Sábado, 23 de Noviembre 2024
Internacional | Nelson Mandela deja un país con Gobierno democrático, pero aún existen desigualdades

El padre de la ''nación arcoíris'' sudafricana

Nelson Mandela deja un país con Gobierno democrático, pero aún existen desigualdades

Por: EL INFORMADOR

JOHANNESBURGO, SUDÁFRICA (06/DIC/2013).- Nelson Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica, fue el preso político más célebre del mundo antes de pilotar la transición del régimen del apartheid  hacia una democracia multirracial. Sin embargo, tras su muerte deja una herencia de tolerancia con la cual el país consolidó su democracia, pero sin haber terminado con las profundas desigualdades de decenios de segregación racial.

Liberado en 1990, el Premio Nobel de la Paz en 1993 con su interlocutor en la transición, el último presidente del apartheid, Frederik de Klerk, dedicó su presidencia a intentar reconciliar una sociedad dividida por tres siglos de dominación de la minoría blanca.

“Estamos forjando una alianza que nos permitirá construir una sociedad en la que todos los sudafricanos, negros y blancos, puedan caminar con la cabeza alta (...) una nación arcoíris en paz con ella misma y con el mundo”,  declaraba en su investidura presidencial el 10 de mayo de 1994.

Durante su mandato (1994-1999) “instaló cimientos sólidos para  permitirnos construir” una democracia estable y su desaparición “no provocará una tragedia”, estimó el analista Adam Habib del Consejo de investigación de ciencias humanas.

A pesar de los esfuerzos de Mandela por erradicar las diferencias entre los sudafricanos, según un informe gubernamental, las desigualdades siguen acentuándose. El ingreso mensual promedio de los negros aumentó 37.3% desde 1994, mientras que el de los blancos subió 83.5 por ciento.

Si bien el Gobierno mejoró el acceso al agua y a la electricidad, todavía queda mucho por hacer en relación a la miseria del país, donde más de un millón de familias aún viven en chozas.

“Cuando Mandela fue liberado, todo el mundo se dijo ‘hemos ganado’. Pero miren dónde estamos ahora. No tengo nada”, comentó Josephine Mji, 35 años, vendedora clandestina en Johannesburgo. “Aún vivo en la miseria, sin trabajo ni casa. La libertad no cambió nada en mi vida”.

En los hechos, el Congreso Nacional Africano “logró éxitos allí donde pensaba que fracasaría: administrar una economía moderna”, destacó Frans Cronje del Instituto sudafricano sobre las relaciones entre las razas. “Pero los sectores considerados como sus puntos fuertes —mejoras de las condiciones de vida, la  educación y la lucha contra la criminalidad— son un fracaso”.                       

PERFIL

Fuente incansable de solidaridad


Nelson Mandela se caracterizó siempre por su apoyo incondicional a numerosas causas solidarias que mantienen vivo el legado moral de un hombre que dedicó su vida a los demás.

Tras su muerte no solo dejó importantes lecciones políticas, sino también un modelo de comportamiento basado en la ayuda desinteresada.

Su compromiso en la lucha contra la injusticia, la pobreza y el sida, o la defensa de los derechos de la infancia forman parte de una herencia que apela a la condición humana por encima de banderas, colores e ideologías.

El fallecido líder sudafricano dio su respaldo al menos cuarenta instituciones benéficas, según los datos de la Fundación Mandela.

Fue, entre otros muchos cometidos solidarios, embajador de buena voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), vocal de SOS Children’s Village (la mayor organización de ayuda a niños huérfanos) e impulsor de la campaña “46664” contra el sida. En 2009, la filantropía de Mandela animó a la ONU a convertir el 18 de julio, día de su cumpleaños, en el Día Internacional de Nelson Mandela, un evento global que anima a seguir su ejemplo y dedicar 67 minutos —el mismo número de años que él empleó en luchar por la igualdad racial en Sudáfrica— a ayudar al prójimo.

“Madiba”, como llaman cariñosamente los sudafricanos al ex presidente, fundó el Fondo para la Infancia de Nelson Mandela con su propio sueldo, tras asumir la jefatura de Estado en 1994, tal y como recuerda Buda-Ramatlo, directora del organismo.

El Fondo para la Infancia ha aportado más de 40 millones de euros desde 1995 a programas de protección infantil en Sudáfrica, donde 11,5 de los 19 millones de niños viven por debajo del umbral de la pobreza, según un informe de Unicef difundido en 2012.

La institución espera concluir en 2014 el segundo hospital pediátrico del África subsahariana, un proyecto personal de Mandela.

Tras abandonar el Gobierno en 1999, Mandela desempeñó un papel más activo a favor de causas humanitarias. En 2002, creó la campaña “46664” contra el sida, bautizada con el número de preso que recibió durante sus 18 años de cautiverio en la isla de Robben Island.

La iniciativa se convirtió en el mayor movimiento de concienciación contra la pandemia.

