Mohamed VI busca que marroquíes en Europa puedan votar

RABAT, MARRUECOS (20/AGO/2012).- El rey Mohamed VI de Marruecos quiere que los marroquíes residentes en Europa tengan derecho a voto en las elecciones municipales de sus respectivos países, según dijo hoy en un discurso a la nación pronunciado con ocasión de la fiesta de la Revolución del Rey y del Pueblo.

El monarca, dirigiéndose a la numerosa comunidad marroquí en el extranjero (casi 4 millones en Europa, principal destino de la emigración en este país), señaló que está trabajando con las autoridades de los distintos países de acogida "para poner en marcha el derecho de los extranjeros al voto en las elecciones locales, sobre el principio de la reciprocidad".

Mohamed VI se comprometió con todos esos marroquíes a seguir "preservando su identidad, sobre todo en momentos de crisis en Europa", y les prometió "una más amplia participación en la edificación del futuro de Marruecos" mediante una presencia más efectiva en las nuevas instituciones que están a punto de ver la luz.

El rey de Marruecos considera que los marroquíes del exterior han tenido un importante papel "en defender sus causas nacionales (en alusión al Sáhara Occidental) y en desmontar los estereotipos y prejuicios existentes contra el Islam y los musulmanes".

El discurso del monarca alauí estuvo principalmente centrado en el importante papel de la juventud marroquí, y reconoció que "lo realizado hasta ahora no alcanza el nivel de las ambiciones ni las expectativas de la juventud" a la hora del acceso a los servicios y al empleo.

Mohamed VI puso el acento en la necesidad de una reforma radical del sistema educativo como mejor herramienta para integrar a los jóvenes de su país, y en este sentido instó al gobierno a promover "un planteamiento (escolar) que busque perfeccionar el espíritu crítico".

El rey celebrará mañana, martes, la tradicional ceremonia de la "beia" (pleitesía), en la que los notables de todo el país, electos o designados, se presentan en el Palacio Real vestidos con un hábito tradicional y se inclinan ante el monarca para marcar así su compromiso con el servicio a la corona.

La ceremonia de la "beia" ha sido últimamente criticada desde sectores izquierdistas e islamistas como un remanente de tradiciones medievales, y el miércoles un grupo de jóvenes contestatarios han llamado a una manifestación para protestar por su celebración.