Cristina critica a campesinos; sigue la huelga dos días más

BUENOS AIRES.- En el marco de un multitudinario acto en la Plaza de Mayo, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, convocó al diálogo al sector agropecuario, pero retomó el tono provocador de alocuciones anteriores.

Al cabo de la jornada, las principales entidades rurales, en respuesta al discurso, anunciaron que continuarán por dos días más la huelga de comercialización de granos.

Previamente, la presidenta acusó a los dirigentes de pretender “interferir en la democracia”.

Durante el discurso de 25 minutos, Fernández sostuvo que, a medida que avanzó la discusión con el agro, el reclamo “ya no era retenciones sí o no; estaban interfiriendo en la democracia”.

Tal vez con tanto golpe de Estado, con tanta interrupción institucional que hemos vivido, creemos que todo se arregla con intolerancia, con golpes, con bocina, cacerolas o cortes de ruta''.

Fernández fue la única oradora del acto organizado por el Partido Justicialista (peronista) en el que la mayoría de los asistentes fue convocada por los sindicatos aliados al Gobierno y el núcleo duro de los “peronistas K”, como se denominan los alcaldes de las localidades del cordón urbano que rodea la capital que responden al matrimonio de Fernández y el ex presidente Néstor Kirchner.

Con banderas argentinas y pancartas con la leyenda “Fuerza Cristina. Ni un paso atrás”, los manifestantes paralizaron el tráfico en el centro de Buenos Aires.

Algunos dirigentes y gobernadores peronistas no participaron del acto, lo que según analistas podría ser un signo de fisura en el seno del oficialismo.

Rechazo campesino

Además de prolongar la huelga, las cuatro entidades agropecuarias también rechazaron el proyecto de ley que la mandataria giró el martes al Congreso para ratificar el polémico sistema de retenciones (gravámenes).

“Hemos analizado este proyecto y valoramos el gesto... pero también queremos señalar a las autoridades y a nuestros productores que no estamos de acuerdo con el proyecto tal como se envió'', dijo Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina, durante una conferencia de prensa conjunta de las entidades.

Por tanto, resolvieron “continuar con la no comercialización de granos para exportación hasta el viernes 20 de junio a las 24 horas''.

El matrimonio Kirchner, Cristina y Néstor, saluda a la multitud en la Plaza de Mayo. De acuerdo con la Casa Rosada, asistieron 100 mil personas al acto de respaldo a la mandataria. Las medidas de fuerza del agro se extenderán hasta mañana.

Folklore peronista en la Plaza de Mayo

Ruidosas columnas gremiales, peronistas históricos que peinan canas y jóvenes "kirchneristas" confluyeron en la histórica Plaza de Mayo para dar su apoyo a la presidenta argentina, Cristina Fernández.

A juzgar por la enorme cantidad de autobuses estacionados que se acumularon en el centro porteño, la gran mayoría de los asistentes provino de la populosa periferia de la ciudad y algunos viajaron desde el interior del país.

Si bien este mitin tuvo como propósito respaldar a Fernández en el conflicto con el sector rural, que desde hace más de tres meses protesta contra el Gobierno, contó con el folklore característico de las manifestaciones peronistas.

Según se observó, la mayoría de los asistentes no llegó por sus propios medios al acto, sino que lo hizo en un autobús que puso a disposición de los manifestantes el municipio de Lanús, bastión peronista del Sur del conurbano bonaerense.

Entre la multiplicidad de banderas y pancartas, las nutridas columnas de los sindicatos se identificaron con distintos colores: los camioneros lucieron gorras verdes y los metalúrgicos, chalecos azules.

Una de las particularidades de la concentración fue la notoria ausencia de policías, pero afortunadamente no se registraron incidentes en la que, en palabras de la presidenta argentina, fue "la plaza del amor y de los sueños".

La mayoría de los asistentes al mitin de apoyo a la presidenta, llegó en autobuses que pusieron a su disposición sindicatos y municipios del Cono Urbano.