Fariñas lamenta indiferencia de Castro; reitera que morirá en huelga

LA HABANA, CUBA.- El disidente cubano Guillermo Fariñas, en huelga de hambre y sed desde el 24 de febrero, dijo que el presidente Raúl Castro "se quitó la careta" y confirmó que lo dejará morir, al decir anoche que n o cederá al "chantaje" de Estados Unidos, Europa y la oposición sobre derechos humanos.

"Con el discurso de Raúl Castro, el régimen se quitó la careta y dejó ver su rostro sanguinario (...) Dijo que se me iba a dejar morir", declaró Fariñas desde el hospital de Santa Clara en el que está internado desde mediados de marzo, y agregó que mantendrá su ayuno.

"Esto para mi familia, amigos y hermanos no es conveniente, pero para la causa sí -prosiguió-, porque va a desenmascarar la esencia asesina del régimen. Vamos a continuar la huelga de hambre porque el reto lanzado por el presidente no es a nosotros en lo personal, sino a toda la oposición pacífica".

Según Fariñas, el discurso del general al clausurar el congreso de la rama juvenil del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) "demuestra la intolerancia del régimen de no querer bajo ningún concepto dialogar con la parte de la ciudadanía que se ha atrevido a enfrentarse de manera pacífica y civilizada".

"A partir de este discurso, nosotros radicalizamos más nuestra posición. Le dijimos a los médicos que no queremos ningún contacto con ningún funcionario político ni policial, solo con la familia y el personal médico y paramédico", añadió.

"Lo único que nos queda es morirnos con dignidad, para demostrar al mundo la cara del régimen. En el caso mío, recogemos el guante que nos lanzó y le aceptamos el reto de morir por mis ideas", declaró el disidente.

Según Fariñas, el Gobierno intenta "desviar la esencia del conflicto (...) entre un grupo de ciudadanos cubanos que de manera no violenta nos enfrentamos al régimen, a la dinastía familiar de los hermanos Castro. Ellos tratan de desviarlo hacia un conflicto entre los gobernantes y Europa o Estados Unidos".

El sicólogo y periodista opositor, de 48 años, comenzó su protesta después de la muerte del disidente Orlando Zapata al cabo de una huelga de hambre de 85 días en la cárcel.

Fariñas pide a Raúl Castro, como "gesto humanitario", que libere a los opositores encarcelados que están enfermos.

El mandatario reiteró la versión oficial de que Zapata, Fariñas y los demás opositores son "delincuentes comunes" a sueldo de Estados Unidos y Europa.

De acuerdo con Fariñas, los médicos están muy preocupados por su salud, porque sufre constantes hipoglucemias, a pesar de que en la sala de cuidados intensivos del hospital de Santa Clara le están hidratando y alimentando por vía intravenosa.

"Si hay un bajón de azúcar, puede ser que me afecte y quede en estado vegetativo", afirmó.

Además de Fariñas, están en huelga de hambre los disidentes Franklin Pelegrino, en su casa del pueblo oriental de Cacocum, desde hace más de un mes, y el médico encarcelado Darsi Ferrer, desde hace dos semanas.

La esposa de Pelegrino, Berta Guerrero, declaró que han llevado al huelguista a un hospital de la provincia de Holguín y que los médicos no lo dejaron ingresar porque hace el ayuno "por voluntad propia".

Por otra parte, el economista disidente Oscar Espinosa, uno de los 75 opositores apresados en la oleada regresiva de 2003, ahora excarcelado por razones de salud, calificó de "decepcionante" el discurso del general Castro, porque "ratifica la pérdida de impulso renovador".

"Sigue posponiendo las reformas después de cuatro años de gobierno y este discurso ratifica que (la promesa de cambios estructurales) fue una maniobra para ganar tiempo. No hay interés ninguno en los cambios. Se sigue posponiendo el congreso (del PCC) mientras los problemas se acumulan a niveles insoportables", agregó.

Según Espinosa, el jefe de Estado "sigue con el viejo método de culpar al enemigo externo cuando el problema fundamental es interno y el verdadero enemigo es el totalitarismo y la aplicación de un sistema disfuncional".

Para Miriam Leiva, fundadora de las Damas de Blanco (familiares de los 75 encarcelados en 2003), el discurso del domingo "demuestra el inmovilismo y las contradicciones actuales en el Gobierno".

El general afirmó que Cuba prefiere "desaparecer" antes que aceptar el "chantaje" que le hacen Estados Unidos, Europa y la oposición con "manipulaciones" -dijo- sobre la vigencia de los derechos humanos y la democracia.

"Este país jamás será doblegado. Antes prefiere desaparecer, como lo demostramos en 1962", dijo en alusión a la "Crisis de los misiles", el clímax de la Guerra Fría, repitiendo una idea reiterada por su hermano mayor y antecesor, Fidel Castro.