El Gobierno iraní logra disuadir protestas contra el régimen

TEHERÁN, IRÁN (13/JUN/2010).- Las advertencias de las autoridades lograron disuadir a quienes planeaban convertir el aniversario de la reelección de Mahmoud Ahmadinejad en una nueva protesta contra el Gobierno iraní.

La Guardia Revolucionaria de Irán advirtió que reprimiría cualquier intento por generar una “crisis de seguridad” y logró su cometido, ya que el líder de la oposición Mir Hussein Musavi pidió a sus simpatizantes no protestar, ante el temor de nuevas muertes.

“No tenemos líder”, lamentaba una estudiante de arquitectura quien junto con una amiga deseaba participar en la protesta convocada dentro del campus. “Si no actuamos, nadie lo hará por nosotros”.

Un profesor de universidad que pidió no ser identificado coincide con las estudiantes. “El movimiento verde es más un estado de ánimo, un espíritu que ha calado, que un movimiento articulado en sí mismo. Está ahí, es fuerte, pero necesita líderes que lo empujen, que lo dinamicen y estructuren frente al gran poder que tiene el régimen, que en pocos meses ha logrado anular la movilización”.
 
Además de  las advertencias, el Gobierno colocó agentes antidisturbios en las principales plazas del Teherán y en particular alrededor de la Universidad de Teherán, para hacer frente a cualquier manifestación.

“Una repetición de las protestas callejeras es poco probable. Pero si el movimiento de sedición crea una crisis de seguridad, nos enfrentaremos a ellos con todas nuestras fuerzas”, dijo el alto comandante de la Guardia Revolucionaria, Reza Farzaneh, según el diario “Javan”.

Farzaneh agregó que “si el movimiento de sedición crea una crisis de seguridad, les haremos frente con toda nuestra fuerza”.
 
En las calles de Teherán no se veían movimientos que indicarán alguna manifestación organizada. Un joven portaba una pulsera verde en la muñeca, color del movimiento de Musavi, pero caminaba con indiferencia.

Hace un año Teherán y otras ciudades importantes del país eran invadidas por una marea verde y la represión provocó los peores disturbios desde que se fundó la república islámica en 1979. Durante la represión se produjeron detenciones masivas y juicios. Dos personas fueron ahorcadas y decenas de detenidos continúan en prisión.

Ahora muchos críticos al régimen no quieren arriesgarse a que les golpeen o les detengan los pasdarán, como también se les conoce a los miembros de la Guardia Revolucionaria.

Al final, solo en la Universidad de Teherán y en la de Sharif pequeños grupos de estudiantes se han arriesgado a pegar cuatro gritos contra el régimen poniendo nerviosos a los policías desplegados en el exterior.

TELÓN DE FONDO

Polémica electoral

Hace un año el consejo electoral iraní anunciaba la victoria del presidente Mahamoud Ahmadinejad con 62.63% de los votos sobre 33.75% del conservador moderado Mir Hosein Musavi, ante el descontento de miles de personas.

Musavi denunció las irregularidades y pidió a sus simpatizantes manifestarse en contra del oficialismo, aunque llamó a hacerlo en calma.
 
Incluso pidió al Consejo de Guardianes de la Constitución —la máxima autoridad encargada de confirmar la validez de una votación— anular los comicios, algo que finalmente no ocurrió.

La respuesta gubernamental no se hizo esperar y comenzaron las detenciones contra el llamado “tsunami verde”, debido a que los simpatizantes de Musavi usaban  ese color. El saldo de la represión fue de al menos 13 muertos y más de 200 detenidos.

“No aceptaremos este fraude”; “fuera el dictador” y “abajo al Gobierno golpista”, eran las mayores consignas de los agredidos.

Ahmadinejad afirmó días después que en su país había libertad y comparó las manifestaciones con la frustración que sufren los aficionados al futbol cuando su equipo pierde. Además, dijo que las detenciones eran porque los inconformes violaban la ley durante las protestas.

También criticó a la prensa internacional por inmiscuirse en los asuntos internos de Irán y de pintar una imagen falsa de la situación del país.