''La Iglesia no queda a la deriva''

GUADALAJARA, JALISCO (12/FEB/2013).-  “El Papa Benedicto XVI no se aferró al poder. Su renuncia debe entenderse desde una visión de fe y de humildad. Los creyentes deben recordar que la Iglesia no se queda a la deriva”, afirmó contundente el cardenal tapatío Francisco Robles Ortega, al comentar sobre la dimisión del  jerarca máximo del catolicismo.

Ante el reto de la elección del nuevo sucesor del apóstol  Pedro de Galilea, el arzobispo local dijo que reforzará sus actividades de reflexión espiritual y oración para participar como cardenal elector en el próximo Cónclave en Roma.

También descartó el arzobispo tapatío que el pontífice dimisionario haya rehuido actuar a fondo en el caso de los conflictos de los Legionarios de Cristo y su fundador Marcial Maciel. Precisó que “el hecho de haber establecido una comisión que investigara este caso, revela que sí actuó a fondo”.

Refirió que por derecho y obligación, como cardenal elector, él acudirá al Cónclave a la elección del sucesor de Benedicto XVI. Dijo en cuanto salga la convocatoria formal, se tendrá la información necesaria de los pormenores del viaje al Vaticano.

Puntualizó que por el hecho de que el cardenal Juan Sandoval se mantiene como  elector, su antecesor también acudiría al Cónclave.

Expuso que no hay bases firmes para deducir de qué nacionalidad será el nuevo pontífice romano, a pesar de que la mayoría de los cardenales son de nacionalidad europea o americana.

En base al marco normativo del Derecho Canónico, apuntó que una vez que se declare vacante la sede pontificia, en un plazo tentativo de veinte días se podría concluir el proceso electivo del nuevo pontífice, de modo que éste ya estuviera en funciones en la próxima Semana Santa.

Trajo a colación que el cardenal Tarcisio Bertone asumirá el puesto de camarlengo, al declarase vacante la sede pontificia, para conducir la actividades del próximo Cónclave.

El obispo auxiliar de Guadalajara, Leopoldo González González, expuso que el nuevo jerarca católico tendrá el reto de dirigir a su grey en una dinámica pastoral que haga frente al problema “de un mundo secularizado, lo que supone que las nuevas generaciones han perdido la noción de los valores religiosos”.

En el caso de Latinoamérica, hizo mención que se tiene a favor la permanencia “de un sentido profundo de la fe, como lo constató el mismo  Benedicto XVI en sus viajes realizados a Brasil y a Guanajuato hace precisamente casi un año”.

Este dirigente eclesiástico dijo que no tiene sentido la crítica que se formulara al pontífice saliente, “de que éste tuviera un sentido eurocentrista (en cuanto considerar a Europa como lugar prioritario de su pastoral), dado que sus viajes a Latinoamérica mostraron su aprecio por la fortaleza de la fe en este continente”.

De antemano, el nuevo pontífice deberá seguir en la línea teológica de Benedicto XVI de reforzar “una doctrina sólida para la encomienda de la nueva evangelización”.   

Tres cardenales mexicanos electores

Por su parte, el vocero de la mitra tapatía, Antonio Gutiérrez Montaño, puntualizó que en principio tres cardenales mexicanos irán al próximo Cónclave del que resulte elegido el nuevo sucesor de Pedro de Galilea.

Refirió que ellos son el cardenal de la Ciudad de México, Norberto Rivera Carrera, y sus pares tapatíos, el arzobispo en funciones, José Francisco Robles Ortega, y el arzobispo emérito Juan Sandoval Íñiguez.

Aunque refirió que en el caso de Juan Sandoval, habría que precisar si su edad al momento del Cónclave se lo permite, ya que cumple los 80 años en marzo.

AL CÓNCLAVE

Norberto Rivera Carrera

> Arzobispo de la Ciudad de México y arzobispo Primado de México. Nombrado arzobispo por Juan Pablo II en 1995, fue el único mexicano que participó en el Cónclave de 2005 que terminó con la asunción de Benedicto XVI.

Juan Sandoval Íñiguez

> Fue nombrado arzobispo de Guadalajara por Juan Pablo II en 1994. El 11 de diciembre de 2011 le fue aceptada su renuncia por Benedicto XVI. Actualmente, con 79 años, es arzobispo emérito.

PARA SABER

Vida contemplativa

El Papa Benedicto XVI, que anunció  su renuncia a partir del 28 de febrero, se retirará a un monasterio situado en  el Vaticano y dedicado a la vida contemplativa, con lo cual una vez electo el  nuevo Pontífice cohabitarán en la Santa Sede un expapa y su sucesor.