Miércoles, 22 de Enero 2025
Internacional | Investigación en tiempo récord

Caso de Libia, un hito en el derecho mundial: fiscal española

Especialista sostiene que el proceso contra Gadhafi coloca a la Corte Penal Internacional como una institución de justicia del siglo XXI

Por: EFE

La fiscal española Dolores Delgado asegura que el grupo rebelde libio confirmó su disposición de entregar a GadhafI. EL UNIVERSAL  /

La fiscal española Dolores Delgado asegura que el grupo rebelde libio confirmó su disposición de entregar a GadhafI. EL UNIVERSAL /

CIUDAD DE MÉXICO (05/SEP/2011).- Dolores Delgado, fiscal de la Audiencia Nacional de España, y quien en apoyo de la fiscalía de la Corte Penal Internacional preparó la implementación de la orden de aprehensión en contra de Muamar Gadhafi, asegura que el caso Libia ha marcado un antes y un después en la justicia penal internacional por muchas razones, pero fundamentalmente, por que coloca a la Corte Penal Internacional como una institución de justicia internacional del siglo XXI.

De paso por México para participar en un foro convocado por la Cámara de Diputados sobre legalidad democrática, ética, derechos humanos y seguridad, la fiscal Delgado, una experta en temas de crimen organizado, terrorismo y guerra sucia, se muestra exultante por la forma en que se ha conducido la Corte Penal Internacional (CPI) en el caso de Libia al investigar crímenes de lesa humanidad, prácticamente en tiempo real.

El pasado 16 de mayo, el fiscal de la CPI de La Haya, Luis Moreno Ocampo, solicitó órdenes de aprehensión internacionales contra el líder libio Muamar Gadhafi, su hijo Saif Islam y el cuñado del dictador y jefe de inteligencia militar, Abdulah Senussi, por crímenes de lesa humanidad cometidos por ellos en el curso de la actual guerra en Libia.

Moreno Ocampo argumentó ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, instancia que solicitó a la CPI la investigación del caso libio, que las indagaciones arrojaron pruebas suficientes para indiciar a varios altos miembros del régimen.

“El caso Libia ha marcado un antes y un después en la justicia penal internacional por muchas razones, pero fundamentalmente porque ha enmarcado a la CPI como una institución de justicia internacional del siglo XXI. Por primera vez en tiempo real se han investigado unos hechos, se investigó en tiempo récord y además se siguen investigando”, explica Dolores Delgado.

“El Consejo de Seguridad de la ONU, el 26 de febrero de 2011, le dice al fiscal de la CPI ‘queremos saber lo que está pasando en Libia’, y estaba pasando en tiempo real… y en ese primer momento el accionar de la fiscalía de la Corte era que se estaban produciendo en esos precisos momentos, desapariciones, secuestros, torturas, asesinatos, represiones en momentos tales como funerales, cuando se estaba enterrando a unas víctimas, se estaban produciendo matanzas... fue brutal la represión que se produjo, francotiradores, armamento pesado, armas, ametralladoras antiaéreas, frente a gente que corría de espaldas, se produjeron muchos tetrapléjicos, muchas heridas por la espalda, por que la gente huía”.

La fiscal dice que en el momento en que Gadhafi y los otros dos coacusados sean detenidos deben ser entregados a la CPI.Delgado, quien trabajó también en la Fiscalía Especial Antidroga en España, asegura que los miles de muertos que ha habido en México como consecuencia del la lucha contra la delincuencia son una alerta que algo “gravísimo” está pasando en el país.

PARA SABER
Escenario de protestas

De 1993 a 1996 Bani Walid fue escenario  de protestas que fueron reprimidas de forma violenta por el poderoso régimen de Gadhafi.

Lista, toma de bani walid, vértice de la resistencia   
Los rebeldes siguen sin doblegar a gadhafistas en varias localidades

BANI WALID, LIBIA.-
Los rebeldes libios decidieron posponer su entrada en la ciudad de Bani Walid, uno de los tres grandes bastiones de resistencia gadafistas, para intentar evitar el baño de sangre, pero parece que finalmente lo harán en las próximas horas.

Así lo reveló uno de los responsables de la fuerza de elite rebelde “Katiba Trípoli”, a las afueras de esta ciudad del desierto libio, en la que se cree que podrían estar escondidos al menos dos de los hijos del ex hombre fuerte de Libia, Muamar Gadhafi.

Algunas fuentes rebeldes han apuntado, asimismo, que en este bastión de la tribu de los Warfalla también podría estar oculto el propio dictador, una información que no ha sido confirmada ni desmentida oficialmente.

En este sentido, el oficial insistió en que la entrada final no se prorrogará mucho más, ya que se teme que la tregua haya servido para que los mercenarios que se atrincheran se pertrechen y para que grupos de gadhafistas hayan huido hacía la ciudad vecina de Sebha, situada más al Sur.

Apenas existen noticias sobre la situación en el interior de Bani Walid, población situada 120 kilómetros al sur de Trípoli, ya que las comunicaciones fueron cortadas hace algunos días.

