Desconfía Zelaya de acusación contra militares golpistas

MANAGUA, NICARAGUA.- El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, reaccionó hoy con escepticismo a la acusación que la Fiscalía presentará contra la cúpula de las Fuerzas Armadas que lo derrocó del poder en junio de 2009.  

En una nota de prensa difundida aquí, Zelaya consideró que las acusaciones "superficiales" radicadas por el fiscal general Luis Rubí son "un truco" que buscan "la impunidad de los militares" que ejecutaron el golpe de Estado.  

Aseguró que Rubí acusaría a los militares por la comisión de delitos menores y abuso de autoridad con el fin de evadir el castigo a los autores materiales e intelectuales de la acción en su contra.  

Zelaya alertó a la comunidad internacional y los hondureños a "no caer en el engaño de avalar la impunidad a través de este fraude procesal", preparado -dijo- por las mismas personas e instituciones que "rompieron el orden democrático" nacional.  

Según el depuesto gobernante, los militares incurrieron en delitos como traición a la patria, asesinato, violación a los derechos humanos y torturas al pueblo hondureño.  

Reiteró que no renunciará a su mandato, que termina el 27 de enero, cuando está prevista la asunción del presidente electo, Porfirio Lobo.  

Zelaya insistió en que seguirá "defendiendo los principios democráticos y la búsqueda de soluciones justas que permitan la transformación y los cambios" para Honduras.  

Desde el pasado 21 de septiembre, Zelaya permanece refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.  

El Ministerio Público de Honduras pidió el miércoles a la Corte Suprema de Justicia que ordene la captura de la cúpula de las Fuerzas Armadas que encabeza el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Romeo Vázquez, y otros cinco oficiales.