La encrucijada de Rodríguez Zapatero

MADRID, ESPAÑA (18/JUL/2011).- El presidente del Gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, está en medio de una encrucijada: la de adelantar o no las elecciones generales en España previstas para marzo de 2012.

La mala situación económica del país, los más de cuatro millones de desempleados, el descontento y la desconfianza que despierta su persona entre los ciudadanos, unido a la debilidad del Gobierno, sin mayoría parlamentaria y con pocos apoyos para aprobar el próximo mes de diciembre los presupuestos generales del Estado, hacen que para muchos sea esa la mejor opción. Sin embargo, el nuevo ataque de los especuladores, que ha colocado a la Unión Europea en una situación de incertidumbre y que hace unos días disparó la prima de riesgo de España por encima de los 300 puntos por primera vez desde su integración en el euro, le ha obligado a posponer una decisión.

Desde hace meses en el conservador Partido Popular (PP) se lo exigen y con más insistencia desde el batacazo electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las elecciones autonómicas y municipales del pasado 22 de mayo. Unos comicios que dieron al PP una holgada victoria y más de dos millones de votos frente al PSOE. Argumentan que es un Gobierno débil e incapaz de llevar a cabo las reformas económicas que necesita el país.

Hay un hecho innegable: desde su llegada al poder en 2004, los socialistas jamás han estado tan solos en el Congreso de los Diputados, donde sólo disponen de una mayoría relativa con 169 de los 350 escaños, como ahora. Tan sólo los nacionalistas moderados del Partido Nacionalista Vasco (PNV) parecen dispuestos a apoyarle. Y en estos próximos meses el Gobierno tiene importantes reformas que llevar a cabo como la de las pensiones, la de la reforma colectiva y la de las políticas activas de empleo.

Según el director del diario 20 minutos, Arsenio Escolar, en el PSOE barajan la posibilidad de adelantar la cita electoral a noviembre, “contando con que para entonces los indicadores económicos serán los mejores de los próximos 10 meses, por lo estacional de nuestra economía, que genera actividad y empleo en primavera-verano y lo destruye sobre todo en invierno”. Pero en el Palacio de la Moncloa, sede de la presidencia del Gobierno, según Escolar no se ven las cosas así.

“Zapatero quiere que en la fecha electoral primen los intereses generales sobre los del partido. Está decidido a llegar a marzo de 2012 y a hacer antes las reformas económicas pendientes, aquellas del ‘me cueste lo que me cueste’ de su viraje de mayo de 2010. El presidente sabe que, si adelanta las elecciones, reformas como por ejemplo la de las pensiones no se culminarían, y que dejar tareas así sin hacer sería malo para España”.

Reformista impopular

Según Escolar, “Zapatero quiere apurar el cáliz de su impopular faceta reformista hasta el final. Salvo imponderables, no adelantará las elecciones”. Una ventaja para adelantarlas sería que el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, podría capitalizar un aumento del turismo en el verano que podría impulsar la economía y él podría argumentar que todo ello ha sido gracias al sacrificio hecho y a las políticas de austeridad impuestas en el Gobierno, y que vamos por el buen camino.

Y una razón para agotar la legislatura es que adelantar las elecciones podría dar la imagen ante sus votantes de que el Gobierno “tira la toalla” debido a su imposibilidad de seguir gobernando. Además, unas elecciones son un periodo de incertidumbre política y cierto desgobierno y España necesita directrices claras en forma de reformas económicas para mantener la estabilidad de los mercados financieros.

Esta es una posición que defienden la mayoría de los países de la Unión Europea. También el propio Rubalcaba tiene poderosas razones para no adelantar los comicios.

Necesita tiempo para crecer como líder. Que los medios de comunicación y la opinión pública le perciban como tal. Y forjarse una imagen de candidato renovador. Además, el atrasarlas daría tiempo a los ayuntamientos del PP que acaban de ganar las elecciones, a aprobar sus presupuestos que deberán recoger importantes recortes, lo que perjudicará la figura de su líder Mariano Rajoy que deberá hacer lo mismo en el Gobierno central si finalmente gana.

Sepultar a un cadáver

“No quiere aceptar el certificado de defunción que han extendido las elecciones municipales y autonómicas. Pero es un cadáver político. Es un disparate que el cadáver del derrotado por la catástrofe socialista de los comicios autonómicos y municipales permanezca descomponiéndose en su madriguera. Hay que darle cuanto antes discreta sepultura”.

Se adelanten o no los comicios, el periodista Manuel Saco se pregunta quién estará más incómodo en lo que resta de legislatura, si Zapatero o Rubalcaba. “El primero —apunta— obligado a mantener la ficción de que su acción de gobierno es autónoma del programa del candidato; y el segundo, debiendo explicar por qué el Gobierno del que era vicepresidente deja para más tarde todas esas recetas que dice conocer para enfrentarse a la crisis”. Si finalmente Zapatero decide que las elecciones sean el 27 de noviembre, el 30 de septiembre tendría que firmar en el consejo de ministros la disolución de las cortes.

Ficha técnica
Futuro complicado

El 9 de julio el ex ministro del Interior y ex vicepresidente primero de España, Alfredo Pérez Rubalcaba, se convirtió en el candidato del (Partido Socialista Obrero Español) PSOE para suceder a Zapatero.

El objetivo de Rubalcaba es vencer al opositor Partido Popular (PP) en ocho meses, si no se adelantan comicios, y dar la vuelta a unas encuestas que colocan a los socialistas más de 10 puntos abajo del PP.

El programa electoral del ex ministro del Interior estará centrado en medidas dirigidas a crear empleos y en salir de la crisis, luego de que Zapatero gobernara en una crisis severa.