FRASE


"He soñado con una democracia y una sociedad libre en la cual las personas vivan en armonía y con igualdad de oportunidades... es un ideal por el cual estoy preparado a morir".

Nelson Mandela,
ex presidente de Sudáfrica.

CARTA DE LA LIBERTAD

Nelson Mandela fue un firme opositor del régimen apartheid, instaurado en 1948 por el Partido Nacional Sudafricano; en esa época, ya formaba parte del Congreso Nacional Africano (ANC), y es en 1955 cuando hace la adopción de la ‘Carta de la Libertad’, la cual provee el programa principal en la causa contra las medidas del apartheid.

Fragmentos de la carta

> Todos los grupos y razas nacionales tendrán el mismo status en los cuerpos del Estado, en las cortes y en las escuelas.

>  Toda la gente tendrá igual derecho para utilizar sus propias lenguas, y para desarrollar su propia cultura y costumbres populares.

> Todos los grupos nacionales serán protegidos por ley contra insultos a su raza y a su orgullo nacional.

> Toda la gente tendrá iguales derechos para comerciar donde ella elija, para fabricar y para participar en todos los comercios, artes y profesiones.

>  Se eliminará las restricciones a la propiedad de la tierra sobre una base racial serán terminadas, y toda la tierra será dividida entre las que la trabajen para acabar con la hambruna y el hambre de tierra.

> Todas las leyes y prácticas del apartheid serán abandonadas.

EL DATO

"Madiba" visita México en 1991


El líder de la lucha contra el apartheid visitó México en 1991. Se establecieron las bases para el diálogo, los intercambios económico-comerciales y la cooperación bilateral. En 2010, México le otorgó la condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca.

• Trayectoria política


Renunciando a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xhosa, Nelson Mandela se hizo abogado en 1942. En 1944 ingresó en el Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés), un movimiento de lucha contra la opresión de los negros. Fue uno de los líderes de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del ANC; era nacionalista, antirracista y antiimperialista.

En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid. Bajo la inspiración de Gandhi, el ANC propugnaba métodos de lucha no violentos: la Liga de la Juventud (presidida por Mandela en 1951-1952) organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas.

En 1952 Mandela pasó a presidir el ANC del Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen. Tras su detención, estableció en Johannesburgo el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica.

En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se pedía un Estado multirracial, igualitario y democrático.

El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del Gobierno de crear siete reservas o bantustanes, territorios marginales independientes, en los que confinar a la mayoría negra. El ANC respondió con manifestaciones y boicoteos, que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961.

Ese año Mandela fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la recién proclamada República Sudafricana; y se encargó de dirigir el brazo armado del ANC.

En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos y haciendo propaganda de la causa sudafricana. A su regreso fue detenido y condenado a cinco años de cárcel. Un juicio posterior contra los dirigentes de la Lanza de la Nación le condenó a cadena perpetua en 1964. Ese mismo año fue nombrado presidente del ANC.

Prisionero durante 27 años en penosas condiciones, el Gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad.

En 1984 el Gobierno le ofreció la libertad si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes; Mandela rechazó el ofrecimiento. Finalmente, Frederik De Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de ceder ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial, liberando a Mandela en 1990 y convirtiéndole en su principal interlocutor para negociar el proceso de democratización.

Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica; desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente, y tratando de atraer hacia la participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú.

FRASE


"La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad".

Nelson Mandela, ex presidente de Sudáfrica.

MANDELA DEJA UN HUECO EN SUDÁFRICA: JUAN CARLOS PÁEZ VIEYRA

Se va una de las figuras del siglo XX

Sus logros en materia de derechos humanos y la forma pacífica en que luchó ubican a Nelson Mandela entre una de las figuras más importantes del siglo XX a nivel mundial, cuya trascendencia es comparable a la del propio Mahatma Gandhi, considera Juan Carlos Páez Vieyra, maestro en Política y Gestión Pública del ITESO.

“Él a pesar de que vivió durante muchos años en la prisión por haber estado en contra del régimen británico del apartheid, finalmente logró después de muchos años salir y modificar el régimen de apartheid en África. Era un hombre de convicciones sociales que sacrificó su vida personal por la liberación del pueblo”, motivo por el que su muerte deja un gran hueco en Sudáfrica, afirma.

Y es que para Páez, Mandela enarboló quizá la lucha más importante contra la discriminación racial en su país que después se extendió al continente y tuvo repercusiones a nivel internacional, es decir, fue una lucha más encarnizada que la de Martin Luther King en Estados Unidos.

Además, considera el especialista que no obstante el impacto de su lucha racial y libertadora, haber conseguido el Premio Nobel de la paz le dio mayor impulso a sus causas y reconocimiento internacional.

“Sin duda Mandela fue el paladín de la lucha por los derechos civiles, pero en específico para el tema de la discriminación racial. Es modelo de resistencia no violenta, siguiendo la inspiración de Gandhi que ha logrado alcanzar grandes objetivos de liberación de sus pueblos”.

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