Muere el líder de la ''Revolución de Terciopelo''

PRAGA, REPÚBLICA CHECA (19/DIC/2011).- El checo Vaclav Havel nunca dejó de luchar por lo que creía que era correcto, una actitud que ayudó a echar abajo al comunismo con la pacífica “Revolución de Terciopelo” y lo convirtió en un símbolo internacional de libertad.

Escritor de vocación, sus amigos más cercanos lo describen como una persona humilde y trabajadora que “sin querer” llegó a la política.

Havel fue uno de los fundadores del movimiento Carta 77, por lo que fue acusado de sedición y condenado a prisión en 1979; esta experiencia aumentó su fama de disidente dentro y fuera de la extinta Checoslovaquia.

“Él no quería ser presidente”, aseguró su amiga y también integrante de Carta 77, Petruska Sustrova. “Idealmente, quería sentarse en un bar y reconciliar rencillas”.

A finales de la década de 1980 los regímenes comunistas de Polonia y la Unión Soviética estaban desapareciendo, por lo que Havel junto con un grupo de opositores —y luego de pasar algunos años en la cárcel— comenzaron la “Revolución de Terciopelo” —teniendo como líder al escritor—, una serie de manifestaciones políticas en contra del monopolio, y lograron la caída del Partido Comunista de Checoslovaquia en el poder desde hacía tres décadas, y así nació un régimen parlamentario con un sistema económico capitalista.

Tras la caída del gobierno comunista durante la “Revolución de Terciopelo” en septiembre de 1989, Havel fue elegido presidente de la República (diciembre de 1989), cargo que le fue confirmado tras las elecciones de 1990.

El 1 de enero de 1993, Checoslovaquia se dividió en dos por decisión parlamentaria. Desde entonces, la República Checa y la República Eslovaca son dos países independientes. En esa misma fecha, Vaclav Havel fue proclamado presidente de la República Checa y duró 10 años en el poder.