Crisis minera, primera prueba para Humala

LIMA, PERÚ (27/JUN/2011).- La decisión de la minera canadiense Bear Creek de defender por la vía legal la concesión de una mina que le revocó el Gobierno peruano, enciende una luz de alarma sobre las inversiones, en momentos en que las protestas antimineras acorralan al Gobierno, estiman analistas.

El Gobierno de Alan García —en funciones hasta el 28 de julio— revocó la concesión al acoger demandas de los campesinos ambientalistas que piden prohibir la actividad energética y minera en Puno en favor de la agricultura como condición para cesar una protesta iniciada a fines de mayo.

La decisión del Gobierno encendió las alarmas sobre los riesgos que se ciernen sobre las inversiones mineras y el respeto a la estabilidad jurídica de los contratos, y se propone para ser la primer prueba del mandatario electo, Ollanta Humala, en momentos que asumirá el poder el 28 de julio y que en su campaña electoral prometió un nuevo impuesto a las ganancias de las mineras.

Bear Creek anunció desde su sede en Vancouver que no se quedará cruzada de  brazos y que usará “todos los caminos disponibles” para explotar la mina de  plata Santa Ana, en Puno (Sureste de Perú) una región poblada por la etnia  aymara en la frontera con Bolivia.

Según el presidente de Bear Creek, Andrew Swarthout, la empresa “tiene la  intención de defender inmediata y vigorosamente sus derechos en Santa Ana”,  incluyendo la ley peruana y lo dispuesto en el Tratado de Libre Comercio  Canadá-Perú.

Puno enfrenta dos conflictos antimineros paralelos: el de los aymaras  contra Bear Creek, y el de Juliaca contra la minería aurífera informal, donde el viernes murieron cinco campesinos baleados por policías al intentar tomar el  aeropuerto de esa ciudad.

La cartera de inversiones en minería e hidrocarburos en Perú se cifra en  41 mil millones de dólares. Perú es el segundo productor mundial de plata y cobre, además del sexto  productor de oro.

Negociación pendiente
Manifestantes, en calma en Juliaca

LIMA.- La tranquilidad y las actividades habituales regresan poco a poco a ciudad de Juliaca, región sureña de Puno, mientras los manifestantes esperan en sus comunidades a los equipos de negociación que viajaron a Lima para evaluar la situación y decidir si levantan las protestas.

Según informó el coordinador de la Defensoría del Pueblo en Juliaca, Jacinto Ticona, esa ciudad amaneció “con cierta tranquilidad”, mientras las actividades comerciales y de transporte público se restablecían tras las protestas que el viernes dejaron cinco fallecidos y más de 40 heridos.

Los más de cinco mil manifestantes, que protagonizaron duros enfrentamientos con la Policía, retornan también poco a poco a sus comunidades de origen, en las provincias de Azángaro y Yaraví.

Allí esperarán la llegada de los representantes que viajaron hasta Lima para mantener negociaciones con el Ejecutivo, quienes informarán de los acuerdos alcanzados para luego decidir si continúan con las protestas
Precisamente ayer se publicó una nueva norma que busca atender el principal reclamo de los manifestantes de esta región de Puno: la descontaminación del Río Ramis por culpa de la actividad minera informal en la zona.

El presidente electo de Perú, Ollanta Humala, expresó su pesar por las muertes de Juliaca y solicitó, en señal de duelo, suspender las actividades que amigos y simpatizantes le tenían preparadas hoy con motivo de su cumpleaños.