Sábado, 30 de Noviembre 2024
Internacional | Un reto para el nuevo Gobierno

El principio del fin de la organización terrorista ETA

Españoles exigen que el grupo independentista pague por las 900 víctimas que ha dejado su lucha en medio siglo

Por: SUN

Según la mayoría de los analistas, el anuncio de ETA  fue una victoria del estado de derecho y una derrota de la organización. EFE  /

Según la mayoría de los analistas, el anuncio de ETA fue una victoria del estado de derecho y una derrota de la organización. EFE /

MADRID, ESPAÑA (19/DIC/2011).- En los años 50, cuando España vivía bajo la dictadura del general Francisco Franco, un pequeño grupo de estudiantes universitarios de la ciudad vasca de Bilbao, nacionalistas e independentistas, creaba el movimiento EKIN.

Hasta 1958, compartían ideología con el Partido Nacionalista Vasco (nacionalistas moderados), pero ese año rompieron con ellos, acusándolos de pasividad y “acomodo” frente a lo que consideraban la “destrucción de la patria vasca”. Y el 31 de julio de 1959 fundaban ETA, un movimiento revolucionario, de liberación nacional y aconfesional, cuyas siglas significan en eusquera Euskadi Ta Askatasuna (Libertad para el País Vasco).

Su objetivo era lograr la liberación nacional de Euskadi (País Vasco) y luchar contra un régimen totalitario: el del dictador Francisco Franco, quien llevaba 30 años en el poder, en una España con un solo partido político: el Frente Nacional, en el que el castellano era la lengua oficial y no se permitía el uso de ninguna otra, como el eusquera, y en el que las autonomías actuales no existían.

Más de 50 años después y con casi 900 víctimas a sus espaldas, la organización independentista anunció, el 20 de octubre, el punto y final a la violencia. Aislada política y socialmente, tras las sucesivas ilegalizaciones de los partidos políticos, asociaciones civiles, medios de comunicación y empresas afines a su ideología; con la mayoría de sus miembros en la cárcel, cumpliendo largas condenas, y consciente de que con la violencia no va a lograr sus objetivos, hizo pública su decisión de cesar su “actividad armada” y solicitó reanudar el diálogo con los gobiernos español y francés para llegar a una solución definitiva del conflicto.

Con este anuncio, se inicia un largo camino, tras más de 40 años de terror y con casi 900 muertos, que acabará cuando se logre que la ETA entregue las armas, se disuelva y pase a ser historia.

Para la mayoría de los analistas políticos, el anuncio de ETA ha sido una victoria del estado de derecho y una derrota de la organización, ya que los distintos gobiernos democráticos, en todos estos años, no han hecho ni una sola concesión a la banda.

En opinión del periodista Carlos Carnicero “el estado de derecho no tiene que agradecerle a nadie que la ETA deje de matar. Y la ETA no merece ningún tipo de agradecimiento por dejar de matar. La ley y la inteligencia política son los instrumentos para enterrar a ETA para siempre”.

Carnicero recuerda que “ellos se han dado el lujo de emitir un comunicado sin ninguna sensibilidad para con las víctimas, sin un ápice de contrición y pretendiendo que el dolor que ha sufrido la sociedad española durante medio siglo no merece contrapartidas de los asesinos”.

Asegura que “lo que suceda a partir de ahora no tiene por qué estar marcado por la generosidad; los españoles sólo necesitamos que este trámite de liquidación del terrorismo se haga con inteligencia”.

Rajoy, vulnerable

El periodista Luis Aizpeolea también se refiere al futuro y apunta a que el líder del Partido Popular (PP, conservador) Mariano Rajoy, tendrá más dificultades que el líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, para trazar una hoja de ruta porque ya ha empezado a tener presiones muy serias desde la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), la asociación más representativa de su rubro.

Según Aizpeolea, Rajoy ya ha prometido a su presidenta, Ángeles Pedraza, que pese al cese definitivo de la violencia, con él no habrá concesiones y no va a cambiar nada en relación con los presos de ETA. “Rajoy lo puede tener aún más complicado porque es más vulnerable a las presiones de la AVT y de la derecha política. Y más aún si se tiene en cuenta que una mayoría de españoles es reacia a que se tomen medidas favorables a los presos”.

La única manera —considera— de ir rompiendo ese nudo gordiano que es la izquierda independentista, y también ETA, “es que empiecen por reconocer el daño causado a las víctimas del terrorismo”.

