Mineros en huelga se enfrentan a policías en Nicaragua

EL LIMÓN, NICARAGUA (17/OCT/2015).- Fuerzas antidisturbios de la policía de Nicaragua se enfrentaron al amanecer con mineros y habitantes de mina El Limón, que tenían tomado el poblado desde hace 15 días en reclamo de lo que consideran son demandas incumplidas por la empresa de origen canadiense B2Gold que explota el yacimiento.

Hasta el mediodía, las autoridades policiales no habían brindado datos de heridos ni detenidos después del operativo, pero un fotógrafo pudo ver a dos policías sangrando por heridas de piedras y también la detención de dos pobladores que se resistían a dejar los bloqueos que mantenían cerrado el poblado.

"Están reprimiendo al pueblo por reclamar que se respeten sus derechos. Estamos pidiendo que se cumpla con el Convenio Colectivo de parte de la empresa minera y el gobierno en lugar de apoyar a los obreros, se ha puesto del lado de ellos", dijo Veneranda Escalante, de 66 años y madre de un trabajador de la mina.

Aseguró que los policías antimotines irrumpieron en el poblado disparando gases lacrimógenos, morteros y balas de goma de manera indiscriminada.

"Nos han atacado como que fuésemos delincuentes y no lo somos, somos trabajadores y tenemos derechos", añadió.

El portal oficialista "El 19 Digital" que sirve de boletín del gobierno, informó que la Policía Nacional restableció el orden y la normalidad en mina El Limón, "donde un pequeño grupo vandálico había vulnerado en los últimos días la tranquilidad y seguridad de las familias de la comunidad".

"No somos vándalos, somos pueblo con derechos y somos sandinistas, porque éste pueblo ha sido históricamente sandinista y ahora nos tenemos que esconder de los policías como lo hacíamos con la guardia de Somoza, jamás esperamos esto de parte del gobierno de Daniel (Ortega)", dijo Juana Pérez de 39 años, una vecina del lugar.

Los problemas en la Mina Limón, ubicada a 145 kilómetros al oeste de la capital, iniciaron hace un mes cuando la empresa B2Gold decidió despedir a tres líderes sindicales. Según los reclamantes, ello violó el convenio colectivo, que no permite el despido de dirigentes por estar cubiertos por un fuero especial.

Como protesta, desde inicios de octubre los mineros decidieron cerrar el paso al yacimiento primero y al poblado como tal después, lo que provocó que autoridades trataran de restablecer el orden en un operativo que tuvo como resultado la muerte de un agente y 31 heridos, de los cuales 23 eran policías, la quema de la estación policial y la destrucción de patrullas y autos de la empresa minera.

La Fiscalía de Nicaragua acusó a 10 personas por los disturbios, entre éstas los tres dirigentes que habían sido despedidos y que estimularon las primeras protestas. Los pobladores pedían su liberación inmediata ante la solicitud de sentarse a dialogar para superar la crisis.

El pueblo estaba sitiado hasta el viernes, pues las autoridades policiales no dejaban entrar ni salir productos básicos. Un comunicado emitido por la policía advertía que restablecerían el orden en las próximas horas, pero fue hasta el sábado que realizaron el operativo.

Sectores de la iglesia católica y evangélica se habían ofrecido a ser mediadores de la crisis pero la propuesta no fue aceptada. "Nunca la represión violenta debe ser la solución a protestas ni conflictos sociales", tuiteó el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez.

"El gobierno apostó por la represión antes que el diálogo, eso lo condenamos", afirmó en un comunicado el disidente Movimiento de Renovación Sandinista.