Hermana de Fidel Castro lo espiaba para la CIA

MIAMI, FLORIDA.- Juanita, la hermana menor de Fidel y Raúl Castro, trabajó de forma encubierta para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos a inicios de la década de 1960, ayudando bajo el seudónimo de “Donna” a opositores a escapar de la cárcel y fusilamientos en Cuba, dijo en sus memorias.

Revelando lo que editores llamaron un secreto bien guardado durante cuatro décadas, Juanita Castro describe en su libro cómo fue reclutada en La Habana por la CIA dos años después de la revolución de 1959 liderada por sus hermanos, a quienes inicialmente apoyó.

Juanita Castro rompió públicamente en 1964 con el Gobierno cubano, encabezado por su hermano Fidel, después de marcharse a México. Luego se exilió en Miami, desde donde siguió siendo una fuerte crítica del sistema comunista de la isla.

Su residencia se convirtió en un refugio de los anticomunistas antes de que escapara. Y Fidel Castro ya le había advertido que no se involucrara con los “gusanos”, tal como llamaba peyorativamente a quienes se oponían a la revolución.

En sus memorias tituladas “Mis hermanos Fidel y Raúl. La historia secreta”, dijo en entrevista con la periodista mexicana María Antonieta Collins, que rápidamente se desilusionó con el Gobierno de Fidel Castro en Cuba porque incrementó la persecución a los opositores y se encaminó hacia el comunismo.

Dijo que Fidel Castro la había “traicionado” a ella y a otros cubanos por abandonar la revolución democrática nacionalista que había prometido e implantar un Estado marxista en Cuba.

En su libro, Juanita Castro cuenta que fue reclutada por su amiga Virginia Leitao da Cunha, esposa del entonces embajador de Brasil en Cuba, que en 1958 le había dado refugio a ella y otros revolucionarios seguidores de Castro durante la lucha armada para derrocar al dictador Fulgencio Batista.

Dijo también que en una reunión con un oficial estadounidense de la CIA llamado “Enrique” en un hotel de la Ciudad de México en 1961 se le asignó el seudónimo de “Donna” para enviar mensajes en clave con una radio en onda corta y recibir instrucciones de sus agentes de control en la Agencia.

El convaleciente ex mandatario de Cuba, Fidel Castro, considera a la CIA su archienemigo. Según Castro, la agencia estadounidense ha estado detrás de la mayoría de los 600 intentos de asesinato.

Juanita Castro relata en sus memorias que aceptó trabajar para la CIA bajo las narices de sus hermanos con la condición de no participar en ningún acto violento contra ellos u otros miembros de su Gobierno.

“¿Tuve remordimientos por traicionar a Fidel al aceptar reunirme con sus enemigos?”. No, por una sencilla razón: yo no lo traicioné a él. Él fue quien me traicionó a mí”, escribió en el libro de 432 páginas publicado en español por el Grupo Santillana.

“Él nos traicionó a los miles que sufrimos y peleamos por la revolución que nos ofrecía, la que era generosa y justa, y que traería paz y democracia para Cuba, y que, como él mismo nos prometió, sería ‘tan cubana como las palmas’”.

Algunos se refugiaron en la casa donde vivía con su madre Lina Ruz, también la madre de Fidel y Raúl Castro. Lina, quien también ayudó a algunos amigos perseguidos a escapar, murió en 1963, dijo Juanita Castro.

Juanita Castro reveló su colaboración con la CIA el domingo en una entrevista difundida por la cadena Univision-Noticias 23. Dice que no ha hablado con sus hermanos Fidel y Raúl Castro desde 1964.

“Agente Donna”

Juanita Castro

Fue la hermana díscola y contraria a sus hermanos Fidel y Raúl.

De 76 años, Juanita Castro, la quinta de los siete hermanos Castro fue la “hermana incómoda” para la revolución de Fidel.

Sus diferencias con el líder cubano la obligaron a exiliarse en México en 1964, pasó después a Miami, donde hasta hace dos años tuvo una farmacia.
Castro había declarado muchas veces que no estaba de acuerdo con sus hermanos y que por eso rompió con ellos. Ahora lo dice con todo lujo de detalles.

La CIA decidió sacar de Cuba a la “agente Donna” después que Raúl Castro fue a verla para decirle que había un expediente contra ella sobre sus actividades contrarrevolucionarias, pero al parecer no habían detectado su filiación con la agencia estadounidense.

Juanita le comunicó a su hermano Raúl que iría por un tiempo a México y éste accedió a agilizarle los trámites para el viaje.

Juanita vio por última vez a Raúl el 18 de junio de 1964, el día antes de marcharse.