Lunes, 25 de Noviembre 2024
Internacional | Las autoridades de inmigración lo acusaron de violar su visa de turista por tratar de vender sus siete libros

Nepalés es detenido, deportado y encuentra el amor

Un poeta y escritor nepalés encontró un amigo que le financió una fabulosa boda en la India

Por: AP

JERSEY CITY, ESTADOS UNIDOS.- Tras una increíble odisea que incluyó ser detenido por las autoridades de inmigración y deportado, un poeta y escritor nepalés no sólo encontró el amor, sino también a un amigo que le financió una fabulosa boda en la India.

Pradeep Thapa llegó al Aeropuerto Internacional Liberty, de Newark, Nueva Jersey, con sus siete libros en una maleta, y sus credenciales de periodista.

Era la tercera visita de Thapa a Estados Unidos. El poeta nepalés, de 31 años de edad, había logrado vasta fama por sus trabajos sobre la política y la cultura de su país. Su pasaporte y su visa estaban en orden. Tenía amigos y un sitio donde alojarse.

Al parecer, nada de eso sirvió a funcionarios de inmigración norteamericanos que negaron el ingreso de Thapa, le pusieron esposas en las muñecas, y grilletes en los tobillos, y lo alojaron en algo muy parecido a una prisión junto con otros 300 inmigrantes.

Thapa estaba convencido de que habían cometido un gran error con él. Y pensó que pronto quedaría libertad y podría describir sus experiencias. Tal vez lograría nuevos galardones periodísticos por esa increíble aventura.

Pero pasaron los días, y los meses y la soledad, la monotonía y la monstruosa sensación de que se había cometido con él una injusticia llevaron a Thapa a la desesperación.

Las autoridades de inmigración lo acusaron de violar su visa de turista por tratar de vender sus siete libros. Thapa dijo que eso nunca se le pasó por la cabeza.

Tras siete meses detenido, una mujer ingresó en la vida de Thapa. Y esa mujer comenzó a cambiar la vida del poeta.

El amor era la última cosa en que pensaba Margaret Carne cuando se dirigió con su vehículo al centro de detención de Elizabeth en enero de 2002. Una mujer de algo más de 60 años de edad, divorciada desde hacía mucho tiempo, con sus dos hijos ya crecidos, tenía una vida muy activa en Jersey City, y una próspera práctica como psicoterapeuta.

La decisión de Carne de ir al centro de detención fue tal vez casualidad, aunque la profesional integra un grupo de defensa de los derechos humanos, y se ha interesado por la suerte de los inmigrantes ilegales. En esa ocasión, Carne decidió visitar el centro porque una de sus amigas, una trabajadora social, le mencionó un programa de visitas y un detenido bastante inusual.

``El es un escritor y un poeta y necesita realmente alguien con quien poder hablar'', le dijo la amiga a Carne. ``Se encuentra en mal estado''.

El primer encuentro de Carne y Thapa fue muy emotivo. Apenas ella le preguntó por su situación, el poeta se largó a llorar.

Esa noche, Thapa escribió una carta a Carne agradeciéndole por su visita.

Carne lo visitó a la semana siguiente. Y nuevamente a la otra semana. No pasó mucho tiempo antes de que Carne visitara a Thapa varias veces por semana.

Thapa comenzó a escribir a Carne poemas de amor. Ella respondía con cartas a su ``dulce poeta''.

Ese romance de primavera-invierno tenía demasiados obstáculos para prosperar. Además de la diferencia en edades y en culturas, existía el hecho de que Thapa posiblemente sería deportado. Una jueza de inmigración ordenó la deportación, explicando que no creía en las razones de Thapa para su visita a Estados Unidos.

Cuando no estaba escribiendo cartas o trabajando o pensando en su enamorado, Carne visitaba organizaciones de defensa de derechos humanos, pidiendo ayuda, o acudía a embajadas para ver si algún país podría recibir a Thapa.

Sólo Jamaica aceptó. Pero funcionarios de inmigración se negaron a que Thapa abandonara Elizabeth. Sólo podría ser deportado al país del cual había venido.


En un agobiante día de agosto, pleno verano en Estados Unidos, Carne visitó a Thapa en otra cárcel de Nueva Jersey donde había sido transferido, tras aceptar su deportación voluntaria. Y, usando el teléfono de la sala de visitas, le propuso matrimonio al poeta.

Aunque Thapa estaba profundamente enamorado de la mujer, dijo que era imposible, pues quería casarse con ella de la manera correcta, siguiendo las tradiciones de su pueblo, acatando los consejos de su familia. El quería casarse con Carne en una ceremonia nepalesa tradicional.

Finalmente, como no tenía acceso a su familia, Thapa buscó los consejos de otros detenidos.

Uno de sus amigos, nacido en India, que estaba a punto de ser deportado, le dijo ``Cásate por amor. Y luego, ven a la India y mi esposa y yo te prepararemos un casamiento fabuloso''.

Y Thapa aceptó la propuesta de Carne.

Una semana más tarde, fue deportado, pero no a Nepal, donde podría tener problemas con las autoridades por sus actividades opositoras, sino a la India.

Dos meses más tarde, se casaron. Y en una boda espectacular.


El amigo de Thapa no falló a su promesa. Le organizó una grandiosa ceremonia de boda en un templo hindú en Punjab.

``Hay ocasiones en que todavía me parece imposible que esto haya ocurrido'', dijo en fecha reciente Carne, en su hogar de Jersey City.

Mientras Carne atiende a sus pacientes en su consultorio en el primer piso, Thapa administra un portal de acceso de la internet para nepaleses en su ``sala de redacción'' del segundo piso.

Y aunque Thapa ha intentado borrar los recuerdos de ``esa parte sombría, abstracta de mi vida'', ha descubierto que es imposible. Pues esa etapa se convirtió en una de sus más brillantes. Sin ella, no hubiera encontrado a su amada.


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