Lunes, 02 de Diciembre 2024
Internacional | La candidata del Partido de los Trabajadores jurará el próximo primero de enero

Es oficial, Brasil tendrá a su primera presidenta

La candidata del Partido de los Trabajadores jurará como el trigésimo sexto jefe del Ejecutivo el próximo primero de enero

Por: EL INFORMADOR

Los simpatizantes de Dilma Rousseff celebran el triunfo en la Avenida Paulista, en Sao Paulo. AFP  /

Los simpatizantes de Dilma Rousseff celebran el triunfo en la Avenida Paulista, en Sao Paulo. AFP /

SAO PAULO, BRASIL (01/NOV/2010).- Dilma Rousseff ganó las elecciones presidenciales de Brasil en segunda vuelta y será la primera mujer en liderar el país, que actualmente es la mayor economía de Latinoamérica.

La economista triunfó con 56.05% de los votos por 43.95% de los sufragios para el opositor José Serra, de acuerdo con el Tribunal Superior Electoral (TSE).

Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de 68 años, felicitó a Rousseff y le deseó que “haga bien” al país.

Dilma estaba emocionada hasta las lágrimas y con la voz entrecortada, agradeció a su mentor y padrino político, el presidente Luiz  Inácio Lula da Silva, y se comprometió a “honrar su legado”.

También afirmó que acabará con la miseria que afecta a más de 20 millones de brasileños y a luchar por la igualdad de oportunidades, ya que “es un principio de la democracia”.

La candidata del Partido de los Trabajadores (PT) remató diciendo que espera que “los padres y madres de niñas puedan mirarlas a la cara y decirles: ‘Sí, las mujeres pueden’”.

El PT nació como fuerza obrera y marxista y llegó al Gobierno en 2003 con Luiz Inácio Lula da Silva, aunque para los comicios de ayer se asoció al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

“Dama de hierro”

Dilma Rousseff es una ex guerrillera y enérgica ministra de 62 años. Tiene un temperamento explosivo, lo que le valió el apodo de “Dama de hierro” de la política brasileña.

Ascendió de la mano de su mentor Lula, para quien actuó como jefa del Gabinete Ministerial (2005-2010).

“Estoy en un Gobierno, en un país en el que ningún hombre asume sus posiciones. Soy la única mujer, y la única persona en Brasil, dura, cercada por hombres suaves”, afirmó entre risas Rousseff, al explicar su fuerte temperamento en un encuentro con periodistas en Sao Paulo.

En 2009 fue diagnosticada con un cáncer en el sistema linfático, aunque después de su tratamiento en septiembre del mismo año los médicos la consideran completamente curada.

Su eficiencia en la administración y su capacidad política, llevaron a que Lula la considerara el mejor nombre del Partido de los Trabajadores (PT) para disputar las elecciones.

Rousseff comenzó a posicionarse como  firme candidata al sillón presidencial a partir de mayo, ya que hasta entonces  estaba segunda en las encuestas de intención de voto detrás de Serra.

Paradójicamente no tenía experiencia en campañas electorales y la de ayer fue la primera vez que se sometió al veredicto de las urnas.

Nació en diciembre de 1947 y tiene una hija, Paula, y un nieto, Gabriel, que nació a principios de septiembre y logró que la flamante abuela interrumpiera por unos días su apretada agenda de campaña.

Se divorció del padre de Paula, Carlos de Araújo, después de 30 años de matrimonio, a pesar de las dificultades impuestas por la prisión de ambos durante el último régimen militar (1964-1985), pues integró dos organizaciones armadas clandestinas de oposición a la dictadura militar.

POSTURAS SOBRE TEMAS CLAVE:

Estabilidad económica

Dilma Rousseff mantendrá las políticas de mercado que han asegurado estabilidad económica en la última década: un tipo de cambio flotante, control de la inflación y disciplina fiscal.

Rol estatal en la economía

Favorece un Estado fuerte en áreas estratégicas, como petróleo, banca y energía, aunque insiste en que las empresas privadas en esos sectores no serán perjudicadas.
Incrementar la intervención estatal en el sector minero.
Mejorar el acceso de servicios de banda ancha de internet en hogares de bajos recursos.
Facilitar el establecimiento de pequeños negocios en Brasil

Política exterior

Favorece la continuación de los objetivos de la política exterior de Lula, incluyendo la integración regional y una mayor voz de los países en desarrollo en el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Crear de una compañía de energía binacional con Bolivia.

Lideresas de Latinoamérica

Argentina

Isabel Perón.- Presidenta desde julio de 1974 hasta marzo de 1976.

Bolivia
Lidia Gueiler Tejada.- Noviembre de 1979 (Constitucional Interino) a julio de 1980 (derrocada).

Haití
Ertha Pascal-Trouillot.- Marzo de 1990 a enero de 1991.

Nicaragua
Violeta Chamorro.- Abril de 1990 a enero de 1997.

Ecuador
Rosalía Arteaga Serrano.- Presidenta del 6 al 11 de febrero de 1997.

Panamá

Mireya Moscoso.- Presidenta de septiembre de 1999 a septiembre de 2004.

Puerto Rico

Sila Calderón.- Gobernadora del Estado Libre Asociado desde enero de 2001 a enero de 2005.

