Obama culpa a terroristas por muerte de rehenes en Argelia

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (19/ENE/2013).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, culpó de las muertes de los rehenes asesinados en Argelia a los  "terroristas" que llevaron a cabo el ataque, y señaló el sábado que el incidente constituye una señal para no olvidarse que continúa latente la  amenaza de la red Al-Qaeda.

"En los próximos días, nos mantendremos en estrecho contacto con el gobierno de Argelia para lograr una comprensión más completa de lo que sucedió así podremos trabajar juntos para prevenir tragedias como ésta", añadió Obama en un comunicado.

"Hoy, los pensamientos y las oraciones del pueblo estadounidense están con las familias de todos aquellos que fueron asesinados y heridos en el ataque terrorista en Argelia", dijo.  

"La culpa de esta tragedia recae en los terroristas que la generaron, y Estados Unidos condena sus acciones en los términos más enérgicos posibles",  expresó el mandatario.

Obama dijo que el ataque, conducido por "terroristas" vinculados a la red  islamista Al-Qaeda en la localidad de In Amenas, en el Sahara, fue un recordatorio de la amenaza planteada por "Al-Qaeda y otros grupos extremistas violentos en el norte de África".

"Estados Unidos ha permanecido en constante contacto con funcionarios  argelinos sobre la crisis", dijo el presidente.

La operación conducida por las fuerzas especiales argelinas para liberar a  "685 trabajadores argelinos y 107 extranjeros" se saldó con la muerte de 21 rehenes y 32 secuestradores, según el Ministerio del Interior del país  africano.  

Entre los muertos hay un número desconocido de extranjeros--incluyendo  británicos, franceses, rumanos y estadounidenses-- y se ignora aún el paradero de otros, entre ellos algunos japoneses.

En la operación de este sábado, "el ejército argelino abatió a 11  terroristas, y el grupo terrorista mató a siete rehenes extranjeros", afirmó la  televisión estatal, sin dar un desglose de sus nacionalidades.

Los secuestradores habían matado a dos personas en un autobús, un británico  y un argelino, antes de tomar la planta con cientos de rehenes.