Un daño que se remonta al 18 de julio de 1961. Ese día, ETA llevó a cabo su primera acción auténticamente militar contra un tren especial que conducía a San Sebastián (País Vasco) a veteranos falangistas que querían celebrar la sublevación militar que dio inicio a la Guerra Civil (1936-1939).

La carga explosiva no llegó a estallar, por lo que no se produjeron víctimas. Pero la Policía de Franco reaccionó con mano dura y encarceló a cientos de personas muchas de las cuales fueron condenadas a 20 años de cárcel después de ser torturadas. En ese clima de falta de democracia, de libertad y de derechos fundamentales de un régimen feroz en el que la Guardia Civil actuaba a su antojo, ETA era bien vista por gran parte de los españoles.

En mayo de 1962, ETA convocó la I Asamblea en la que se eligieron a los nuevos dirigentes de la organización. También aprobó un documento bajo el título “Principios” en el que se definía como “un Movimiento Revolucionario Vasco de Liberación Nacional” y proclamaba que el pueblo vasco tiene “los mismos derechos que asisten a cualquier otro pueblo a su autogobierno”; afirmaba, a la vez, que para la consecución de este fin “se deberán emplear los medios más adecuados que cada circunstancia histórica dicte”.

La apuesta por las armas

Hasta 1968, la banda se limitó a realizar pintadas con el lema “Gora Euskadi Askatuta” (Viva el País Vasco en libertad) y a llevar a cabo pequeños atentados con explosivos contra edificios gubernamentales y símbolos del franquismo, sin provocar víctimas. Pero en 1968, en respuesta a la dura represión del dictador, cambió de estrategia y apostó definitivamente por la “lucha armada”.

Ni la muerte de Franco, en 1975, ni la llegada de la democracia, llevaron a ETA a elegir la vía política para defender sus postulados. Tampoco la amnistía para los presos que decretó el Gobierno de Adolfo Suárez el 16 de octubre de 1977, ni la aprobación, en 1980, de un estatuto de autonomía que otorgaba al País Vasco la capacidad para formar su propio gobierno, elegir su propio Parlamento, celebrar sus propias elecciones municipales y autonómicas y tener su propia policía, bandera, y lengua.

Al contrario, ese año ETA cometió más atentados que nunca y asesinó a 98 personas.

Comienza el rechazo

La banda armada, que hasta entonces había sido vista con buenos ojos por muchos ciudadanos que estaban hartos de la represión del franquismo, comenzó a ser considerada como una organización terrorista. La mayoría de la población no entendía cómo en la España de 1979, con una Constitución aprobada en cuyo texto se reconocían las autonomías, ETA seguía matando. Ni cómo, tras la aprobación del estatuto vasco, que incluso otorgaba al País Vasco la capacidad de disfrutar de su propio presupuesto y régimen fiscal, entre otras competencias, dijera que la región seguía oprimida por el pueblo español.

Los años trajeron más atentados terroristas, más secuestros, más amenazas y más violencia. ETA no sólo mató a militares, a policías, a políticos, a periodistas, a jueces y a fiscales, también asesinó indiscriminadamente a ancianos, a niños, a jóvenes, a hombres y a mujeres.

La matanza en el supermercado Hipercor de Barcelona fue una de las más sangrientas. Ocurrió el 19 de junio de 1987 a primera hora de la tarde. ETA colocó un coche-bomba cargado con 30 kilos de explosivo en el estacionamiento del centro comercial, que en ese momento estaba lleno. Murieron 21 personas, en su mayoría mujeres, y 45 resultaron con heridas graves.

Y también secuestró. El funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara permaneció encerrado por ETA en un zulo de tres metros de largo y dos y medio de ancho durante 532 días entre los años 1996 y 1997, como medida de presión para lograr el acercamiento de presos a cárceles del País Vasco. El gobierno del entonces presidente José María Aznar no cedió y Ortega Lara fue encontrado y liberado por la Policía. Entonces, ETA secuestró al concejal del PP Miguel Ángel Blanco, a quien 48 horas después asesinó, tras comprobar que el gobierno de Aznar no negociaría.

Diálogo infructuoso

Durante esos años que siguieron a la dictadura de Franco los gobiernos de Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero negociaron con la banda armada. Pero en los cuatro casos sin éxito. Y durante todos esos años ETA también anunció treguas y altos el fuego, que acabó rompiendo. Con la desaparición del Ejército Republicano Irlandés (IRA, en inglés), ETA no sólo se convirtió en la organización terrorista más longeva de Europa, sino en la única.

