Martes, 26 de Noviembre 2024
Internacional | Uzbekistán anunció el cierre de su frontera con Kirguistán al saturarse sus capacidades de recepción de refugiados

Miles de refugiados huyen de Kirguistán

La capital, Osh, sigue bajo toque de queda y el ejército de Kirguistán ha sido movilizado en un intento del gobierno por frenar los disturbios

Por: AFP

OSH, KIRGUISTÁN (14/JUN/2010).- Nuevos actos de violencia interétnica  ocurrieron en el sur de Kirguistán, obligando al éxodo hacia  Uzbekistán de decenas de miles de refugiados, muchos de los cuales acusan a las  fuerzas regulares kirguisas de ayudar a las bandas armadas a cometer masacres.

Uzbekistán anunció el cierre de su frontera con Kirguistán al  saturarse sus capacidades de recepción de refugiados y pidió ayuda  internacional para las decenas de miles de personas que ha recibido desde que  comenzó la crisis.

En cuatro días, los actos de violencia causaron por lo menos 124 muertos y  cerca de mil 700 heridos, según el ministerio kirguiso de Salud.

Unos 60 mil refugiados ya fueron registrados en la región uzbeka de  Andijan, fronteriza con Kirguistán, cifra que no contabiliza a miles de niños,  dijo Izzat Ibraguimov, jefe adjunto regional del ministerio de  Situaciones de Emergencia.

Kirguistán, país pobre pero estratégico de Asia central, acoge a una base  militar rusa y, también, una base aérea estadounidense, crucial para el  suministro de las tropas en Afganistán.

En Osh, segunda ciudad del país, donde estallaron el jueves pasado los  enfrentamientos entre kirguisos y la minoría uzbeka, resonaban los disparos.

Cuerpos calcinados en las calles, vehículos incendiados y casas quemadas  daban cuenta de la violencia de los últimos días.  

El gobierno interino de Kirguistán admitió dificultades para retomar el  control en el sur del país, pese a que movilizó al ejército, instauró el estado  de emergencia y un toque de queda.

"Sigue habiendo lugares con enfrentamientos y de momento no logramos  localizarlos. Surgen grupos armados en un lugar y luego en otro", dijo a los  periodistas Temir Sariyev, jefe adjunto del gobierno provisional.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo que unos 15 mil kirguisos continuaban bloqueados en la frontera.

En Ginebra, el Alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Navi  Pillay, declaró que la violencia parecía "orquestada, con objetivos claros y  planificados".

Asimismo el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)  anunció que envió "ayuda y equipo de urgencia" en Uzbekistán.

La embajada de Estados Unidos en Kirguistán anunció más de un millón de  dólares de asistencia humanitaria.

El presidente ruso, Dimitri Medvedev, consideró el lunes "intolerable" la  situación en Kirguistán.

"Ha muerto gente, hay sangre derramada por disturbios étnicos. Es muy grave  para esta región y por eso hay que hacer todo lo posible para poner término a  esos actos", declaró.

Por otra parte, según las agencias rusas, la Organización del Tratado de  Seguridad Colectiva (ODKB), alianza militar de países de la ex Unión Soviética  a la cual pertenece Kirguistán, estudia el envío de una fuerza de reacción  rápida.

Estos enfrentamientos son los peores episodios de violencia registrados  desde la revuelta de abril, en la que murieron 87 personas, que derrocó al  presidente Kurmanbek Bakiyev y llevó al poder al gobierno interino actual.

Históricamente, las relaciones entre la minoría uzbeka, que supone entre el  15 y el 20% de la población kirguisa, y los kirguisos son tensas, en particular  por motivos económicos. Poderosos grupos mafiosos también son activos en la  región.

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