Sunny se robó los reflectores cuando la niña de dos años Ashtyn Gardner perdió el equilibrio y se cayó en el tapete en el momento en que la primera dama Michelle Obama se acercó con el perro (que iba sujetado con correa) al Salón del Comedor del Estado, donde la esposa del presidente e hijos de militares estaban decorando galletas, haciendo flores de papel y utilizando fruta seca para formar pequeñas coronas. Dos réplicas de tamaño natural de los perros de agua portugueses hechos con listón de satín color negro son de las primeras cosas que la gente verá este mes, cuando se espera que 70 mil visitantes recorran la Casa Blanca por la época navideña. Los dos canes mueven sus colas y Bo da la pata. Están rodeados por árboles de Navidad hechos de libros. Versiones en miniatura hechas de chocolate oscuro con la forma de los perros también son parte del despliegue anual de galletas de jengibre de la Casa Blanca. Michelle Obama, quien enfatizó el apoyo a las familias de militares, pidió a los estadounidenses reunirse con la familia y amigos para las fiestas decembrinas y también recordó a los uniformados. "En esta época navideña, mientras nos reunimos con nuestros seres queridos, pido a todo estadounidense recordar lo que nuestras familias de militares y miembros en servicio muchas veces pasan en esta época del año", dijo la señora Obama. "Recordemos los sacrificios que ellos hacen para servirnos con orgullo", agregó. Otra pieza importante de las decoraciones es el árbol de Navidad de la Casa Blanca. El de este año es un abeto Douglas de 5.6 metros de alto (18.5 pies) traído de Lehighton, Pensilvania, que ocupa el Salón Azul. Rinde tributo a las familias de los militares, una tradición de la época de Michelle Obama, y entre sus ramas hay fotos de alegres regresos a casa.