Viernes, 29 de Noviembre 2024
Internacional | Polémica por despenalización de la mariguana

Legalizar cannabis, leve golpe al narco

En caso de que California apruebe la Proposición 19, cárteles dejarían de percibir entre 2% y 4% de sus ganancias anuales

Por: EL INFORMADOR

Simpatizantes de la legalización de la mariguana se manifiestan en la Plaza Sproul, en California. AP  /

Simpatizantes de la legalización de la mariguana se manifiestan en la Plaza Sproul, en California. AP /

SAN FRANCISCO, CALIFORNIA (02/NOV/2010).- Alrededor de 15% de las ventas de mariguana de los cárteles de la droga mexicanos a Estados Unidos están dirigidas específicamente al Estado de California. Según el Centro de Investigación y Políticas de Narcóticos (RAND Drug Policy Research Center), el impacto de la legalización de la referida hierba en las finanzas de las cárteles, será entre 2% y 4%, algo así como mil millones de dólares (MMDD) al año.

Esto se explica en parte por la despenalización de facto que vive California, al haber admitido el uso médico de esta sustancia desde hace algunos años. Por ello, el centro de estudios concluye que la legalización sólo tendrá efecto si desemboca en legalizaciones paralelas en otros estados consumidores como Texas, Nueva York o Florida.

A pesar del auge que han tenido las drogas sintéticas que comercian grupos ilegales de traficantes en América Latina, Europa del Este y Asia, y que son producidas en laboratorios especializados, la mariguana es todavía un medio de sustento de las organizaciones clandestinas, principalmente mexicanas.

Según el Centro RAND y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los cárteles mexicanos, sobre todo, los de Juárez y Sinaloa, obtienen 20 MMDD por la venta de drogas a los Estados Unidos, de los cuales, seis de cada 10 son provistos por el consumo exclusivamente de la mariguana, mientras que el resto son ganancias relacionadas a las drogas sintéticas y a la cocaína.

Estados Unidos es el país que más consume drogas a nivel mundial. Por ejemplo, de acuerdo al reporte de la ONU “Drogas 2010”, en México sólo dos de cada 100 habitantes consumen ocasional o regularmente mariguana en un año, esto es 14 veces menos que la Unión Americana dónde 27% de los ciudadanos entre 15 y 69 años declararon consumir con frecuencia cannabis. A nivel mundial, hay poco más de 128 millones de usuarios habituales de la hierba, de los cuales, alrededor de 25% son estadounidenses o canadienses. Norteamérica es por mucho la región que más consume marihuana.

En California, los números son prácticamente los mismos que el resto del país, aunque el volumen es significativo. La región de Santa Clara, al norte de Los Ángeles, presenta los índices más bajos de consumo, alrededor de 4%, según datos de los últimos días de RAND.

Sin embargo, en el mismo periodo, la región del Norte del Estado, donde se sitúa la ciudad de San Francisco, triplicó el consumo para alcanzar 12 por ciento.

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Hoy los californianos votan por impulsar, o no, una de las leyes más controvertidas y ambiciosas de la historia de Estados Unidos. Lo que propone la legislación presentada a consulta popular es legalizar toda la cadena de tráfico de mariguana, desde la producción que sería válida hasta el consumo, pasando por la distribución. Es decir, la cadena que va desde el agricultor que cosecha la droga hasta el californiano que la consume estaría dentro de los márgenes de la ley, como el alcohol o el tabaco.

Y es que California siempre ha sido el Estado que innova en materia de legislación relacionada con los narcóticos. La Entidad fronteriza con México fue la primera en prohibir tajantemente el consumo y la producción de cannabis en 1913, antes de la Primera Guerra Mundial.

Esta ley fue aprobada 25 años antes de que el Gobierno federal legislara al respecto. Ya que el primer documento legal que abordó el complejo mundo de la prohibición de la droga, fue el acta federal de Drogas y Alimentos de 1906. Sin embargo la mariguana estaba permitida sólo para fines medicinales y la importación de opiáceos fue regulada.

En oposición a las duras leyes prohibicionistas que marcaron la primera mitad del siglo XX, en 1975, California se convirtió en el primer Estado de la Unión Americana que toleró la portación de pequeñas cantidades de la hierba, dando un paso fundamental para no criminalizar a los consumidores, sino que poner todo el equipo policial para detener la producción de estupefacientes y la distribución menudista de la propia planta.

Siguiendo la orientación que permitió la despenalización de menos de un gramo en 1975, a mitad de la década de 1990, California levantó aún más los candados penales contra el consumo, permitiendo que se pudiera tener acceso a la mariguana como tratamiento médico, para aliviar hipertensiones, dolores de cabeza.

En esta legislación se concibe al cannabis como una planta que emite sustancias capaces de relajar a la persona y atenuar el dolor de ciertas enfermedades.

De la misma manera, California se puede convertir en el primer Estado que legaliza y determina impuestos para la mariguana. Dos estados de la Unión Americana han votado anteriormente un proyecto de legalización, sin embargo, tanto Nevada en 2006 como Alaska en 2000 y 2004, han tenido que ceder a la negativa de los ciudadanos para legalizar la cannabis.

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En la actualidad, la normativa mexicana que regula el consumo y portación de drogas contempla cantidades despenalizadas de ciertos narcóticos, por ejemplo: cinco gramos de mariguana y 500 miligramos de cocaína.

Esto quiere decir que cualquier individuo que tenga consigo el equivalente a un cigarro de cannabis, no podrá ser arrestado, ya que estas cantidades son identificadas como de consumo individual, por debajo de la línea del narcomenudeo.

Sin embargo, el único que no está sujeto a cargos legales es el consumidor, ya que la producción y la distribución están categóricamente prohibidas.

Las penas por producción, portación o venta van desde los 10 hasta los 25 años de prisión y multas económicas acompañantes de hasta 500 días de salario mínimo vigente. La despenalización concibe en el consumidor un enfermo que necesita ayuda y no un criminal que haya que procesar.

Por su parte, la legalización implica la aceptación de que la industria existe. Así, la legalización busca que un gran negocio económico ilegal se formalice y adquiera las responsabilidades fiscales y restricciones particulares que establece el Gobierno.

El objetivo de la legalización es evitar que los cárteles se fortalezcan a través de los altos precios que la ilegalidad genera, así como, buscar detener la ola de violencia que el empoderamiento de los narcotraficantes provoca.

Con la legalización, el enfoque de combate al consumo de las drogas se vuelve más un tema de salud pública que un tópico de seguridad nacional.

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