Domingo, 24 de Noviembre 2024
Internacional | Impiden el paso a la zona de enfrentamiento entre el ejército birmano y la etnia kokang

China declara zona de emergencia la frontera con Birmania

Impiden el paso a la zona de enfrentamiento entre el ejército birmano y la etnia kokang

Por: EFE

A una semana de que una bomba de un avión birmano matar a cinco personas, el Ejército chino controla la zona. EFE / ARCHIVO

A una semana de que una bomba de un avión birmano matar a cinco personas, el Ejército chino controla la zona. EFE / ARCHIVO

LINCANG, CHINA (20/MAR/2015).- Cuando se cumple una semana desde que una bomba de un avión birmano mató a cinco personas e hirió a una decena en la comarca de Lincang (suroeste), el Ejército chino controla esta parte del país y las autoridades han declarado zona de emergencia a las proximidades de la frontera con Birmania (Myanmar).

Un control militar situado a unos cien kilómetros de la ciudad de Nansan, el punto más próximo a la frontera con el norte de Birmania, donde se enfrentan el ejército birmano y la guerrilla de la etnia kokang, impide el paso desde hace poco a los periodistas, ''tanto locales como extranjeros''.

''No podemos garantizar su seguridad a partir de aquí'', dijeron los militares de uno de los controles para justificar el bloqueo.

No obstante, el chequeo en ese punto es infinitamente más laxo si en el vehículo sólo viajan ciudadanos chinos, a los que en ocasiones únicamente se les somete a un somero control para después permitirles el paso hacia la frontera birmana.

Las autoridades chinas muestran notificaciones que afirman que sólo pueden cruzar los controles los residentes locales, si bien vehículos con matrículas de otras provincias parecen atravesar el punto sin problema.

El recelo hacia la prensa en asuntos delicados no es novedad en un país que impide a los corresponsales viajar al Tíbet, so pena de perder el visado de trabajo, y en el que la policía acosa a los que deciden viajar a Xinjiang (noroeste) para tomar la temperatura de las tensiones entre la minoría uigur y las autoridades.

En el caso de Yunnan, una de las zonas más pobres y remotas del país, China se inquieta por haberse convertido en protagonista indirecto del conflicto en la vecina Birmania debido, en principio, a la frontera de alrededor de dos mil kilómetros que comparten.

Si bien el incidente del pasado viernes, cuando cinco campesinos murieron por el impacto de una bomba de un avión birmano en un campo de azúcar -una de las principales fuentes de ingresos de esta región-, situó a China de lleno en el conflicto, hay más vínculos entre el país asiático y la situación en el norte de Birmania.

En primer lugar, porque hasta un 90 por ciento de los kokang son de etnia han, la mayoritaria en China, habla mandarín y, aunque no tiene pasaporte chino (tampoco birmano por sus diferencias con el gobierno), cuenta con familiares en regiones cercanas como Yunnan.

Según comentan vecinos de Yunnan, la única red telefónica que llega a la zona kokang es china y esta comunidad acostumbra a comunicarse a través de redes sociales de su poderoso vecino, como Weibo, el Twitter chino.

Esto se debe a que la zona homónima de donde proceden los kokang perteneció a China hasta que Pekín la cedió a Inglaterra a finales del siglo XIX, cuando el país asiático estaba regido por la dinastía Qing, quedando como parte de Birmania tras la II Guerra Mundial.

En tercer lugar, la pobreza de Yunnan y su ubicación geográfica lo convierten en punto ideal para actividades ilícitas como el tráfico de drogas y de armas, negocio que el ejército birmano vincula a la financiación de las guerrillas, algo que niegan Pekín y los líderes kokang.

De hecho, se cree que el cabecilla actual de los kokang, Peng Jiasheng, ha pasado los últimos cinco años exiliado en China y su regreso hace poco a Birmania ha sido el detonante del nuevo estallido de violencia, con el último registrado en 2009.

Pero hay otro asunto más que tensa a Pekín: la masiva llegada de refugiados birmanos a su territorio. Hasta decenas de miles han cruzado la frontera desde que estalló el conflicto a mediados de febrero, la mayoría a través de Nansan, donde hasta hace poco había un campo de refugiados gestionado por el Gobierno chino.

Ese campo se desmanteló recientemente y ahora los refugiados se reparten por la provincia en función de sus posibilidades económicas: los más pudientes en hoteles, según confirmaron del sector de Nansan, mientras que los menos afortunados van errantes de un lugar a otro.

''Vi a muchos refugiados a lo largo de la carretera hace dos días cerca de Nansan, pero no vi un campo en concreto'', explica Li Guangping, un lugareño que rige una pequeña tienda en la carretera y que se acercó a esa ciudad para curiosear.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lleva tiempo queriendo entrar en los campos, pero aún no tiene el permiso de Pekín, según confirmó un trabajador del organismo que pidió mantener el anonimato.

Así, China tiene un serio problema en su retaguardia con Birmania que le interesa estabilizar cuanto antes para que no se expanda más a su lado de la frontera.

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