Domingo, 24 de Noviembre 2024
Internacional | Elecciones presidenciales en Estados Unidos

Los votantes pierden entusiasmo

El voto hispano de Florida, por inestable, podría incidir en la balanza a favor de Obama o de Romney

Por: SUN

Los electores han variado su intención de voto constantemente. En este momento, las encuestas muestran resultados cerrados. AP  /

Los electores han variado su intención de voto constantemente. En este momento, las encuestas muestran resultados cerrados. AP /

MIAMI, ESTADOS UNIDOS (22/OCT/2012).- La palabra la tiene Obama. Nada más él. El presidente tiene la onza para decidir si continúa en la Casa Blanca, o permite que su rival electoral le quite el privilegio de la reelección.

El efecto de los dos debates presidenciales que se celebraron hasta el momento en Estados Unidos se refleja en las cifras entregadas por el Pew Research Center en su más reciente informe: antes del primero, 51% de los votantes creía que el mandatario Barack Obama ganaría las elecciones, mientras que 29% pensaba lo mismo del candidato republicano, Mitt Romney.

Pero tras el segundo encuentro, el panorama es muy distinto: 41% cree que el presidente será reelecto y 37% está seguro de que el republicano será el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Aunado a ese impulso que adquirió la campaña del ex gobernador de Massachusetts desde el primer debate, hay un elemento que, en estos momentos, podría decidir la elección a su favor: el entusiasmo —o la falta de éste—, de los electores.

Hay una gran brecha, sobre todo en el ánimo que existe de volver a las urnas para apoyar la reelección de Obama.

De acuerdo con una encuesta realizada por The Wall Street Journal y NBC, difundida el 7 de octubre, mientras en 2008, 83% de los demócratas estaba altamente interesado en la elección presidencial, en 2012 el porcentaje es de 73. Es decir, hay 10 puntos porcentuales de diferencia entre las dos elecciones. Entre los hispanos, 77% estaban interesados en votar en 2008, contra el 59% en 2012. Una brecha de 18 puntos. En los jóvenes el desánimo es mayor: 72% en 2008, en comparación con 52% en 2012. El abismo es de 20 puntos.

En Florida, por ejemplo, el voto hispano es fundamental, porque es el más inestable. Y en esta elección, la indecisión podría dar paso a la apatía. A decir de los encuestadores, Romney ganará en el “estado del sol” si logra dividir al electorado latino. Sin embargo, durante toda la campaña, latinos, blancos no hispanos y negros se han comportado de una manera muy similar a 2008. Y eso, según los expertos, significaría que el presidente Obama ganaría Florida por un margen muy pequeño.

Aun así, encuestas realizadas después del primer cara a cara de los candidatos, dan una ligera ventaja a Romney. El impacto del segundo debate, en el que se impuso Obama, aún no está tan claro.

La lucha por la Casa Blanca es intensa, impredecible y se libra, sobre todo, en los estados indecisos que los candidatos han inundado con mensajes publicitarios en televisión, casi todos negativos, financiados por los llamados súper PAC’s, comités de acción política que han convertido esta elección en una danza, para algunos obscena, de los millones. Según la revista Time, una campaña presidencial en EU cuesta, hoy por hoy, más de dos mil millones de dólares.

Paralela a esa batalla mensual se registran otras que son estratégicas, como el registro de nuevos votantes. El martes 9 de octubre fue el último día para esa actividad en Florida. De acuerdo con cifras de la Liga de Mujeres Votantes, se registraron más de tres mil nuevos electores en todo el Estado, y cerca de 300 en el condado Miami Dade.

El tercer debate, hoy, es la última oportunidad para que los aspirantes a la Casa Blanca mejoren el interés de los electores.

CIFRAS RÉCORD

MIAMI.- La comunidad hispana acaba de romper, en todo el país, su propio récord de registro para estas elecciones: según el más reciente reporte del Pew Hispanic Center (PHC), publicado el 1 de octubre, 23.7 millones están habilitados para votar en la justa electoral del 6 de noviembre.

Sin embargo, los latinos son el grupo poblacional con los índices de abstención más altos, comparados con los blancos no hispanos y los negros. En 2008, cuando triunfó Obama, 19.5 millones de hispanos podían votar, pero sólo fueron a las urnas 9.7 millones, es decir, 50 por ciento.

En Florida hay 11.4 millones de votantes activos; de ellos, 13.5% son hispanos. De este porcentaje, 463 mil están registrados como republicanos y 592 mil como demócratas.

“El voto cubano es importante en Florida; sigue siendo mayoritariamente republicano (aunque cada vez menos) sobre todo en las generaciones viejas e intermedias, pero el Estado, históricamente, ha votado por el Partido Demócrata, con algunas excepciones como en 2000, y 2004, cuando votó por (George W.) Bush, pero en 2008 votó por Obama”, afirma Eduardo Gamarra, profesor del Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de Florida (FIU). “Lo más importante —añade— (y por eso hay que matizar la influencia del voto cubano) es que en 2000, 2004 y 2008, ganaron los demócratas en el condado Miami-Dade”.

De acuerdo con la encuesta más reciente del PHC, difundida el 11 de octubre, el presidente Obama podría obtener el 69% del voto hispano, mientras que Mitt Romney se llevaría el 21%. “Hay algunos que aún no han tomado ninguna decisión, pero la mayoría de latinos ya la tomaron o por lo menos se inclina por alguno de los dos candidatos, aclara Mark Hugo López, director asociado del PHC.

