Jueves, 28 de Noviembre 2024
Internacional | El ausentismo de varias figuras políticas marcó la Asamblea General

La denuncia de Brasil brilla entre líderes latinoamericanos

El discurso de la presidenta Dilma Rousseff destaca entre una diluida presencia de los mandatarios de América Latina

Por: EFE

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la sesión 68 del organismo. EFE /

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la sesión 68 del organismo. EFE /

NACIONES UNIDAS, ESTADOS UNIDOS (30/SEP/2013).- La denuncia por espionaje de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y la esperanza de lograr la paz en Colombia manifestada por el mandatario Juan Manuel Santos fueron tal vez los mejores momentos de la participación latinoamericana en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), marcada por las ausencias y la desunión.

La falta de varios presidentes destacados y las disputas territoriales marcaron la participación de Latinoamérica, así como también las nuevas peticiones para repensar la política de lucha contra las drogas y despenalizar su consumo.

Una de las nuevas figuras de la política latinoamericana, el Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, suspendió su viaje a última hora por la emergencia nacional por huracanes e inundaciones, mientras que tampoco acudieron los mandatarios de Venezuela, Ecuador o Nicaragua.

Brasil abrió el martes pasado, como es tradicional, las intervenciones nacionales y lo hizo con una encendida queja de Rousseff por el espionaje político y económico estadounidense sobre su país, del que ha sido víctima ella misma, según las denuncias de Edward Snowden.

Rousseff, con un tono muy crítico pero calmado, lamentó aún más el episodio “sumamente importante y grave” por haber ocurrido entre ''países amigos''.

Además, Dilma Rousseff y la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, demandaron de nuevo una reforma de Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad para hacerlos más representativos de la realidad del siglo XXI y dar más voz a los países emergentes.

Cristina Fernández se extendió mucho en asuntos nacionales, como la cuestión de las Islas Malvinas, la disputa jurídica de su país con los llamados ''fondos buitre'' o la discusión con Irán por la investigación del atentado contra la mutualista judía AMIA en 1994.

Guerrilla y fronteras

El presidente colombiano Santos pronunció un discurso esperanzado y sin desvelar si se presentará a la reelección dijo confiar en que el mandatario de su país que hable al mundo el año próximo desde la ONU pueda anunciar el final del largo conflicto con las guerrillas.

Con la negociación con las FARC que se desarrolla en Cuba avanzando a pasos muy lentos, y tras tratar con el presidente uruguayo, José Mujica, la oferta de este último para que un diálogo similar con el ELN se celebre en Uruguay, Santos pidió que la comunidad internacional siga apoyando el proceso de paz en su país.

Los presidentes de Perú, Ollanta Humala, y Chile, Sebastián Piñera, aprovecharon la tribuna para volver a anunciar su disposición a acatar el próximo fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la frontera marítima entre ambos países, así como a cooperar en su cumplimiento.

Este buen entendimiento no estuvo presente en otras disputas, y destacaron los reproches a Nicaragua por parte de Costa Rica (por la disputa en el Río San Juan) y Panamá (por la demanda de Managua a la CIJ contra Colombia por la frontera marítima), mientras que Honduras y El Salvador intercambiaron palabras sobre el diferendo en torno a la Isla Conejo.

La Alba van con Evo

La ausencia del venezolano Nicolás Maduro tras sus denuncias de que Estados Unidos puso obstáculos a los visados a su delegación, sumada a las del ecuatoriano Rafael Correa y el nicaragüense Daniel Ortega, dejó al boliviano Evo Morales como principal portaestandarte de los países de la Alianza Bolivariana (Alba).

Morales volvió a pronunciar un discurso centrado en los ataques a lo que llama imperialismo y el capitalismo, en referencia a Estados Unidos, repitiendo varios de sus argumentos habituales y con algunos nuevos como el espionaje internacional estadounidense.

Varios países, como México o Colombia, volvieron a pedir una nueva estrategia en la lucha contra el narcotráfico, una cuestión que centró buena parte de la intervención del presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina.

El uruguayo José Mujica dio un bonito discurso, en un tono casi filosófico, para pedir el final de la civilización del ''despilfarro'' y la racionalización de la vida humana, pero acabó extendiéndose durante casi 45 minutos (el triple de lo teóricamente permitido).

Mientras, el mandatario paraguayo, Horacio Cartes, aprovechó la tribuna internacional para defender que la democracia se ha consolidado de forma ''incuestionable'' en su país.

La semana pasada sirvió también para que Chile, Perú, México y Colombia presentaran en Nueva York la Alianza del Pacífico a posibles inversores, mientras que una reunión de cancilleres de Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) no logró avanzar en la discusión sobre quién será el próximo secretario general del organismo.


TELÓN DE FONDO
Espionaje zanja la agenda con Brasil


La visita estaba pactada para el 23 de octubre; tuvo que posponerse. La polémica que desató el escándalo por espionaje de Estados Unidos (EU) a Brasil obligó al Gobierno sudamericano a emitir: ''No están dadas las condiciones para la realización de la visita en la fecha anteriormente acordada''.

Era a mediados de septiembre. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se mostró enfadada por el supuesto espionaje estadounidense y aunque a principios de septiembre se reunió con su par estadounidense, Barack Obama, en Rusia por la cumbre del G-20 y que tuvieron una conversación telefónica, esto no ha hecho cambiar a la presidenta de decisión.

El cambio en la agenda de la lideresa brasileña se dio después de que, según informes que presentaban los documentos filtrados por Edward Snowden, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EU espiara correos, mensajes de texto y llamadas de teléfono entre Rousseff y sus asesores.

Asimismo, los reportes sugieren que la NSA entró también en las redes de computadoras de la petrolera estatal Petrobas y recolectó datos de ciudadanos brasileños. Según un funcionario de EU, la intención de la NSA era detectar actividades terroristas y no investigar a Rousseff.

A pesar de que ambos gobiernos hablaron de una postergación de la reunión, funcionarios brasileños indicaron a la agencia Reuters que la visita no se realizará en otra fecha a corto plazo.

La reunión tenía como principal objetivo negocios petroleros y de venta de cazas F-18 para la Fuerza Aérea Brasileña y su cancelación supone un duro golpe para las dos mayores economías de América.

Además, según la consultora Eurasia, la postergación del encuentro podría elevar los riesgos para las compañías estadounidenses que operan en sectores sensibles de la economía brasileña como defensa, telecomunicaciones y energía.

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