George W. Bush es el gran ausente en Convención Republicana

DALLAS, ESTADOS UNIDOS (30/AGO/2012).- El ex presidente George W. Bush ha sido el gran ausente en la Convención Nacional Republicana, que este jueves concluye en Tampa, Florida.

Tras dejar la Casa Blanca en enero de 2009 luego de haber guiado durante ocho años al país y encabezado a los republicanos, Bush prácticamente ha desaparecido de la escena política, al mantenerse retirado de los reflectores.

Bush reside en Dallas, Texas, junto con su esposa la ex primera dama Laura Bush, y ha optado por mantener un perfil bajo con escasas apariciones para pronunciar discursos motivacionales o asistir a algún funeral.

En el 2010 realizó una serie de presentaciones públicas para promover su libro de memorias, pero tras la gira publicitaria volvió rápidamente a su retiro.

No sólo la figura del ex presidente se ha desvanecido, también parece haberse esfumado el legado dejado durante los ocho años de su administración.

Por ejemplo su iniciativa de reforma educativa, conocida como "Que Ningún Niño Se Quede Atrás", que obligaba a los estados a evaluar a sus alumnos para recibir fondos federales de acuerdo a los resultados de dichas evaluaciones, es ahora ampliamente impopular.

Demócratas y republicanos en el Congreso han evitado a lo largo de cinco años votar para volverla a autorizar.

También sus recortes de impuestos expiraron en 2010 y ahora sirven sólo de referencia para el juego político entre republicanos y demócratas.

Además, su propio partido quiere derogar ahora las principales disposiciones la ley Sarbanes-Oxley, promovida por Bush para fijar nuevos estándares y reforzar otros que regulen las juntas de administración de las compañías que cotizan en la bolsa de valores.

Otra reforma del ex presidente, la del financiamiento a las campañas políticas, ha sido prácticamente derogada por la Suprema Corte de Justicia.

Bush tampoco pudo sacar adelante su propuesta de reforma migratoria y no logró siquiera que el Congreso recogiera su propuesta de reforma al Seguro Social.

Sin embargo, la impopularidad de Bush proviene principalmente de las guerras emprendidas durante su administración en Irak y Afganistán.

Ambos conflictos son vistos ahora como costosos fracasos y él nunca fue capaz de conseguir siquiera una votación sobre la privatización del Seguro Social o de la reforma migratoria.

A cuatro años de haber dejado la Casa Blanca, sólo queda vigente la Ley Patriota, emitida como herramienta para combatir al terrorismo y la ley de prescripción de medicamentos bajo el Medicare.

Ningún partido, ni republicanos ni demócratas, suele aludir ahora al ex presidente Bush.

Tras haber sido aclamado en el 2000 como el primer conservador verdadero desde Ronald Reagan, y en 2004 comparado con el ex primer ministro inglés Winston Churchill, los republicanos prácticamente lo ignoraron en la elección del 2008.

Para el término de su segundo periodo en la Casa Blanca, la reputación de Bush se había desvanecido y era incluso tóxica, al haber dejado una economía en picada y un país con un déficit presupuestario creciente.