CIUDAD DEL VATICANO (22/DIC/2016).- Un nacimiento monumental con piezas realizadas por un artista de Malta y un árbol de Navidad de 25 metros de altura, colocados en la Plaza de San Pedro, se convirtieron en la principal atracción romana de estas fiestas decembrinas. El montaje fue ubicado en el centro de la plaza vaticana, junto al famoso obelisco. En estos días previos a la Nochebuena es constante el desfile de turistas y curiosos que se acercan a admirar el pesebre o sacarse fotos junto a él. Para ahorrar en su consumo energético, la Santa Sede decidió adornar con luces de bajo consumo las decoraciones navideñas gigantes, que fueron inauguradas el 9 de diciembre y permanecerán dispuestas hasta el 6 de enero, fiesta de la Epifanía. De esta manera la exhibición del nacimiento y del abeto quedó empatada, en los tiempos, con la liturgia católica navideña que inició a finales de noviembre con el periodo de Adviento y se extenderá hasta el 8 de enero de 2017, fiesta del bautismo de Jesús. Por una inexplicable tradición arraigada, desde hace unos 30 años el pesebre de San Pedro se iluminaba apenas el 24 de diciembre por la tarde-noche y permanecía abierto hasta el 2 de febrero, fiesta de la Candelaria. Una costumbre a contrapelo del calendario litúrgico. El árbol colocado en San Pedro mide 25 metros con una circunferencia máxima del tronco de 65 centímetros y fue donado por el Municipio de Scurelle, en la norteña provincia autónoma italiana de Trento. El corte, en los bosques de Lagorai, tuvo lugar el domingo 13 de noviembre y ese mismo día los niños de la escuela primaria de la zona plantaron unos 40 nuevos árboles de la misma especie en un terreno poco distante, para compensar la pérdida del centenario abeto. Tras ser cortado, el árbol fue transportado por un helicóptero del Ejército Italiano, con la colaboración de la Protección Civil de Trento y ubicado sobre un camión que lo transportó hasta Roma. Una vez alzado fue adornado con centenares de esferas de arcilla que llevan dibujos realizados por niños bajo terapia en los pabellones oncológicos de algunos hospitales italianos. Estos infantes, junto a sus padres, participaron en un programa de cerámico-terapia recreativa en laboratorios hospitalarios ideados y coordinados por la Fundación Condesa Lene Thun. Además de las esferas ubicadas en el árbol, junto al mismo se exhiben algunos de los adornos más significativos con frases dedicadas al Papa por pequeños como Giovanni (cinco años), Chiara (siete años), Samuel (10 años) y Georgia (14 años). La iluminación del árbol está compuesta por 18 mil lámparas con tecnología LED, de las cuales mil 400 con efecto "chispa", para un peso total de 140 kilogramos y un consumo de apenas 1.7 kilowatts. El pesebre monumental fue donado por el Gobierno de Malta que lanzó un concurso entre artistas locales en el cual triunfó Manwel Grech con un diseño escenográfico que reproduce el paisaje maltés, incluyendo construcciones, flora y fauna de esa isla. La obra mide 17 metros de ancho, ocho de alto y 12 de profundidad. Los personajes -unas 17 figuras excluidos los animales- llevan indumentaria típica maltesa, herramientas e instrumentos musicales. Entre los detalles del nacimiento destaca el "luzzu", típica embarcación del archipiélago maltés que representa la tradición, la pesca y la vida, pero también la realidad de los migrantes que en aguas del Mediterráneo navegan con destino a Europa. Según la tradición, por delante del nacimiento fue colocada una tela color verde donde la gente de manera espontánea lanza monedas como si de una fuente se tratase. Junto al pesebre fue colocada, como signo de solidaridad, unas piedras y una cruz provenientes de la fachada de la Basílica de San Benito en la localidad italiana de Nursia, destruida en el terremoto del 24 de agosto pasado. A pocos pasos un cartel aclara que las monedas donadas por los peregrinos serán destinadas a la reconstrucción del oratorio parroquial de Nursia, gravemente dañado en el movimiento telúrico. Como cada año, el Papa Francisco visitará el nacimiento la tarde del próximo sábado 31 de diciembre y rezará ante el niño, en su última actividad pública de este 2016.