Pekín se arregla para recibir a los tanques en el 60 aniversario del régimen

CHINA.- La vuelta a la "normalidad" medio año después de los Juegos Olímpicos y el parón del sector inmobiliario no han acabado con las obras de construcción ni con los bosques de grúas en Pekín, que ahora se acicala para el 60 aniversario del régimen comunista.

La ciudad se prepara para que en otoño la infantería y la artillería desfilen por el centro, remozado para la ocasión.

Con este motivo, gran parte de la Avenida de Chang An ("de la Larga Paz"), la principal arteria de la ciudad que pasa por la Plaza de Tiananmen, está siendo sometida a trabajos de renovación de aceras, pasos subterráneos e incluso la instalación de una nueva parada de metro en la zona comercial de Xidan.

Se pintarán algunos de los edificios más importantes de la avenida, en la que se encuentran muchas instituciones clave del país asiático, desde el complejo de Zhongnanhai (donde viven los líderes comunistas), la sede del Banco Popular de China (central), la puerta de Tiananmen (entrada al Palacio Imperial) o el Hotel Pekín, el más famoso e "histórico" de la ciudad.

Las obras implican, como suele ocurrir en Pekín, cierta pérdida de patrimonio cultural: la zona de hutongs (calles tradicionales) próxima a Xidan y a la sede central de la agencia oficial Xinhua está siendo derribada, y de muchas de las antiguas casas típicas pequinesas "siheyuan" que allí había ya sólo quedan solares en los que estos días trabajan las excavadoras.

Todo espera estar listo antes del 1 de octubre, la fiesta nacional de China, para que el desfile sea una muestra del poderío militar de la que es ya la tercera economía mundial.

La avenida pequinesa de Chang An sólo acoge este tipo de desfiles, similares a los de la antigua Unión Soviética, en marcados aniversarios, y el anterior fue en 1999, cuando el país conmemoraba 50 años de la fundación de la República Popular China.

Chang An se hizo mundialmente famosa en 1989, cuando los tanques también pasaron por ella, pero en esa ocasión como medida de fuerza contra las protestas estudiantiles en Tiananmen y otras zonas de Pekín, de las que este año se cumple el 20 aniversario.

Las arreglos en la avenida no son las únicas que Pekín acomete este año, en el que, ante la crisis, el gobierno central y los locales han iniciado ambiciosos proyectos de obras públicas con el fin de estimular la inversión y el consumo.

La capital china se prepara ya para la construcción de su segundo aeropuerto, que estará al sur de la ciudad (el actual está en el noreste), y otros proyectos por una inversión total de 19 mil600 millones de yuanes (2,180 millones de euros, 2,860 millones de dólares).

Nuevos parques, carreteras, sistemas de conservación del agua y otras obras forman parte del plan, lo que implicará más obras especialmente en la zona meridional de Pekín, menos desarrollada que la septentrional.
A estas obras se unen muchas otras que siguen mostrando a Pekín, pese a la crisis, llena de lugares en construcción, grúas y aspecto de "ciudad inacabada".

Por ejemplo, en la renovación de la zona de ocio de Sanlitun, la preferida por la comunidad extranjera residente en Pekín, donde se construyen numerosos centros comerciales que están cambiando totalmente su aspecto.

Ni siquiera en la zona olímpica se paran las obras, ya que el Ayuntamiento está llevando a cabo trabajos de reconversión del lugar, con la ubicación de centros comerciales y parques de atracciones para que los estadios sigan atrayendo turistas y se amorticen las millonarias inversiones que supusieron.