El Gobierno interino de Kirguistán, país que alberga bases militares de Estados Unidos y Rusia, declaró estado de emergencia en Osh y en varios distritos rurales después de que cientos de jóvenes se enfrentaron con armas y fierros, incendiando tiendas en la ciudad. Una portavoz del Ministerio de Salud kirguiso señaló que 646 personas resultaron heridas y que 419 de ellas se encuentran en un hospital. Los renovados disturbios en la empobrecida ex república soviética avivarán la preocupación entre potencias como Rusia, China y Estados Unidos, que utiliza sus bases aéreas en el norte del país —a unos 300 kilómetros de Osh— para abastecer a sus fuerzas en Afganistán. La intensidad del conflicto, que enfrenta a los kirguisos con la minoría uzbeka, al parecer sorprendió a las autoridades y puso en duda las posibilidades de sobrevivencia del frágil Gobierno interino liderado por Roza Otunbayeva. Aplacar la violencia será una prueba decisiva de que el Gobierno puede controlar el país, mantener las elecciones del 27 de junio sobre una nueva constitución y efectuar en octubre los comicios parlamentarios.