Ahora con su anuncio de cese del terrorismo comienza una difícil etapa para la banda armada y para los políticos.

El Gobierno y las Fuerzas de Seguridad deberán comprobar que efectivamente la decisión de ETA es definitiva y así despejar la desconfianza existente entre muchos ciudadanos, medios de comunicación, asociaciones policiales y de víctimas del terrorismo. Luego tendrá que establecer una hoja de ruta para lograr definitivamente el fin de la ETA.

En su mano está avanzar en lo relativo a los más de 700 presos de ETA que hay en las cárceles: 500 en los españoles y 200 en las francesas. En este sentido, podría acercar presos a cárceles vascas, como piden sus familiares desde hace décadas, tomar medidas favorables a los reclusos preventivos y a los enfermos. También podría revisar la aplicación de la doctrina Parot, que está pendiente del Tribunal Constitucional y que, de aplicarse, dejaría en libertad a decenas de presos condenados a muchos años de cárcel.

En cuanto a ETA, deberá disolverse y entregar las armas y decidir si pide o no perdón a las víctimas. En la última entrevista concedida al diario Gara, su vocero habitual, aseguraba que hay que emprender conversaciones directas con los gobiernos español y francés sobre tres asuntos en la agenda: el regreso de los terroristas huidos y de los presos; la “inutilización de las armas” (que según las fuerzas de seguridad alcanzan un valor de casi siete millones de dólares), y la salida de las Fuerzas de Seguridad del País Vasco y Navarra.

Y reiteró, como hace 50 años, que mantiene su objetivo final que es la independencia, aunque su arma para lograrlo no sea ya la violencia.

Cronología

Julio 31 de 1959


Estudiantes radicales disidentes del colectivo clandestino EKIN —nacido en 1952, nacionalista— funda el grupo Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi y Libertad, ETA). Sus postulados son la defensa del euskara, el etnicismo, el anti españolismo y la independencia de los territorios que pertenecen a Euskadi: Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra (en España), Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa (en Francia).

Julio 18 de 1961

La ETA realiza su primera acción violenta con el intento fallido de descarrilar un tren donde viajaban voluntarios franquistas.

Agosto 2 de 1968

En respuesta a la muerte de su dirigente José Antonio Etxebarrieta, el grupo asesina al policía franquista Melitón Manzanas, en Irún, Guipúzcoa.

Diciembre 20 de 1973

La ETA asesina al almirante Luis Carrero Blanco, considerado heredero natural del dictador Francisco Franco.

Febrero 28 de 1981

Tras un intento de golpe de Estado, la organización anuncia la “paralización” de todas sus acciones.

Julio 14 de 1986

El Comando Madrid coloca un coche-bomba en la plaza de la República Dominicana; mata a 12 miembros de la Guardia Civil.

Enero 28 de 1988


La ETA ofrece al presidente de Felipe González una tregua parcial.

Junio 19 de 1987

El grupo coloca un explosivo en el centro comercial Hipercor en Barcelona. Mueren 21 personas.

Julio 10 de 1992

Ofrece dos meses de tregua a cambio de “negociación política”. Como no hay tal, en agosto asesina a dos guardias civiles.

Julio 10 de 1997

El consejal del Partido Popular en el País Vasco es asesinado por la ETA. La banda ofrece nueva tregua en noviembre.

Septiembre 16 de 1998

Tras la firma de la Declaración de Lizarra, la ETA anuncia la que será su tregua más larga, y que termina el 28 de noviembre.

Febrero 18 de 2004

La banda suspende su campaña de violencia en Cataluña.

Junio 18 de 2005

Con 39 políticos asesinados, la organización terrorista decide poner fin a sus acciones armadas contra los electos de los partidos políticos de España.

Diciembre 30 de 2006

LA ETA ataca la terminal 4 del aeropuerto Madrid-Barajas; mueren dos inmigrantes ecuatorianos. El Gobierno negocia en secreto con la banda y, sin llegar a ningún acuerdo, ETA rompe la tregua en junio de 2007.

Septiembre 5 de 2010

La banda pone fin a sus “acciones armadas ofensivas”. Un año y un mes después, anuncia el “cese definitivo” e incondicional “de la actividad armada”.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones