SAO PAULO, BRASIL (22/MAY/2017).- La izquierda brasileña salió ayer a las calles para pedir la renuncia del presidente Michel Temer, quien continúa en busca de apoyo político para mantenerse en el poder después del escándalo de corrupción que lo ha puesto en el ojo del huracán.Los movimientos Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo, así como diversos sindicatos, convocaron a los brasileños para continuar ejerciendo presión al mandatario, que se encuentra acorralado por las acusaciones realizadas por uno de los dueños de la empresa cárnica JBS.El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, imputado en cinco causas penales, aseguró que estará en la “trinchera” para presionar por la salida de Temer, quien se ha aferrado al poder y ha reiterado que no dejará el cargo.Para Da Silva y la ex presidenta Dilma Rousseff, destituida por presiones del grupo de Gobierno de Temer, las acusaciones de Joesley Batista se han convertido en la oportunidad ideal para promover la salida de Temer y las movilizaciones —que se han mantenido intermitentes desde su llegada al poder en agosto de 2016— podrían convertirse en otro factor de presión contra el mandatario, que se ha negado a renunciar pese a pedidos en ese sentido incluso desde su base aliada.Así, con la espada desenvainada, las manifestaciones crecen y decrecen en las ciudades de al menos 15 de los 27 estados del país; las condiciones climatológicas rigen la participación, pero no la sofocan, como se pudo constatar en Sao Paulo, donde la intensa lluvia disminuyó la afluencia de personas, pero dejó a muichos asistentes bajo paraguas e impremeables.En Belo Horizonte, capital del Estado de Minas Gerais, tuvo lugar una de las marchas más concurridas, ya que, según los organizadores, se concentraron entre 30 mil y 50 mil personas, aunque la Policía no presentó sus estadístricas, que suelen ser más bajas.En Río de Janeiro un reducido grupo marchó hasta la casa de Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de los Diputados, y quien en función de su cargo tiene la potestad de aceptar o rechazar los pedidos de juicio político contra Temer. En caso de que el mandatario dejara el poder, el Congreso tendría que designar en una elección indirecta a su sucesor, quien gobernaría hasta el 1 de enero de 2019, cuando asumiría el ganador de los comicios del año próximo.“Este es el resultado del golpe contra la presidente Dilma”, dijo Mario Vitorio, un funcionario público de 55 años, en la protesta en Brasilia. “Queremos la salida de Temer, elecciones directas y el fin de sus reformas”.La “caída” del presidente en cuatro díasEl pasado 17 de mayo, el portal del diaro O Globo publicó una grabación en la que el presidente de Brasil, Michel Temer, daba su aval a Joesley Batista, dueño del emporio cárnico JBS, para comprar el silencio de Eduardo Cunha, ex presidente de la Cámara de Diputados preso por corrupción. La grbación, hecha en la casa del mandatario el 7 de marzo pasado, fue entregada a la Justicia en el marco de un acuerdo de delación premiada. En ésta también se compromete al senador Aécio Neves, presidente del partido PSDB, aliado clave del Gobierno.El jueves 18 de mayo la Policía Federal realiza operaciones en residencias u oficinas de Neves y sus allegados, y detiene a su hermana. Un juez del Supremo Tribunal Federal (STF) lo suspende del cargo de senador y el PSDB lo separa de la conducción del partido.El presidente se dirige a la nación y niega las acusaciones, exige una investigación y asegura que no renunciará.Hacia el viernes, 19 de mayo, la Fiscalía General de la República (FGR) acusa a Temer de obstrucción en la Operación Lava Jato, sobre sobornos en Petrobras, y pide que el STF abra una investigación para determinar si cabe acusar al mandatario.El sábado, Lula insta a Temer a salir “ya” del poder y pide elecciones directas.Ya contra las cuerdas, Temer da un segundo discurso a la nación y pide suspender las investigaciones en su contra, alegando que se basan en pruebas “manipuladas”. En tanto que el PSB (35 diputados) abandona la coalición de Gobierno.El domingo, ayer, el PSDB suspende una reunión en Brasilia en la que debía discutir su eventual salida de la coalición de Gobierno.El PSDB suspende reuniónEl presidente brasileño Michel Temer tuvo un respiro ayer tras la suspensión de una reunión del principal socio del Gobierno en la que iba a decidir sobre su apoyo al mandatario, acorralado en una investigación por corrupción.Temer lucha por su supervivencia política desde que el miércoles pasado el diario O Globo reveló una grabación en la cual presuntamente avalaba comprar el silencio del ex presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, preso por corrupción. El socialdemócrata PSDB, aliado clave del centroderechista PMDB de Temer, suspendió el encuentro previsto sin determinar cuándo se llevará a cabo la reunión.Una salida del PSDB —que sufrió la caída estrepitosa de su presidente, Aécio Neves, suspendido como senador esta semana al verse implicado también en las grabaciones— implicaría un golpe de gracia para Temer.Por lo pronto, los partidos han emitido una orden de cautela, a la espera de saber cuáles serán los nuevos episodios del culebrón político y judicial dirigido por Joesley Batista.Mientras ello ocurre, la Cámara baja tendrá que comenzar a analizar la situación del mandatario, contra quien ya hay alrededor de una decena de solicitudes para abrir un impeachment.El último de los pedidos fue promovido por la Orden (colegio) de Abogados de Brasil (OAB), que recomienda el proceso contra Temer al ver indicios de “crimen de responsabilidades”.“En términos políticos el presidente perdió por completo la condición de permanencia en el cargo”, aseguró el máximo titular de la OAB, Claudio Lamachia.