RÍO DE JANEIRO, BRASIL (15/SEP/2016).- En las dos semanas que pasaron desde la destitución de su predecesora, el presidente brasileño Michel Temer se ha codeado con líderes mundiales en China, fue abucheado en la inauguración de los Juegos Paralímpicos y ha expresado su disposición a seguir adelante con reformas muy impopulares.Temer prepara el terreno para grandes cambios luego del tenso juicio político que concluyó con la destitución de Dilma Rousseff.Indicó que se propone presentar un proyecto de reforma al sistema de jubilaciones antes de las elecciones municipales de octubre.Dijo que no tocará populares programas sociales como “Bolsa Familia”, que ofrece subsidios a los brasileños más pobres, pero al mismo tiempo señaló que va a reducir gastos.