicen que se trata de una variedad del búlgaro, otros afirman que está emparentado con el serbio o con el macedonio, pero en todo caso, el idioma tiene raíces eslavas y es muy diferente al albanés. "No somos ni macedonios, ni serbios, ni búlgaros, ni turcos. Somos goranos y no nos pueden hacer hablar otra lengua que la nuestra", insiste Imeri. Hasta ahora pocos años en su escuela había más de 350 alumnos, ahora apenas supera los 35, ya que muchos pobladores emigraron en búsqueda de un futuro mejor. "Dicen que van a garantizarnos los derechos como minoría, que nos sentiremos bien en el nuevo Estado, pero no lo creemos", dice otro vecino, que prefiere mantener el anonimato. "Lo hemos visto ya, cada día atacan a los que no están de acuerdo con ellos. Nos escaparemos de aquí, no hay remedio, ahora vivimos como animales", afirma. El primer ministro kosovar, Hashim Thaci, prometió el viernes que en el Kosovo independiente se respetarán los derechos de todas las minorías. Tras la intervención de la OTAN y el establecimiento de la administración de la ONU en Kosovo, la situación para las minorías no albanesas empeoró notablemente. Por eso, muchos emigraron y otros tratan de conseguir la nacionalidad búlgara, explica el albano-kosovar Ibrahim, uno de los pocos habitantes no goranos de Vranishte. Mientras, en Donje Ljubine, a unos 17 kilómetros al sur de Prizren, en la región montañesa de Jupa, el temor es aún mayor, aunque la población evita responder a preguntas sobre su identidad étnica. Son musulmanes, hablan la misma lengua que en Vranishte y rehúsan aceptar el albanés. "Nos pondremos del lado de quien nos ofrezca una vida mejor, sean búlgaros, macedonios, montenegrinos o turcos. Queremos tener otro pasaporte", dice en voz baja un hombre llamado Memish, quien añade que es de la minoría bosnia. Memish tiene tres hijos que trabajan ilegalmente en Austria y acaban de construirse una casa en el pueblo. "Aprenderemos a hablar el albanés, si no quedaremos aislados", señala Memish, quien desaparece inmediatamente en su casa porque cree que ha hablado demasiado. Mientras tanto, varios ancianos miran en silencio la televisión, que ofrece folclore búlgaro y prefieren no prestar atención a las noticias que llegan desde Pristina, donde se ultiman los preparativos para los festejos de mañana, domingo, cuando Kosovo declare la independencia.EFE 16-02-2008 12:32 LNA