Obama y Bush asistirán a actos del décimo aniversario del 11 de Septiembre

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS (29/JUL/2011).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su predecesor, George W. Bush, asistirán el próximo 11 de septiembre en Nueva York a los actos por el décimo aniversario de los atentados terroristas del 11-S, anunció hoy el alcalde de la Gran Manzana, Michael Bloomberg.

Será la primera vez que un presidente en ejercicio participe en este homenaje a las víctimas, al que también asistirán los gobernadores de Nueva York y Nueva Jersey, Andrew Cuomo y Chris Christie respectivamente, y los líderes locales y estatales cuando ocurrieron los ataques, Rudy Giuliani y George Pataki.

Bloomberg detalló hoy en su programa de radio semanal que cada uno de los dirigentes políticos leerá un breve discurso cuyo contenido será previamente autorizado por las autoridades municipales para que el evento no tenga carácter político.

"Será un acto solemne, más si cabe que los tributos anuales", declaró Bloomberg, quien adelantó que una de las novedades será que este año también se leerán por primera vez los nombres de los fallecidos por los atentados en Pensilvania y Washington.

Ese día los familiares de las víctimas podrán visitar el esperado Memorial del 11-S, cuya apertura al público está prevista para el 12 de septiembre.

"Únicamente se permitirá a los familiares entrar a la plaza para ver las placas de sus seres queridos. El primer día estará reservado para quienes perdieron a alguien aquel día", subrayó Bloomberg.

El memorial consta de dos piscinas rectangulares en el lugar exacto donde se levantaban las Torres Gemelas y tendrán la misma dimensión de la planta de los rascacielos, espacio en el que estarán inscritos en bronce los nombres de las 2.983 víctimas de la masacre.

Por otra parte, un grupo de ateos de Nueva Jersey ha presentado una demanda contra la organización del Memorial por colocar una cruz de casi seis metros de altura hecha con dos vigas procedentes de los escombros de las Torres Gemelas, ya que consideran inconstitucional la presencia de un símbolo religioso en un lugar público.