FACTURAS ELECTORALES
Mitt Romney huye de su legado en Boston


BOSTON.- Para su retrato oficial, que cuelga en el edificio del capitolio estatal de Boston, Willard Mitt Romney, gobernador número 70 de Massachusetts, dio precisas instrucciones de cómo debía pintarle el artista Richard Whitney: sentado en su escritorio, con una foto de su mujer a la izquierda y, ante ella, un legajo de papeles, en cuya portada se ve un caduceo, que en Estados Unidos simboliza la medicina. Es la ley de reforma sanitaria, que Romney logró aprobar en Massachusetts en 2006. La eligió para que pasara, con él, a la inmortalidad política. Hoy, es una herencia agridulce de la que Romney huye ante los republicanos y que defiende con timidez para cortejar a los electores independientes.

El legado de Romney como gobernador se ha convertido en un asunto fundamental en la campaña electoral, y ha salido a relucir en los dos debates organizados hasta la fecha, sobre todo en el último, celebrado el martes en Nueva York. En él, Romney dijo que cuadró los presupuestos de su Estado y buscó la paridad en su gabinete. Sobre la reforma sanitaria no dijo nada. En sus cuatro años de gobierno en Massachusetts, con un congreso estatal controlado por los demócratas, tuvo poco tiempo para reformas. Se veía con las manos atadas, y por eso decidió impulsar una ley sanitaria. No sabía entonces que, desde la presidencia, Barack Obama la tomaría como modelo para una reforma nacional que se ha convertido en la bestia negra de los republicanos.

La idea de la reforma sanitaria le sobrevino en 2004, en una reunión con Jonathan Gruber, profesor de Economía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts. “Romney me dijo que consideraba que reformar la sanidad era una obligación moral. Yo le expliqué que no funcionaría sin un mandato individual”, recuerda ahora Gruber. El mandato individual, la obligatoriedad de que todos los residentes del Estado contraten una póliza de seguro.

Romney hizo toda una costumbre de la práctica de hablar mal de sus electores fuera de su Estado. Todo tenía una lógica: en 2005 ya había decidido que no aspiraría a un segundo mandato. Abandonaría el Gobierno en 2007, para presentarse inmediatamente a sus primeras primarias a presidente en el Partido Republicano, que perdería frente a John McCain. En ellas, apelaría a un electorado muy conservador. Y para cortejarlo, renegó de lo que podía ser un legado moderado en Massachusetts. En casa no sentó muy bien.

Sólo dos años después de tomar posesión de su cargo, Romney ya tenía sus miras puestas en Washington. Las expectativas habían sido muy altas, y el electorado quedó muy decepcionado.

De los cuatro años en que Romney fue gobernador, pasó 467 días, más de un año, fuera del Estado.

Con información de El País

LA CIFRA

69%
del voto hispano podría obtener Obama, según reporte del Pew Hispanic Center

56% del electorado blanco no hispano sufragaría en favor de Mitt Romney

PARA SABER
Seduce al voto hispano


Elizabeth Alvisar, de Nevada, es atraída por las posturas republicanas, pero la política migratoria de Barack Obama la hace apoyar al demócrata.

“Es sólo por la Dream Act”, dice Alvisar en referencia al decreto que emitió Obama en agosto y que permite que algunos jóvenes inmigrantes que fueron traídos cuando niños de manera ilegal no sean deportados si se gradúan de la secundaria o se alistan en el ejército. “Tengo muchos amigos que han aprovechado esa oportunidad”.

En el vecindario predominantemente hispano donde vive Alvisar, el desempleo es alto y el valor de las viviendas es bajo. Pero la postura de Obama ante la inmigración, y en especial el decreto presidencial, le ha asegurado el apoyo de un grupo de rápido crecimiento demográfico que es cada vez más demócrata ante la posición republicana cada vez más dura contra la inmigración.

ENSAYA ARGUMENTOS
Ven a Obama con ventaja

BOCA RATÓN.- El presidente de Estados Unidos y candidato a la reelección, Barack Obama, y su rival republicano, Mitt Romney, preparan la batería de argumentos para su tercer y último debate de hoy sobre política exterior en la Universidad Lynn, en el sur de Florida.

Obama se recluyó el fin de semana con su equipo de asesores en la residencia presidencial de Camp David, en las montañas de Catoctin en Maryland, mientras que Romney ha elegido para su puesta a punto un centro en la playa de Boca Ratón, la soleada localidad de Florida que acogerá el decisivo cara a cara.

El consenso de analistas coincide en que Romney parte con desventaja para la cita, que se producirá a tan sólo 15 días de las elecciones del 6 de noviembre y con ambos candidatos empatados en las últimas encuestas.

“Romney llega a este debate con una desventaja significativa, porque no ha tenido las sesiones informativas diarias sobre asuntos internacionales y de seguridad nacional que, como presidente, ha tenido Obama desde el 2009”, explicó Diana Negroponte, del centro de estudios Brookings en Washington.

Bruce Gronbeck, profesor emérito de la Universidad de Iowa, recordó que Obama puede también alardear de logros como la retirada de las tropas de Irak, la planeada salida de Afganistán o el golpe asestado a Al Qaeda con la muerte de su cabecilla, Osama bin Laden.

Los expertos no esperan, de todos modos, que Romney se amilane frente a la superioridad de partida de Obama.

“Por lo que he podido saber, Romney tratará de redirigir las preguntas para cuestionar el liderazgo de Obama y su capacidad de atraer inversiones y generar puestos de trabajo”, indicó Negroponte.

Romney acusa al presidente de falta de determinación e inconsistencia y lo culpa de no tener suficiente mano dura con China o Irán, de perseguir el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU en sus políticas hacia Siria y de flaquear en su compromiso con aliados como Israel.         

Con información de EFE

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