Lunes, 25 de Noviembre 2024
Internacional | Libro habla sobre enfermedad del finado Pontífice

Juan Pablo II firmó su deseo de renunciar al Papado por salud

En su testamento Karol Wojtyla dio a entender que pensó en la posibilidad de dejar el Pontificado en 2000

Por: EFE

CIUDAD DEL VATICANO, ITALIA.- Juan Pablo II firmó en 1989 una carta en la que expresaba su voluntad de renunciar al Papado si sufría una enfermedad incurable que le impidiera ejercer y en 1994 lo ratificó, señala en un libro el postulador de su causa de canonización, Slawomir Oder.

El sacerdote polaco Oder ha escrito junto al periodista italiano Saverio Gaeta el libro “Perché e santo” (“Porqué es santo”), que sale hoy a las librerías y del que ha adelantado un extracto la revista “Famiglia Cristiana”.

De la posible dimisión del Papa Karol Wojtyla ya se ha hablado en otras ocasiones, especialmente a partir del periodo en el que su enfermedad de Parkinson avanzaba inexorablemente, pero ahora Oder y Gaeta han puesto fecha al primer momento en el que Juan Pablo II ya mostró esa disponibilidad, un año después de ser elegido.

En 1994, cuando se encaminaba a los 75 años, fecha en la que los obispos y cardenales están obligados a presentar su dimisión al Pontífice, Juan Pablo II también se preguntó si debía aplicarse esa norma y llamó a consultas a responsables de la Secretaria de Estado y a los colaboradores y amigos más íntimos.

Uno de ellos fue el actual Papa y por entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger.

Oder cuenta que Juan Pablo II le dijo al médico Gianfranco Fineschi en 1994, cuando le operaba de la fractura del fémur, que ambos “sólo” tenían una elección: “Usted me debe curar y yo tengo que sanar, ya que no hay puesto en la Iglesia para un Papa emérito (jubilado)”, le dijo el Pontífice.

En el texto, el autor también señala —según otros medios que han tenido acceso al libro— que Juan Pablo II solía infligirse daños corporales y se flagelaba, especialmente durante la Cuaresma, y dormía en el suelo.

En aquellos días —asegura el cura polaco— comía sólo una vez al día.
Wojtyla se flagelaba, siempre según Oder, ya en su época de arzobispo de Cracovia y el personal del arzobispado lo sabía y algunos incluso lo escuchaban quejarse ante el dolor, aunque él intentaba que no se dieran cuenta que había dormido en el suelo desarreglando la cama.

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