Miércoles, 04 de Diciembre 2024
Internacional | El Papa Bendicto XVI abre los horizontes de la iglesia fuera de Italia

El Papa responde al ''vatileaks'' con cardenales internacionales

El escándalo provocado por la filtración de documentos confidenciales del Vaticano a la prensa ha generado reflexión

Por: NTX

El papa Benedicto XVI anunció el aumento en el número de purpurados de manera sopresiva. XINHUA  /

El papa Benedicto XVI anunció el aumento en el número de purpurados de manera sopresiva. XINHUA /

CIUDAD DEL VATICANO, VATICANO (24/NOV/2012).- Un Consistorio internacional con seis nuevos cardenales, ninguno de ellos europeo, es la respuesta de Benedicto XVI a los obispos que identificaron en el "vatileaks" un escándalo italiano que avergonzó a toda la Iglesia.

Un colombiano, un filipino, un libanés, un indio, un estadounidense y un nigeriano recibieron este sábado de manos del Papa los birretes colorados, anillos y "títulos de diaconías" con los cuales fueron incluidos en el club más exclusivo del mundo: el Colegio Cardenalicio.

Más de cinco mil personas asistieron al Consistorio Ordinario Público, la ceremonia presidida por Joseph Ratzinger en la Basílica de San Pedro del Vaticano con la cual el número de cardenales llegó a un total de 211, 120 de ellos menores de 80 años.

"A través de este Consistorio, deseo destacar de manera particular que la Iglesia es la Iglesia de todos los pueblos, y se expresa por tanto en las diversas culturas de los distintos continentes. Es la Iglesia de pentecostés, que en la polifonía de las voces eleva un canto único y armonioso al Dios vivo", indicó el Papa.

La creación de nuevos cardenales no estaba prevista. Por eso causó sorpresa cuando, hace 30 días, el líder católico anunció sorpresivamente su deseo de ampliar el número de purpurados.

Apenas 10 meses atrás fueron creados otros 22 "príncipes de la Iglesia". Nunca antes, en el presente pontificado, dos consistorios habían tenido lugar en el mismo año.

Una anomalía que parece tener, como objetivo, enviar un mensaje no sólo a la Curia Romana, sino también más allá de las fronteras del Vaticano, a la Iglesia universal.

Y es que los católicos de los cinco continentes no han permanecido ajenos a las turbulencias vividas en el último año a causa del "vatileaks", la filtración a la prensa de cientos de documentos confidenciales robados directamente de los aposentos pontificios.

El desarrollo de ese escándalo, de una gravedad inaudita, dejó la imagen de un Vaticano a la deriva de las luchas de poder entre prelados de diversos grupos, la mayoría italianos y con intereses italianos.

Justo cuando arreciaba la fuga de noticias, el 18 de febrero, el Papa presidió su anterior Consistorio.

La mayoría de los purpurados de esa ceremonia eran italianos y tenían cargos en El Vaticano. Del total de 22, por ejemplo, apenas uno procedía de América Latina.

Esto reforzó el malestar respecto al gobierno de la Iglesia católica, dirigido no tanto a Benedicto XVI sino a su principal colaborador, el Secretario de Estado Tarcisio Bertone, quien también se convirtió en el blanco principal de las filtraciones del "vatileaks".

La respuesta a la fuga de noticias fue una investigación a todo campo que llevó al arresto del principal responsable del robo de documentos, el mayordomo papal Paolo Gabriele, a su procesamiento jurídico y a su sentencia a 18 meses de prisión.

Simultáneamente el líder católico se empeñó en involucrar en actividades del Vaticano a otras personalidades de la Iglesia, fuera de Italia, con el objetivo de reforzar su universalidad.

Y este día, durante el Consistorio, el Papa dedicó toda su homilía a explicar con particular profundidad las características que hacen universal a la Iglesia.

"Jesús no envía su Iglesia a un grupo, sino a la totalidad del género humano para reunirlo, en la fe, en un único pueblo con el fin de salvarlo. Por eso este pueblo, uno y único, ha de extenderse por todo el mundo a través de todos los siglos, para que así se cumpla el designio de Dios", dijo.

Según Ratzinger la misión universal de la Iglesia no sube desde abajo, sino que desciende de lo alto, del Espíritu Santo, y está orientada desde el primer instante a expresarse en toda cultura para formar así el único pueblo de Dios.

"No es tanto una comunidad local que crece y se expande lentamente, sino que es como levadura destinada a lo universal, a la totalidad, y que lleva en sí misma la universalidad", insistió.

"Es el fermento que se esparce por mundo, entra en las diversas coyunturas y en los múltiples contextos culturales y sociales, pero que sigue siendo una única Iglesia", apuntó.

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