La situación en las proximidades de la ciudad es de relativa calma. Se cree que en su interior todavía resiste un grupo de unos 100 gadafistas fuertemente armados, y que hay apostados numerosos francotiradores, que podrían haber sido los protagonistas de los escasos disparos de las últimas horas.

La eventual caída de Bani Walid, uno de los vértices del triángulo de la resistencia junto a la ciudad desértica de Sebha y la costera de Sirte, cuna del dictador, es contemplada por el mando militar rebelde como el punto de inflexión definitivo para el fin del conflicto armado.

Los rebeldes creen que, aunque finalmente en ella no se atrape al propio Gadafi, o alguno de sus hijos, su rendición tendrá un efecto dominó con el resto de bastiones rebeldes, en particular Sirte y Juhafra.

C R Ó N I C A
Las heridas ocultas de la guerra civil contra Gadhafi

BENGASI, LIBIA.-
Los seis meses de guerra civil en Libia no sólo han causado muertos y destrucción, sino también profundas heridas psicológicas en civiles y combatientes que han sido testigos de las atrocidades del conflicto.

El hospital psiquiátrico de Nafsiya está en un remanso de paz en las afueras de Bengasi, capital de la rebelión, colapsada a diario por los continuos atascos. La calma que reina en sus jardines exteriores contrasta con la actividad de su interior, donde las colas de pacientes son interminables para ser atendidos por un médico.

En un pasillo, una mujer vestida de negro y con un velo azul lanza una mirada perdida a un horizonte que no existe, con el ceño fruncido.

El director del hospital, el doctor Nayib al Said,  explicó que la mayoría de los casos que llevan tratando desde el inicio de la revolución, iniciada el 17 de febrero pasado, son de estrés postraumático: “Es gente que ha visto cosas horribles como familiares con brazos mutilados y muertos en la guerra, que desarrollan depresiones agudas o ataques de pánico, o las dos cosas a la vez”.

Al Said, que adopta una actitud paternal con los enfermos, reveló que en el hospital tienen en la actualidad unos trescientos pacientes, cuyo número no ha aumentado especialmente por el conflicto bélico. “La guerra ha actuado como acelerador de enfermedades que ya estaban latentes en algunas personas, y que todavía no se habían manifestado, como la esquizofrenia”.

Una planta más abajo de donde se encuentra el despacho del doctor Al Said se ubica la consulta de Bubakar Busheiba, un médico de 42 años que estuvo varias semanas en Misrata, una ciudad asediada durante meses por las fuerzas gadafistas: “La mayor parte de los combatientes rebeldes que he tratado presentaban desórdenes psiquiátricos de tipo psicótico, con síntomas como alucinaciones”, detalló Busheiba, mientras firmaba recetas.

Respecto a la población civil, Busheiba destacó que las mujeres y niños sufren, sobre todo, de estrés postraumático y los hombres de psicosis: “Hay muchos casos de fobias como la aversión social -siguió el doctor-. También hay gente que tiene ataques de pánico cuando escucha el ruido de disparos y ve las noticias”.

Pese al gran número de pacientes que espera en el exterior de su consulta, Busheiba se queja de que apenas tiene medicamentos para tratarlos y de que faltan especialistas en psicoterapia.: “Así no podemos dar un buen tratamiento médico”.

Además, el sistema sanitario de la Libia rebelde adolece de lo que está siendo el principal problema para las autoridades revolucionarias en diversos campos: la falta de organización. Sobre esa deficiencia del sistema, Al Said lamentó la inexistencia de estadísticas y de datos fiables para hacer un estudio serio: “Hay una gran desorganización. Tenemos equipos que están trabajando sobre el terreno pero no disponemos de ninguna cifra oficial, así que no podemos elaborar programas para afrontar el problema”.

A ello se suma el hecho de que los casos de estrés postraumático están empezando a manifestarse ahora, seis meses después del comienzo de la rebelión, por lo que todavía no se ha hecho ningún estudio.

A pesar de estas dificultades, los libios, como sociedad, tienen un arma especial para prevenir los desórdenes psiquiátricos: “Somos un pueblo hablador, hablamos mucho como mecanismo en las relaciones sociales y eso supone un alivio”, señaló Al Said.

A su juicio, a los libios les gusta estar en la calle, “hay gente que pasa seis, siete, ocho horas en la plaza de los Juzgados o de la Liberación, es su manera de expresar sus sentimientos, allí insultan a (Muamar) Gadhafi y a sus hijos para dar rienda a su frustración”.  Y también está la religión, que, según Al Said, ofrece esperanza a los fieles, aunque matizó que, en el caso de las mujeres, sus creencias y la tradición les llevan a no hablar con los especialistas cuando han sufrido abusos sexuales.

Manifestándose en la calle, refugiándose en la religión o a través de los médicos, a los libios les toca ahora cerrar las heridas más profundas de la guerra.

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