Michelle Obama, más popular que su marido entre latinos

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (19/ENE/2012).- La primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, supera a su esposo, el presidente Barack Obama, en popularidad entre los latinos, reveló hoy un sondeo del Centro de Investigación Pew para el Pueblo y la Prensa.  

El 64 por ciento de los hispanos ve favorablemente al mandatario, en tanto que su esposa alcanza el 74 por ciento de aprobación entre esa población, de acuerdo con la encuesta.  

El jefe de la Casa Blanca inicia su cuarto año de gestión con una economía en problemas, un público descontento y un menor índice de aprobación que sus predecesores más recientes.  

La aprobación en general de Obama, quien este año busca su reelección, es del 44 por ciento, más bajo que el 56 por ciento alcanzado por George W. Bush en enero de 2004, cuando también buscaba repetir como inquilino de la Casa Blanca.  

William Clinton obtuvo el 50 por ciento de aprobación en enero 1996 cuando también buscaba la reelección y George Bush (padre) lograba el 46 por ciento en enero de 1992, éste último perdió los comicios.  

Obama continúa teniendo problemas en lograr el apoyo de los estadounidenses independientes, apenas el 37 por ciento lo favorece en enero de 2012, en tanto que el 56 por ciento desaprueba su gestión.  

A pesar de esos desafíos, el 75 por ciento considera que Obama defiende sus principios y el 61 afirma que se interesa por personas como ellas y que es confiable, además el 52 por ciento coincide que es un líder fuerte.  

El sondeo realizado del 11 al 16 de enero a mil 502 adultos, con un margen de error de 3.5 puntos porcentuales, señaló que el 51 por ciento tiene una opinión favorable de Obama y el 45 por ciento desfavorable.  

En contraste, el aspirante presidencial republicano Mitt Romney, favorito en las encuestas, tiene apenas el 31 por ciento de una opinión favorable y el 45 por ciento desfavorable.  

El Congreso, que esta semana retornó para sus sesiones tras un receso, es visto favorablemente por apenas el 23 por ciento de los estadounidenses, mientras que el 60 por ciento lo reprueba.