EU ayuda a Filipinas; saldo por tormentas supera 600 muertos

BAGUIO, FILIPINAS.- Helicópteros del ejército estadounidense transportaban el domingo toneladas de víveres a una región montañosa de Filipinas afectada por la falta de alimentos y combustible tras el paso de dos tifones que terminaron con la vida de más de 600 personas en el archipiélago.

Cuatro helicópteros CH-46 de la Infantería de Marina estadounidense se trasladaron a la ciudad de Baguio, que junto a las provincias cercas estaba devastada por las tormentas que desataron aludes de tierra y bloquearon el acceso a la zona, aislando la región montañosa en los días recientes.

Trabajadores con equipo pesado lograron desbloquear una carretera el domingo, permitiendo que los autos pasaran, informó el vocero de la agencia de manejo de desastres, Ernesto Torres. Sin embargo, el espacio no era suficiente para un camión de carga por lo que la ayuda que llegaba seguía siendo escasa.

El ejército estadounidense atendía la solicitud de Filipinas para ayudar a lidiar con los estragos de dos tifones que azotaron el país desde el 26 de septiembre.

La depresión tropical Parma salió finalmente del norte del país la noche del sábado, permitiendo que los militares estadounidenses comenzaran a transportar alimentos por aire a Baguio. Unos 700 infantes de marina y marineros estaban listos para ayudar en la zona, informó el capitán Jorge Escatell, vocero del ejército militar.

En Baguio las inundaciones y aludes mataron por lo menos a 53 personas. La ciudad es un centro de veraneo a 210 kilómetros (130 millas) al norte del Manila, famoso por su clima fresco. En el pueblo de Crescencia los socorristas continuaban a la búsqueda de más de 10 residentes desaparecidos, informó el jefe de la policía de Baguio, Agrifino Javier.

Aunque el clima había mejorado, la ciudad de más de 300 mil habitantes enfrentaba la falta de alimentos y gasolina. La presidenta Gloria Macapagal Arroyo viajó en helicóptero el domingo para inspeccionar la zona.

En la cercana provincia de Benguet, además de la falta de gasolina hacían falta ataúdes. Grupos de voluntarios se dedicaban a construir rápidamente cajas de madera.