Inmigrantes, entre la alegría y la tristeza por medidas de Obama

TEXAS, ESTADOS UNIDOS (21/NOV/2014).- Los inmigrantes residentes en Dallas reaccionaron con sentimientos entre la felicidad y la tristeza al anuncio de la acción ejecutiva del presidente estadunidense Barack Obama que beneficiará a más de cuatro millones de indocumentados.

"Fue como una rifa, donde la mitad de los que tenían boleto ganaron y la otra mitad no. Yo fui de los que no nos sacamos nada", lamentó Alfredo Rascón, un inmigrante, de 55 años, originario de la comunidad de Villanueva, en el estado mexicano de Zacatecas.

Rascón forma parte de los seis millones o más de indocumentados que no resultarán beneficiados por las medidas anunciadas por el presidente Obama este jueves, ya que no tiene hijos que sean ciudadanos estadunidenses y llegó a este país cuando era ya un adulto.

"Tenía una esperanza, ahora ya ni eso, yo seguiré igual", dijo mientras esperaba en un centro laboral de Plano, un suburbio de Dallas, ser contratado para desempañar algún trabajo por este día, al igual que otros inmigrantes más que se encontraban ahí.

Bajo el plan del presidente, los indocumentados que tengan hijos nacidos en Estados Unidos, o que sean trabajadores calificados podrán aplicar para un programa temporal de tres años que les permitirá permanecer en el país sin ser deportados.

Para calificar, los inmigrantes deben haber llegado a Estados Unidos antes del 1 de enero de 2010 y no tener antecedentes penales.

Los cuatro hijos de Rascón, nacieron todos en México y durante la ultima década han emigrado también a Estados Unidos.

De ellos, uno ha sido beneficiado con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) emitido también por una acción ejecutiva de Obama en 2012.

"Esto me agarró en una racha de mala suerte", comentó Rascón, quien desde marzo pasado no tiene un empleo fijo, al haber cerrado la compañía de limpieza para la que trabajó casi desde que llegó a Estados Unidos, hace 12 años.

"Si yo hubiera entrado en esto de lo de Obama, eso me habría ayudado a encontrar un trabajo, un buen trabajo", dijo.

La preocupación de Rascón, contrastaba con la alegría reflejada en el rostro de Ezequiel Mejía, un indocumentado salvadoreño, de 33 años, que también esperaba a que alguien pasara por el Centro Laboral para ofrecerle algún trabajo temporal, que por lo general es en ayuda de mudanzas o labores de jardinería.

"Yo sí me saque la lotería", celebró Mejía, tras escuchar la referencia que había hecho Rascón al comparar la acción ejecutiva de Obama con una rifa.

Mejía llegó a Estados Unidos hace ocho años, se casó con una salvadoreña en 2011 y su hijo nació el año pasado en este país, "así como lo entiendo, sí califico", dijo.

Comentó que le sorprendió el poder calificar para el programa anunciado por el presidente.

"Temía que fuera sólo para los que hubieran llegado hace 10 años o más y que yo no entrara, pero afortunadamente si", celebró.

"Gracias a eso y a mi chamaco que nació aquí", dijo al expresar sus deseos de celebrar con su esposa este fin de semana.

"Al menos iremos a un restaurante, los dos calificamos en esto y vamos a poder buscar mejores trabajos y legales", indicó sonriendo.