Sábado, 23 de Noviembre 2024
Internacional | Polonia despidió a las víctimas de Smolensk

Lech Kaczynski reposa en el Castillo de Wawel

Los restos del presidente fallecido en accidente aéreo fueron depositados en Cracovia, en un masivo y colorido acto religioso

Por: EFE

CRACOVIA, POLONIA.- La vieja Polonia, obrera, tradicional y católica, elevó a su presidente, Lech Kaczynski, a las alturas del histórico Castillo de Wawel, donde sus restos reposan rodeados de reyes, héroes y destacadas personalidades del país, ocho días después de la tragedia de Smolensk, Rusia.

Más de 150 mil personas reunidas a orillas del Río Vístula, 45 mil de ellas en la abarrotada Plaza del Mercado de Cracovia, hicieron olvidar la ausencia masiva de estadistas de todo el mundo, que disculparon su inasistencia por la nube de polvo volcánico de Islandia que bloquea el tráfico aéreo en gran parte de Europa.
Campesinos de las montañas del Tatra vestidos con sus trajes regionales, ferroviarios, bomberos y mineros en uniformes de gala, operarios de los astilleros de Gdansk con sus banderas del sindicato Solidaridad, pero también muchas familias sencillas, con mochilas al hombro, llenaron la bella ciudad medieval.

Y todos ellos haciendo ondear miles de banderas nacionales con crespones negros, entonando incesantemente salmos y el himno nacional durante la espera para el comienzo del oficio religioso, acompañados por numerosos clérigos y monjas de distintas órdenes que se habían sumado igualmente a la despedida popular.

Los féretros de Lech Kaczynski y de su esposa María fueron acompañados a la salida de la Basílica de Santa María, donde se oficiaron los funerales durante más de dos horas, por miles de voces que entonaban el himno nacional polaco y una gran salva de aplausos.

En el cortejo mortuorio a pie, que encabezaron Marta, la única hija del matrimonio presidencial, y Jaroslaw Kaczynski, el hermano gemelo del presidente, figuraba la curia polaca completa y las autoridades del país, como el primer ministro, Donald Tusk, y el presidente en funciones, Bronislaw Komorowski.

De entre los pocos estadistas que llegaron a desplazarse a Cracovia destacó la presencia del presidente ruso, Dmitry Medvedev, a quien los polacos agradecen la solidaria reacción de su pueblo tras el accidente aéreo que costó la vida a 96 personas en el aeropuerto de Smolensk, el sábado 10 de abril.

Junto a Medvedev pudo verse en la catedral San Estanislao y Wenceslao al presidente de Alemania, Horst Köhler, y sus colegas de la República Checa, Vaklav Klaus, y Ucrania, Viktor Yanukovich, entre otros, así como el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek.

Llamó la atención la ausencia del ex presidente polaco Lech Walesa, enemigo acérrimo de los gemelos Kaczynski, mientras no faltó a la cita el también antiguo jefe del Estado polaco, Aleksander Kwasniewski.

Cenizas aíslan la despedida


Presidentes como Barack Obama (Estados Unidos), Nicolas Sarcozy (Francia), y Angela Merkel (Alemania) desistieron de asistir a los funerales del mandatario polaco Lech Kaczynski, debido al caos aéreo provocado por la inmensa nube de polvo del volcán islandés Eyjafjallajokull.

Varios dirigentes de Europa central llegaron por tierra, en auto o tren,  para evitar las nubes de cenizas volcánicas de Islandia que invadieron el cielo  de Europa.
El Papa Benedicto XVI llamó a los polacos a “la unidad” y a “la cooperación activa con los otros pueblos”, en un mensaje leído durante el oficio.

El muy escéptico presidente checo, Vaclav Klaus, juzgó “inexcusable” la  ausencia de los dirigentes de la Unión Europea en el funeral.

Mausoleo de los reyes y los héroes polacos


La catedral de los reyes de Polonia, en la colina de Wawel en Cracovia (Sur), donde fueron sepultados los restos del presidente Lech Kaczynski y su esposa María, es el panteón de las personalidades que para los polacos jugaron un papel decisivo en la soberanía del país.

Principal iglesia de la arquidiócesis de Cracovia, la basílica catedral San Estanislao y Wenceslao fue construida en estilo gótico a partir del siglo XIV, en el sitio donde se levantaba una catedral más antigua, construida en siglo XI y destruida por un incendio hacia 1305.

Desarrollada y ricamente decorada en los siglos XVI y XVII, la basílica se sitúa junto al Castillo Real de Wawel. En sus criptas reposan los últimos reyes de la dinastía de los Piast, de los Jagellon y de los Vasa.

Allí también está la tumba del rey Juan III Sobieski, vencedor de los turcos en la gran batalla de Viena en 1683, y de su esposa María de Arquien.

La catedral comienza a convertirse en panteón nacional a partir de 1817 con la inhumación en sus criptas de Joseph Poniatowski, mariscal de Francia y héroe del Gran Ejército de Napoleón.

Un año más tarde recibe los restos del general Tadeusz Kosciuszko, combatiente de la independencia de Estados Unidos y jefe de la insurrección polaca cuyo fracaso culminó en 1795 con la tercera partición de Polonia entre Rusia, Austria y Prusia.

En el siglo XIX, los restos de los grandes poetas románticos polacos, Adam Mickiewicz y Juliusz Slowacki, fueron sepultados en la catedral de Wawel.
Otro héroe nacional, el mariscal Josef Pilsudski, padre de la independencia de Polonia en 1918, reposa en la catedral desde 1935.

Telón De Fondo

La tragedia del Tupolev


Polonia vive desde el sábado 10 de abril su peor tragedia desde la Segunda Guerra Mundial.
Ese día, los habitantes del golpeado país por las conflagraciones y divisiones políticas, se estremecieron con la noticia de que su presidente Lech Kaczynski, su esposa María y otras 94 personas, entre los cuales numerosos responsables políticos y militares polacos, murieron en el  accidente del avión presidencial cerca de Smolensk, al oeste de Rusia.

Kaczyinski y su comitiva viajaban en un Tupolev 154 para participar en las ceremonias del 70 aniversario de la matanza de Katyn, cuando 22 mil oficiales polacos y una gran parte de la élite intelectual murieron a manos de la Policía política de Josif Stalin. La ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas mintió durante más de 50 años acusando del crimen a la Alemania nazi.

Polonia ha vivido una semana de consternación, que concluye con los entierros de las víctimas, para dar vuelta a la página y encontrarse con la realidad de que necesita reconstruir buena parte de su plataforma política.

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