Persiste tensión tras el regreso de Manuel Zelaya

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El Gobierno de facto de Honduras amplió hasta la tarde de hoy el toque de queda en el país, después de desalojar a cientos de partidarios del presidente derrocado Manuel “Mel” Zelaya, quien permanece en la embajada de Brasil.
Un desafiante Zelaya expresó desde el recinto diplomático que para él el lema es “restitución o muerte”, una frase alegórica que se usa desde la Revolución Francesa... “estamos dispuestos a todo: al riesgo, al sacrificio”.

“Mel” denunció que el Gobierno de facto prepara un plan para “tomar” la embajada para capturarlo y asesinarlo. “Supuestamente hay un plan de captura y asesinato. Parece que tienen hasta los forenses listos para declarar que hubo un suicidio”.

El Gobierno brasileño expresó preocupación por el desalojo de los zelayistas y afirmó que cualquier ataque a la sede diplomática será “intolerable”. La cancillería informó del restablecimiento de agua potable y energía eléctrica en el edificio, tras una interrupción de varias horas.

Incluso, personal de la ONU llevó alimentos y agua al depuesto presidente y a sus acompañantes.

La Policía reportó choques aislados entre simpatizantes del presidente depuesto y uniformados, que no dejaron ni heridos, en diferentes barrios de la capital hondureña.

El portavoz de la Secretaría de Seguridad hondureña, comisario Orlin Cerrato dijo que en el desalojo resultaron golpeados dos policías y fueron detenidas 174 personas, que fueron concentradas en el estadio “Chochy Sosa”. Al final, sólo seis quedaban detenidos y enfrentaban acusaciones por provocar disturbios callejeros.

El ministro de Información del Gobierno de facto, René Zepeda, dijo que “la medida se adoptó por cuestiones de seguridad nacional”. El presidente de facto Roberto Micheletti dijo que respetará la sede brasileña “si Brasil nos entrega a Zelaya o se lo lleva a esa nación sudamericana”.

No quiso contestar qué haría si no ocurre ninguno de los dos escenarios y se limitó a decir: “Reflexionamos intensamente sobre el tema”.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo en Nueva York que el Gobierno de Micheletti envió a la embajada brasileña una nota “impertinente e inadecuada” diciendo que cercará las instalaciones diplomáticas.

Policías y soldados encapuchados mantienen un anillo de seguridad en un perímetro de cinco kilómetros alrededor de la embajada brasileña.

Brasil pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para intentar resolver la crisis de Honduras.

Estados Unidos recibió la solicitud de Brasil para realizar una reunión del Consejo de Seguridad y la transmitirá a otros miembros del organismo.

En tono exigente, Zelaya solicitó a la Unión Americana “medidas efectivas” para revertir en “un par de minutos” el golpe de Estado.

La Cámara de Diputados de México expresó su beneplácito por el regreso a Honduras del depuesto presidente, Manuel Zelaya, y expresó su decisión de enviar una misión legislativa a ese país para contribuir al restablecimiento de la paz.

Habrá diálogo con ‘‘Mel’’ si reconoce los comicios

El Gobierno de facto de Honduras está dispuesto a hablar con el depuesto presidente Manuel Zelaya si reconoce los próximos comicios presidenciales de noviembre, dijo el canciller interino.

Sin embargo, se aclaró que la posible negociación no incluye la posibilidad de restituir en el poder a Zelaya.

“Estoy listo para conversar con el señor Zelaya siempre y cuando él reconozca explícitamente las elecciones presidenciales autorizadas por nuestra Constitución y pautadas para el 29 de noviembre, cuando los hondureños elegiremos a nuestro próximo presidente”, dijo el canciller de facto, Carlos López, leyendo un comunicado a nombre del presidente interino ante corresponsales extranjeros.

“Mi oferta de conversar con el señor Zelaya no puede deshacer la orden de arresto de la Corte Suprema de Honduras en su contra ni los cargos que encara”, dijo el canciller interino leyendo el comunicado del presidente de facto.

El plan del Gobierno de facto es seguir adelante con las elecciones de noviembre --convocadas antes de que ocurriera el golpe de Estado-- a pesar de que la mayoría de la comunidad internacional dijo que no reconocería al vencedor.