Crisis le pega a globalifóbicos

GUADALAJARA, JALISCO.- La crisis también le pegó a los globalifóbicos, quienes por falta de recursos no llegaron a Guadalajara para marchar contra las políticas neoliberales y unirse al contingente que hoy domingo tomó calles y avenidas por la Cumbre de Líderes de América del Norte.

La ausencia de los extranjeros fue evidente. Sólo se congregaron cerca de 500 activistas locales que se perdieron entre demandas diversas.

Se defendieron causas tan distintas como la renegociación del Tratado de Libre Comercio, el pago de pensiones para los braseros de 1945; Además exigieron respeto a la vida de focas, ballenas y osos; se pidió el cierre de la cárcel de Guantánamo; la salida de los ‘gringos’ de Irak; ondearon banderas de Cuba, demandaron la creación de empleos, el cese de políticas contra los transportistas en Estados Unidos, la libertad de presos políticos, sin que faltaran perredistas o familiares de reos con la exigencia del respeto a los derechos humanos y juicios justos.

Hasta la anulación de leyes antiaborto hizo su aparición. Personas de la tercera edad, campesinos con sombreros, se mezclaron con adolescentes que ni siquiera sabían que se desarrollaba la cumbre. Hubo mujeres que no dudaron en llevar a sus hijos en brazos, para participar en la marcha que se inició a las 9:30 horas, y a la que se sumaron políticos como José Luis Sánchez, dirigente del movimiento Coordinadora Urbano Popular, o bien con líderes del tianguis cultural de Guadalajara y del Movimiento de Liberación Nacional.

El resultado fue una marcha ligth, sin actos de vandalismo o enfrentamientos como en 2004, lo que hizo innecesario el gasto de algunas tiendas situadas sobre la avenida Vallarta, que tapiaron con tablones sus entradas y ventanales ante los posibles disturbios de altermundistas.

No fue necesaria la intervención de alrededor de 30 policías metropolitanos que a bordo de sus bicicletas vigilaron la marcha y hasta encabezaron por momentos el contingente. La camioneta de la Policía Federal número 11014, con una célula de agentes, optó por retirarse del lugar. Aunque no faltó quienes, con un brazalete rojo en el brazo como distintivo, buscaron por momentos azuzar a los manifestantes, nadie hizo caso de estos personajes algunos con playeras amarillas, y cada quien siguió abanderando su propia causa.

Ni las consignas que se gritaron cuando el grupo hizo un alto frente al Consulado Americano, fueron tan beligerantes como en otras ocasiones, pues George Bush, su villano favorito, ya no está. Ahora , el papel de "el malo de la película" le tocó al Primer Ministro de Canadá, Stephen Harper, a quien se le acusó desde permitir matanzas ecológicas hasta de quitarle la posibilidad a los mexicanos de ir a trabajar a ese país, por lo que a gritos se pidió que le exigieran la visa para entrar a México.

Nadie resultó más complacido con el desarrollo pacífico de la protesta que Luis Carlos Nájera, el secretario de Seguridad Pública estatal, quien sonriente siguió la manifestación a una distancia discreta. En su balance aseguró que el perfil de los manifestantes era distinto al de 2004, se trató sólo de activistas locales y sin dudarlo aseguró que "hay cosas muy diferentes, desde el presidente norteamericano que estaba en ese tiempo, ahora con el presidente Obama que es una persona carismática, que ha hecho muchos cambios muy positivos, creemos que eso influye".

Fue un hecho. El discurso contra el "imperialismo yanqui" quedó opacado. De los llamados altermundistas "la mayoría somos de aquí y muy pocos del Distrito Federal, desgraciadamente por falta de dinero no pudieron venir de otros lados", reconoció Héctor Hernández, uno de los globalifóbicos locales.

Sólo contaron con la solidaridad de 15 jóvenes tapatíos que se conformaron con elaborar un sombrero con forma de globo terráqueo y cubrirse el rostro con un pañuelo, para manifestarse contra el gobierno de Estados Unidos, como parte de un colectivo que formaron la semana pasada para la ocasión.