Chile
Michelle Bachelet.- Marzo de 2006 hasta marzo de 2010 (en el cargo).

Argentina

Cristina Fernández.- Diciembre de 2007 a 2011 (en el cargo).

Costa Rica

Laura Chinchilla.- Mayo de 2010 a mayo de 1014 (en el cargo).

PERFIL
Llega al final con la popularidad intacta

Luiz Inácio Lula da Silva


Este obrero metalúrgico de origen humilde que fue un radical líder sindical y de la oposición durante dos décadas antes de llegar al poder, acapara la escena política brasileña con una popularidad que nunca tuvo otro presidente y cuya influencia podría seguir sintiéndose, tras el triunfo de su apadrinada, Dilma Rousseff.

Luiz Inácio Lula da Silva, quien suele restar méritos a sus antecesores al subrayar que “nunca antes en la historia de este país...” alguien hizo tanto por Brasil como él, ha sido realmente, y descontadas sus exageraciones, un presidente sin par.

Nacido el 27 de octubre de 1945 en Garanhuns, Pernambuco, este tornero mecánico pasará a la historia como un singular obrero de orígenes paupérrimos, que ni terminó la escuela primaria, pero llegó a gobernar el más grande de los países latinoamericanos.

Nunca antes un presidente había concluido dos mandatos con una aprobación pública tan alta, cercana a 80%. Tampoco nunca un jefe de Estado salió ileso de escándalos de corrupción que derribaron a los principales líderes de su partido, ni consiguió una alianza que apuntaló su segundo periodo con políticos a los que antes calificó de corruptos, como los ex mandatarios José Sarney y Fernando Collor.

Tampoco ningún Gobierno había conseguido que 30 millones de brasileños ascendieran de la clase baja a la media ni generar 15 millones de nuevos empleos formales en ocho años, según las cuentas oficiales.

Ningún gobernante consiguió darle tanto peso a Brasil en el exterior y ponerlo como líder de los emergentes, hasta el punto de que el presidente estadounidense, Barack Obama, lo definió como “el político más popular de la Tierra”. Su reconocimiento en el exterior sobrevivió incluso a su defensa de gobiernos cuestionados como el cubano de Raúl Castro, el del venezolano Hugo Chávez o el del iraní, Mahmoud Ahmadinejad.

Lula debe ese reconocimiento interno y externo a su pragmatismo, a su capacidad conciliadora y a una habilidad política que le ha permitido dejar atrás la imagen de radical que él mismo se había forjado como un barbudo sindicalista.

ANÁLISIS
Ciclones con nombres tiernos

Orestes E. Díaz Rodríguez


¿Qué es lo que eleva a una rosa hasta el ojo del huracán?

América Latina reducto del machismo ha visto a varias mujeres ceñirse la banda presidencial. Michelle Bachelet, Chile; Cristina Fernández, Argentina; Laura Chinchilla, Costa Rica; ahora Dilma Rousseff, Brasil. Pero no fueron las pioneras. Les precedieron María Estela Martínez de Perón, Argentina, (1974-1976); Violeta Barrios de Chamorro, Nicaragua (1990-1996) y Mireya Moscoso, Panamá (1999-2004).

Martínez de Perón fue derrocada por un golpe. Doña Violeta le arrebató al sandinismo el poder que había ganado con las armas. Mientras Moscoso redujo el déficit fiscal, recibió el control del canal e indultó a quienes planearon asesinar a Fidel Castro en la cumbre celebrada en Panamá.

La diferencia con el  grupo de presidentas actuales es que el ascenso de las pioneras no fue producto de la expansión del espacio político. Ellas se beneficiaron de la vacante que dejó la desaparición física de sus esposos, cuyo capital político heredaron.

El nuevo grupo de mandatarias tiene otros rasgos. Son un producto de la continuidad de procesos relativamente exitosos. Ninguna lideró el arranque. Fueron vistas como imprescindibles para conducirlos a una nueva fase.

Laura, Cristina y Dilma, mujeres con trayectoria política, resultaron escogidas por su predecesor. Ellos prefirieron sirenas antes que delfines. Por tres razones: confianza, ascendencia y trascendencia.

Bachelet, en cambio, ascendió por adhesión ciudadana. No fue seleccionada por la élite, sino aprobada por ella. Todas son el fruto de un número cada vez mayor de mujeres que tiene acceso a la educación superior. También del cálculo político y del efecto dominó regional.

Algunas consecuencias de la feminización de la alta política son controvertidas. Lamentablemente las mujeres tienden a masculinizarse, pero también son menos propensas a la corrupción. Si esquivan el primer escollo llegan a generar un liderazgo más consensual y menos agresivo.

Bachelet contribuyó a que Chile esté casi listo para el ingreso a un grupo selecto. Laura encabeza una batalla épica que libra Centroamérica. Cristina está llamada a reagrupar al peronismo con vocación social y liderarlo moralmente. Dilma va a consolidar el posicionamiento mundial de Brasil. Sin duda, el calificativo que mejor les hace justicia lo eligió hace tiempo un narrador suspicaz: Ciclones con nombres tiernos.

Maestro Orestes E. Díaz Rodríguez, UDG.
www.orestesenrique.wordpress.com

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