Legionarios de Cristo pierden otro miembro emblemático

CIUDAD DEL VATICANO (30/MAY/2011).- Los Legionarios de Cristo perdieron esta semana a uno de sus emblemáticos integrantes, Juan Pedro Oriol, integrante de una acaudalada familia española que sirvió de apoyo a Marcial Maciel para llevar la congregación a Europa.  

El vocero de la orden en Roma, Andreas Schoggl, confirmó la decisión del sacerdote de abandonar el instituto religioso para encaminarse en la arquidiócesis mexicana de Guadalajara, donde trabajó con la Legión en los últimos años.  

'(Comentamos la noticia) como lo pide el mismo padre Juan Pedro, con mucho respeto y con agradecimiento por todo lo que él ha hecho, con los mejores deseos para el futuro', dijo Schoggl.  

La decisión fue comunicada públicamente mediante un artículo de prensa en el cual Oriol aseguró que su salida llegó 'después de seguir un proceso personal'.  

'No quiero mirar atrás, lo único que quiero es hacer la voluntad de Dios, poder agradarle y servirle. Esta decisión, aunque no quita mi dolor, me lleva a encontrar la paz en la esencia de mi sacerdocio: dar la vida por Cristo y por el prójimo', indicó.  

Miembro de una de las tradicionales familias de la Legión de Cristo (a la cual ingresaron tres hermanos y una hermana suya), el presbítero entró en crisis luego que El Vaticano reconoció los actos inmorales del fundador que incluyeron actos de pederastia.  

El jefe de esa familia, Ignacio María de Oriol y Urquijo, accionista del consorcio eléctrico Iberdrola, fue amigo personal de Marcial Maciel, a quien donó grandes cantidades de dinero para su obra y le ofreció valiosos contactos empresariales.  

Además de Juan Pedro otros dos hermanos Oriol rompieron con los Legionarios de Cristo en los últimos meses: Santiago, quien en octubre de 2010 dejó tanto la orden como la dirección del Colegio Everest de Madrid e Ignacio, quien decidió hacerse sacerdote diocesano.  

Como parte de la Legión quedan Alfonso, quien administra una casa de ejercicios en Córdoba (España) y Malen, asistente del director general, Alvaro Corcuera, para las consagradas del movimiento laico Regnum Christi.  

Según datos oficiales en los últimos dos años (2009-2010), periodo que ha coincidido con el escándalo de Maciel, dejaron definitivamente la congregación unos 45 sacerdotes, mientras otros 12 decidieron vivir fuera de sus comunidades durante un 'tiempo de reflexión'.  

Por lo tanto suman 57 las deserciones sacerdotales mientras, en ese mismo arco de tiempo, se han registrado aproximadamente 200 bajas de novicios y religiosos en formación, es decir seminaristas. Actualmente los Legionarios de Cristo cuentan con 890 sacerdotes y más de dos mil seminaristas en todo el mundo.  

La salida de muchos miembros ha obligado a la congregación a establecer una nueva política de desarrollo interno, que ha orillado a la unificación de comunidades religiosas para optimizar costos y recursos humanos.  

Hace apenas unos días se informó de la unificación, en un solo territorio, de las comunidades religiosas que antes dependían de Alemania y Francia.  

Se comunicó que la nueva región se llamará Europa occidental y concentrará la presencia legionaria en Irlanda, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Alemania, Suiza, Austria, Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría.  

Al respecto Schoggl reveló que los de Francia y Alemania fueron, históricamente, los territorios más pequeños, los cuales nunca tuvieron su cuadro completo de directivos y asistentes que deberían tener, lo cual causaba dificultades para el director territorial.  

'Al analizar esa situación se vio que lo mejor era unificar esos dos territorios y completar el equipo del director, de esta manera tiene todo el apoyo que necesita', estableció.  

'Era mejor esta opción que completar los dos equipos, lo cual hubiera significado no dedicar personas a los trabajos apostólicos y a las comunidades, lo cual es más importante', apuntó.  

Señaló que la política general de la Legión, en los últimos tiempos, ha sido aprovechar lo mejor posible el personal y no extenderse demasiado, tener comunidades más grandes, con equipo completo según lo marcan los organigramas.