Sábado, 30 de Noviembre 2024
Internacional | La Secretaria de Relaciones Exteriores opina sobre la relación a 10 años del S-11

México y EU, a una década del atentado

Esta rememoración sirve también como punto de partida para reflexionar sobre el desarrollo de la relación entre México y Estados Unidos, asegura la funcionaria federal

Por: SUN

Patricia Espinosa Cantellano, secretaria de Relaciones Exteriores. ARCHIVO  /

Patricia Espinosa Cantellano, secretaria de Relaciones Exteriores. ARCHIVO /

CIUDAD DE MÉXICO (30/AGO/2011).- Este domingo marcará el décimo aniversario del ataque terrorista contra las Torres Gemelas y el Pentágono. Para muchos, éste será también el aniversario del inicio real, aunque no cronológico, del siglo en que vivimos. La evocación de este hecho nos revela cuán devastadora puede ser la intolerancia y el fanatismo. Reviven nuestros sentimientos de solidaridad y condolencia hacia amigos y familiares de quienes fallecieron en aquel ataque, entre ellos ciudadanos mexicanos, y hacia todos aquellos que han sufrido las consecuencias de atentados similares.

Esta rememoración sirve también como punto de partida para reflexionar sobre el desarrollo de la relación entre nuestro país y Estados Unidos. Nuestros contactos, que debieron hacer frente a una coyuntura internacional compleja durante los meses posteriores, han evolucionado hacia la consolidación de una mayor cooperación sobre la base de los principios de confianza, respeto mutuo y responsabilidad compartida.

Los ataques terroristas del 11 de septiembre transformaron los objetivos de seguridad de corto plazo de Estados Unidos, que se enfocó en combatir al terrorismo internacional y convirtió este empeño en uno de sus principales ejes de política exterior. Como secuela de lo ocurrido en aquella fecha, gran parte de los aspectos de la relación bilateral parecieron pasar a segundo plano frente a prioridades inmediatas de seguridad.

La creación del Departamento de Seguridad Interna en noviembre de 2002 implicó la reagrupación total o parcial de 22 agencias. La gran mayoría de éstas tenían una interacción cotidiana con México, como producto de la vecindad. La escala de esta reestructuración necesariamente requirió cambios en la gestión de la relación.

Como resultado del ajuste realizado por ambos países, e incluso en el contexto político del momento, se logró mantener y reforzar la cooperación de seguridad. Se logró también restablecer una visión integral de largo plazo, reconociendo que las agendas de competitividad, desarrollo y seguridad no pueden disociarse. Tampoco pueden ignorarse los profundos lazos entre nuestras sociedades.

Las acciones para fortalecer la relación entre México y Estados Unidos en el combate al terrorismo han sido exitosas. El gobierno de México ha protegido a sus ciudadanos de amenazas externas y a la vez ha mantenido una actitud de apertura a la migración ordenada y al comercio internacional, así como un amplio diálogo político extrarregional y un permanente respeto a la diversidad cultural. La cooperación bilateral ha sido un elemento central de esta estrategia.

El trabajo coordinado con Estados Unidos en la materia se ha ampliado en otras áreas prioritarias para ambas sociedades, en primer lugar el combate al crimen organizado transnacional. Es innegable que la eficacia de los entendimientos generados tras los ataques terroristas de hace 10 años ha contribuido a que exista una mayor confianza entre las autoridades, haciendo posible la más profunda interacción actual.

La cooperación institucional en seguridad ha contribuido también a abrir espacios para que ambos gobiernos avancen en los muchos otros temas de su agenda compartida. A medida que el sistema internacional evoluciona hacia un modelo de regionalismo abierto, México impulsa un mayor aprovechamiento de las complementariedades en América del Norte, trabajando diariamente para crear las condiciones de eficiencia y equidad que faciliten el creciente flujo bilateral de bienes y servicios, así como el movimiento legítimo de personas.

Un ejemplo concreto del renovado impulso en este ámbito es la visión compartida de desarrollo fronterizo acordada por los presidentes Calderón y Obama, que fue plasmada en la Declaración sobre la Administración de la Frontera del Siglo XXI de mayo de 2010. Asimismo, tras 10 años de escasos avances en la modernización de los cruces entre ambos países, el año pasado se inauguraron tres puertos fronterizos. Hoy se construye el primer nuevo cruce ferroviario desde la época de la Revolución Mexicana.

El vigor de la relación entre México y Estados Unidos es fruto de un empeño compartido y de metas acordadas de manera conjunta. Los avances registrados desde el 11 de septiembre de 2001 nos muestran cómo las naciones son capaces de sobreponerse a la intimidación y la intolerancia, mantener una visión integral y de largo plazo de sus contactos, y adaptar su cooperación ante un contexto internacional cambiante. Nuestros países, socios y amigos, pueden incrementar juntos su fortaleza a pesar de los momentos de grave adversidad.

* Secretaria de Relaciones Exteriores

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