CIUDAD DEL VATICANO (22/OCT/2016).- El Papa Francisco recordó, ante más de 100 mil personas, el 30 aniversario de la elección papal de Juan Pablo II y llamó a abatir los muros con el diálogo, tras advertir que hace falta mucha más comunicación en las familias, en los barrios y en la sociedad. "Hace exactamente treinta y ocho años, casi a esta hora, en esta Plaza resonaban las palabras dirigidas a los hombres de todo el mundo: ¡No tengan miedo!... Abran, aún más abran de par en par las puertas a Cristo", dijo el pontífice hablando en italiano en San Pedro. Evocó esas palabras pronunciadas por Karol Wojtyla al inicio de su pontificado, lo calificó de un "Papa de profunda espiritualidad", plasmada por la "milenaria herencia de la historia" y de la cultura polaca transmitida en el espíritu de fe, de generación en generación. Aseguró que esa herencia era para él fuente de esperanza, de poder y de coraje, con que exhortaba al mundo a abrir las puertas a Cristo. Una gran multitud se congregó este sábado en el Vaticano para participar en una de las últimas audiencias "jubilares", las catequesis sabatinas que cada mes impartió el Papa como gesto extraordinario durante el presente Año de la Misericordia, que concluirá el próximo 20 de noviembre. Su mensaje de este día se centró en el diálogo, que permite a las personas conocerse y comprender las exigencias de uno y del otro. Según Jorge Mario Bergoglio, el diálogo es -ante todo- una señal de gran respeto, porque coloca a las personas en actitud de escucha y en la condición de acoger los mejores aspectos del interlocutor. Además indicó que se trata de una expresión de caridad porque, sin ignorar las diferencias, puede ayudar a buscar y a compartir el bien común; invita a ponerse ante el otro viéndolo como "un don de Dios, que nos interpela y nos pide ser reconocido". "Muchas veces no vamos al encuentro de los hermanos, a pesar de vivir junto a ellos, sobre todo cuando hacemos prevalecer nuestra posición sobre la del otro. No dialogamos cuando no escuchamos lo suficiente o tendemos a interrumpir al otro para demostrar que tenemos razón", advirtió. El Papa precisó que el verdadero diálogo necesita "momentos de silencio", ayuda a humanizar las relaciones y a superar las incomprensiones. "Hay tanta necesidad de diálogo en nuestras familias, y ¡cómo se resolverían más fácilmente las cuestiones si aprendiéramos a escucharnos recíprocamente! Es así en la relación entre marido y mujer, y entre padres e hijos", abundó. Al final de la audiencia pidió no olvidar sus consejos, recordó que dialogar es escuchar al otro con atención y decir con mansedumbre lo que uno piensa. El Papa Francisco lamentó que en la actualidad "se grite tanto" y sostuvo que cuando se grita la relación no terminará bien: entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre todos.