Miércoles, 22 de Enero 2025
Internacional | Dimite ministro incondicional a Muamar

Leales a Gadhafi obligan el repliegue de rebeldes libios

Versiones de prensa destacan el despliegue de grupos de la CIA para contactar a los insurgentes y organizarlos

Por: EL INFORMADOR

AJDABIYA, LIBIA (31/MAR/2011).- La coalición bombardeó, por primera vez en dos días, posiciones de las tropas leales al dirigente libio Muamar Gadhafi, que lograron reconquistar la terminal petrolera de Ras Lanuf, obligando a los rebeldes a replegarse hacia el Este.

La coalición llevó a cabo un ataque aéreo contra las fuerzas de Gadhafi al oeste de Ajdabiya. A varios kilómetros de la ciudad, una enorme bola de fuego de varias decenas de metros se elevaba hacia el cielo, seguida de una inmensa columna de humo negro. El ataque llenó de alegría a un centenar de rebeldes congregados en la puerta oeste de Ajdabiya.

Los insurgentes habían pedido con insistencia ayuda a la coalición internacional, cuya ausencia de ataques fortaleció a las fuerzas de Gadhafi y les permitió apoderarse del puerto petrolero de Ras Lanuf y progresar hacia Brega.

El régimen de Gadhafi denunció el “apoyo” militar de la coalición “a las bandas armadas de Al Qaeda en la región Este de Libia” y lo consideró “contrario a las leyes y normas internacionales que rigen las relaciones entre los Estados”.

La denuncia aludía a referencias sobre agentes de la CIA desplegados en Libia para contactar a los rebeldes y guiar los ataques de la coalición, según informaciones publicadas por “The New York Times”, mientras que la cadena ABC afirmó que el presidente Barack Obama autorizó a ayudar en secreto a los rebeldes.

Sin responder directamente a las informaciones, la Casa Blanca repitió que todavía no ha decidido proporcionar armas a la oposición que combate contra las fuerzas del coronel Gadhafi.

Según “The New York Times”, los miembros de la central de Inteligencia  estadounidense habrían sido desplegados desde hace varias semanas “en pequeños  grupos” en tierras libias, con la misión de establecer contacto con los rebeldes y determinar blancos de las operaciones militares.

El vocero presidencial Jay Carney admitió la posibilidad de que Estados Unidos brinde asistencia armada a los rebeldes libios. “Creo que el presidente (Barack Obama) fue muy claro en una de sus entrevistas, en que no está dejando nada fuera de la mesa (…) no está descartando nada en términos de asistencia letal a la oposición” libia.

La declaración marcó un distanciamiento respecto a la reserva inicial que mantuvo Obama en su discurso del lunes, en el cual detalló los objetivos de la misión militar en la que participan fuerzas de Estados Unidos, ahora bajo el mando de la OTAN.

Carney dijo que ahora, armar a los rebeldes “es una posibilidad que estamos viendo muy de cerca”.

El ministro libio de Asuntos Exteriores, Musa Kusa, anunció en Londres que renuncia a seguir formando parte del Gobierno del coronel libio.

Perfil
Negociador clave
Musa Kusa


Ahora ex jefe de la diplomacia libia y fiel servidor de Muamar Gadhafi, anunció que renunciaba al cargo al llegar a Londres.

Este incondicional del coronel libio estuvo vinculado en los últimos años a todas las  tratativas que permitieron que Libia volviera a ser frecuentable para Occidente.

En su condición de jefe del servicios de Inteligencia de 1994 a 2009, Kusa, 59 años, era un hombre fuerte de los comités revolucionarios, columna vertebral del régimen libio y hombre de confianza de Gadhafi.

Kusa tuvo a su cargo importantes expedientes, como los vínculos de Libia con distintos países africanos y sus relaciones con Occidente.

Fue un negociador clave en el caso de las enfermeras búlgaras, que fueron liberadas en julio de 2007, así como en el desmantelamiento, en 2003, del programa nuclear libio, lo que abrió la vía al levantamiento del embargo comercial decretado por Estados Unidos en 1986.

Aunque sobre todo se dio a conocer por su papel en la indemnización de las familias de las víctimas de los atentados de Lockerbie (1988, 270 muertos) y del DC-10 de UTA (1989, 170 muertos), lo que levantó los últimos obstáculos para la normalización de las relaciones de Trípoli con Occidente.

Tras haber encarnado durante dos décadas el lado oscuro del régimen del coronel Gadhafi, este tripolitano encarnaba en los últimos años la apertura.

Surgido de una familia modesta, becario y titular de una licencia de la universidad estadounidense de Michigan (1978), empezó su carrera en los servicios especiales como responsable de seguridad de las embajadas libias en Europa del Norte.

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