NACIONES UNIDAS (23/DIC/2016).- Pese a las advertencias de funcionarios de la ONU y organismos civiles de que Sudán del Sur está al borde del genocidio, el Consejo de Seguridad fracasó en su intento de aprobar un embargo de armas para el país más joven del mundo. La resolución recibió el apoyo de siete países miembros del Consejo de Seguridad, cuando requería un mínimo de nueve para ser aprobada, mientras que se abstuvieron ocho: Rusia, China, Japón, Malasia, Venezuela, Angola, Egipto y Senegal. Los países que se abstuvieron señalaron que el presidente Salva Kiir recién ofreció un discurso de reconciliación y diálogo, y asentaron que un embargo de armas podría descarrilar un proceso de paz. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, indicó mediante su vocero que estaba "profundamente decepcionado" por el resultado del voto. El titular de la ONU ha llamado de manera reiterada a imponer un embargo de armas al país más joven del mundo. Apenas el pasado 19 de diciembre, Ban manifestó su temor de que esta nación pueda entrar en una guerra genocida que enfrente a las etnias nuer y dinka. "Me temo que este proceso (del genocidio) está a punto de comenzar a menos que se tome una acción inmediata", alertó. Iniciado a finales de 2013, el conflicto ha causado la muerte de decenas de miles de civiles, así como el desplazamiento de dos millones de personas que han debido abandonar sus hogares por la violencia. El conflicto enfrenta al presidente Kiir, de la etnia dinka, con el ex vicepresidente Riek Machar, identificado con el grupo étnico nuer. Observadores han apuntado que una disputa política se convirtió ya en una conflicto étnico. Una coalición de siete organismos civiles deploró la incapacidad de imponer un embargo de armas, y apuntó que la Unión Africana y la ONU han documentado crímenes de guerra cometidos en Sudán del Sur, que incluyen asesinatos y violaciones sexuales de civiles, así como el reclutamiento forzado de menores de edad para combatir. Apuntaron que en los meses recientes ha habido "un aumento en la incitación a la violencia", además de numerosos "discursos del odio" de los líderes de las facciones en conflicto. Asimismo, los ataques a civiles con base sólo en su etnicidad han aumentado en los últimos meses, en especial en partes del país que no habían sido afectados por la guerra civil.